Padre Nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén.
¿Cómo es la oración del Creo en Dios Padre?
Creo en el Espíritu Santo; la Santa Iglesia Católica, la Comunión de los Santos; el perdón de los pecados, la resurrección de la carne; y la vida eterna. Amén. Creo en un solo Dios, Padre todopoderoso, Creador del Cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible.
¿Cómo se reza la gloria?
Gloria a Dios en el cielo y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor. Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos, te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso Señor, Hijo único, Jesucristo.
Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.
Amén.
¿Cuál es la primera oración?
Devoción diaria: El comienzo de la oración Luego oyeron la voz de Jehová Dios que se paseaba por el huerto, al aire del día; y el hombre y su mujer se escondieron de la presencia de Jehová Dios entre los árboles del huerto. Pero Jehová Dios llamó al hombre, y le preguntó: —¿Dónde estás? Éste es el comienzo de la oración.
- Se sugiere aquí que esto era una cosa habitual en las vidas de Adán y Eva.
- Es bastante notable que la primera oración está grabada sólo después de la caída.
- Sin embargo, el relato sugiere muy simplemente que la oración había sido una delicia continua y una bendición a Adán y Eva, y parte de su experiencia diaria.
Esto parece ser una acción habitual por parte de Dios. Él viene al huerto en el fresco del día a conversar con los dos que habían venido de Su mano creadora, y juntos andaban en el huerto. Lo más notable sobre este incidente es que la iniciativa para comenzar la oración comienza con Dios.
- Es el Señor el que viene al huerto.
- Es el Señor el que llama al hombre.
- La oración, por lo tanto, comienza con Dios.
- De muchas formas, ésta es la gran verdad sobre la oración que podemos aprender de este incidente, porque a través del resto de las Escrituras la verdad es la base de cada oración que es pronunciada desde aquí y para adelante.
Así que siempre debemos leer los relatos de las Escrituras desde este punto de vista. Muchas falsas enseñanzas presentan la imagen de que la oración es algo que el hombre le hace a Dios. En los mensajes sobre la oración que yo he oído, a veces parece que es el hombre el que salva a Dios de Su propensión a juzgar mediante la oración en el momento propicio.
Pero la gente nunca es más compasiva que Dios. La compasión nace de Dios y sólo aparece en los seres humanos cuando es implantada por el Espíritu de Dios. No puedes sentir compasión y misericordia y pena sin el movimiento del Espíritu de Dios. Siempre es un error el pensar que estamos siendo llamados a perseverar en oración en tal grado que “oramos a través de una situación” y persuadimos a un Dios reacio a hacer o no hacer algo que Él está empeñado en hacer.
Eso no es oración. La oración, como en esta primera instancia en el huerto de Edén, comienza con Dios. Es Dios el que llama. Es Dios el que ayuda. Es por esto que, cuando sentimos una necesidad o un deseo de orar o de organizar un hábito disciplinado de oración, es Dios el que ha comenzado eso.
Él ha plantado ese deseo en nosotros, y nosotros estamos respondiendo. Debemos recordar que ésta es la primera gran verdad sobre la oración en las Escrituras. Padre, hay veces que nos escondemos a nosotros mismos como lo hicieron Adán y Eva. Gracias por la voz que se niega a dejarme ir, pero que suavemente me llama a enfrentarme con mis debilidades y me capacita para encontrar el sitio de purificación y perdón y restauración.
¿Genera confianza en Su respuesta dispuesta a nuestras oraciones el saber que nuestro deseo o necesidad de orar resulta de la iniciativa de Dios? ¿Deshonramos Su iniciativa amante al presumir que podemos manipular Su respuesta? ¿Estamos aprendiendo transparencia y confianza en nuestra comunicación con nuestro Padre? : Devoción diaria: El comienzo de la oración
¿Qué dice el credo del Espíritu Santo?
Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un solo Bautismo para el perdón de los pecados.
¿Cuál es el rezo más largo?
Credo de Nicea – Constantinopla (Credo Largo)
- “Creo en un solo Dios, Padre todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra,
- de todo lo visible y lo invisible.
- Creo en un solo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros lo hombres, y por nuestra salvación bajó del cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos,
- y su reino no tendrá fin.
- Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria,
- y que habló por los profetas.
Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un solo bautismo para el perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro.
- Amén.
: Credo de Nicea – Constantinopla (Credo Largo)
¿Cómo se reza la gloria?
Gloria a Dios en el cielo y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor. Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos, te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso Señor, Hijo único, Jesucristo.
Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.
Amén.