Señor de la vida y dueño de nuestros destinos, en tus manos depositamos silenciosamente este ser entrañable que se nos fue. Mientras aquí abajo entregamos a la tierra sus despojos transitorios, duerma su alma inmortal para siempre en la paz eterna, en tu seno insondable y amoroso, oh padre de misericordia.
¿Que se reza el 2 de noviembre?
La Iglesia celebra el 1 de noviembre a Todos los Santos y el día 2, conmemora a los fieles difuntos. En esta página nos acercamos al sentido de estas dos celebraciones, arraigadas profundamente en el pueblo cristiano. ¿Qué celebramos el 1 de noviembre?
El 1 de noviembre miramos hacia el cielo. Es el día en el que se homenajea a todos los santos, conocidos y desconocidos. A los que están en los altares y a tantos y tantos cristianos que después de una vida según el evangelio participan de la felicidad eterna del cielo.
- Son nuestros intercesores y nuestros modelos de vida cristiana.
- «La santidad es el rostro más bello de la Iglesia» escribe el papa Francisco en « Gaudete et exsultate », su exhortación apostólica sobre la llamada a la santidad en el mundo actual (marzo 2018).
- El Papa nos recuerda que esta llamada va dirigida a cada uno de nosotros.
El Señor se dirige también a ti: «Sed santos, porque yo soy santo» ( Lv 11,45; cf.1P 1,16). El 1 de noviembre recordamos a cada uno de los que dijeron sí a esta llamada. Todos estamos llamados a ser santos Todos estamos llamados a ser santos viviendo con amor y ofreciendo el propio testimonio en las ocupaciones de cada día, allí donde cada uno se encuentra.
- Deja que la gracia de tu Bautismo fructifique en un camino de santidad.
- Deja que todo esté abierto a Dios y para ello opta por él, elige a Dios una y otra vez.
- Para un cristiano no es posible pensar en la propia misión en la tierra sin concebirla como un camino de santidad, porque «esta es la voluntad de Dios: vuestra santificación» (1 Ts 4,3).
No tengas miedo de la santidad. No te quitará fuerzas, vida o alegría. Todo lo contrario, porque llegarás a ser lo que el Padre pensó cuando te creó y serás fiel a tu propio ser. Pidamos que el Espíritu Santo infunda en nosotros un intenso anhelo de ser santos para la mayor gloria de Dios y alentémonos unos a otros en este intento. «Muchas veces –dice el Papa Francisco– tenemos la tentación de pensar que la santidad está reservada solo a quienes tienen la posibilidad de tomar distancia de las ocupaciones ordinarias, para dedicar mucho tiempo a la oración. No es así. Todos estamos llamados a ser santos viviendo con amor y ofreciendo el propio testimonio en las ocupaciones de cada día, allí donde cada uno se encuentra.
¿Eres consagrada o consagrado? Sé santo viviendo con alegría tu entrega. ¿Estás casado? Sé santo amando y ocupándote de tu marido o de tu esposa, como Cristo lo hizo con la Iglesia. ¿Eres un trabajador? Sé santo cumpliendo con honradez y competencia tu trabajo al servicio de los hermanos. ¿Eres padre, abuela o abuelo? Sé santo enseñando con paciencia a los niños a seguir a Jesús.
¿Tienes autoridad? Sé santo luchando por el bien común y renunciando a tus intereses personales» (Gaudete et exsultate, 14). ¿Cómo ser santos hoy? A esta reflexión se ha dedicado el Congreso “La santidad hoy”, organizado por el Dicasterio de las Causas de los Santos, celebrado en Roma durante los días del 3 al 6 de octubre de 2022.
Han asistido profesores y alumnos del curso Las Causas de los Santos, Perspectiva teológica, histórico-hagiográfica y jurídica, que se impartió en la Facultad de Derecho Canónico de la Universidad Eclesiástica San Dámaso de Madrid el pasado año académico, promovido por la Oficina para las Causas de los Santos de la Conferencia Episcopal Española y con el patrocinio del Dicasterio de las Causas de los Santos de la Santa Sede.
Ha encabezado el grupo Mons. Demetrio Fernández González, obispo de Córdoba, Director del curso y miembro del Dicasterio. Ha sido un encuentro muy interesante para todos, por los contenidos y los ponentes, así como por las relaciones mantenidas con los superiores del Dicasterio, con los postuladores romanos y otras personas interesadas en este ámbito.
- Se inauguró el 3 de octubre con el saludo del Card.
- Semeraro, Prefecto del Dicasterio.
- La primera jornada se centró en cómo hacer cada vez más adecuada la definición del heroísmo cristiano en sentido evangélico a la luz del binomio perennidad y actualización.
- El tema de la segunda jornada profundizó en la relación entre la fama de santidad y las características específicas de nuestra época digital.
Hubo ponencias, comunicaciones, mesas redondas y el broche de oro fue la audiencia con el Santo Padre, el día 6 de octubre. Una novedad significativa que ha sido anunciada en el Congreso, con vistas al Año San 2025, es la puesta en marcha de la Comisión para los testigos de la fe, que fue creada con ocasión del Jubileo 2000.
Información general y texto de las ponencias (en italiano) están en la página web del Dicasterio ( pinchar aquí )Discurso del Papa ( pinchar aquí )El profesor José Carlos Martín de la Hoz, director de la Oficina para las Causas de los Santos del Opus Dei en España, sintetiza esta experiencia en un interesante artículo ( pinchar aquí )
¿Qué conmemoramos el 2 de noviembre? El día 2 de noviembre rezamos por todos los fieles difuntos. Rezar por los difuntos es tan antiguo como la misma Iglesia. En la edad media se generalizaron las misas ofrecidas como «sufragio» por los difuntos, pero fue en el siglo X cuando un monje benedictino, san Odilón, en Francia, comenzó a celebrar la misa en un día concreto –el dos de noviembre–, pidiendo por todos los difuntos.
- A partir del s.
- XVI, esta fecha fue adoptada para toda la Iglesia de rito latino.
- En torno al día de la conmemoración de todos los fieles difuntos vamos al cementerio, rezamos por ellos, adornamos con flores el lugar donde están sepultados, etc.
- Así lo explica el director del secretariado de la Comisión Episcopal para la Liturgia, Ramón Navarro Gómez, en su escrito: «La conmemoración de todos los fieles difuntos».
La conmemoración de todos los fieles difuntos Por Ramón Navarro Gómez, director del secretariado de la Comisión Episcopal para la Liturgia. «La comunión de la Iglesia peregrina en la tierra con los santos que están con Cristo en la gloria, la celebramos especialmente en la liturgia el 1 de noviembre». Cada vez que celebramos la misa, en el momento de la plegaria eucarística, después de la consagración, la Iglesia, en su oración, manifiesta una realidad profunda: celebramos la eucaristía en comunión no solo con la Iglesia extendida por toda la tierra, sino también con la Iglesia triunfante del cielo –los santos, a los que pedimos que intercedan por nosotros– y con aquellos cristianos, hermanos nuestros que, habiendo dejado ya este mundo, puedan necesitar de purificación a fin de obtener la santidad necesaria para entrar en la alegría del cielo (cf.
Catecismo de la Iglesia Católica, 1030). Por ellos pedimos y ofrecemos en sufragio el don más grande que tenemos: la eucaristía. Esta comunión de la Iglesia peregrina en la tierra con los santos que están con Cristo en la gloria, la celebramos especialmente en la liturgia el uno de noviembre, en la Solemnidad de Todos los Santos.
Al celebrar en una sola festividad a todos los santos, recibimos el estímulo de su ejemplo, la dicha de su patrocinio y, un día, si Dios quiere, podremos recibir la corona del triunfo de la visión eterna de la divina Majestad (cf. Martirologio, 1 de noviembre). Rezar por los difuntos es tan antiguo como la misma Iglesia. Incluso anterior. Ya en el Antiguo Testamento, conforme avanza la preparación para el misterio de Cristo, va aflorando la esperanza en la resurrección. Los libros de la Sabiduría o de los Macabeos muestran esa esperanza en la vida futura que nos lleva a rezar por lo que ya partieron de este mundo (cf.
Sab 3,1; 2Mac 12, 42-45). En el nuevo testamento, junto al misterio central de nuestra fe, que es la muerte y resurrección del Señor, raíz de nuestra esperanza cristiana, resuenan con fuerza, por ejemplo, las exhortaciones de San Pablo en la primera carta a los tesalonicenses, animándoles ante la realidad triste de la muerte de algunos hermanos de aquella comunidad cristiana.
La esperanza cristiana animará siempre a la oración. Por eso, en el aniversario de la muerte de los mártires, la primitiva comunidad cristiana se reunía junto a sus tumbas no para hacer un banquete en su honor, como se hacía en la religión pagana, sino para celebrar la eucaristía.
Célebre es la petición de Santa Mónica, la madre de San Agustín. En el capítulo XI de las Confesiones se nos narra que a ella le daba igual dónde fuese sepultado su cuerpo, pero pide a sus hijos que «os acordéis de mí ante el altar del Señor donde quiera que os hallareis». La edad media supuso la generalización de las misas ofrecidas como «sufragio» por los difuntos.
En el fondo esto responde a un artículo de fe, el de la comunión de los santos. Nuestra oración, especialmente unida a la eucaristía, servirá para ayudar a que el difunto, purificado de toda mancha de pecado, pueda gozar de la felicidad eterna. Fue en el siglo X cuando un monje benedictino, San Odilón, en Francia, comenzó a celebrar la misa en un día concreto –el dos de noviembre–, pidiendo por todos los difuntos.
Como ocurría con la introducción de nuevas fiestas –pasó también, por ejemplo, con el Corpus– primero esta conmemoración fue celebrada localmente, en Francia, y, con el tiempo, fue adoptada para toda la Iglesia de rito latino, a partir del s. XVI. Este es el origen de la conmemoración de todos los fieles difuntos, donde, hasta el día de hoy, oramos «en favor de las almas de cuantos nos precedieron con el signo de la fe y duermen en la esperanza de la resurrección, y por todos los difuntos desde el principio del mundo, cuya fe solo Dios conoce» (cf.
Martirologio, 2 de noviembre). «En torno al día de la conmemoración de todos los fieles difuntos visitamos las tumbas de los que nos son más cercanos». Esta conmemoración ha calado profundamente en el pueblo cristiano que, desde tiempo inmemorial, la ha traducido también en prácticas devocionales y en tradiciones que varían mucho de unos lugares a otros –pensemos, por citar un caso bien conocido, en el «día de muertos» en México–. En España hay diversas costumbres asociadas a estos días. Sobre todo, destaca la más sencilla: en torno al día de la conmemoración de todos los fieles difuntos visitamos las tumbas de los que nos son más cercanos. Vamos al cementerio, rezamos por ellos, adornamos con flores el lugar donde están sepultados, etc.
Vivimos así, en lo personal, a nivel de sentimiento y devoción, lo que celebramos con toda la Iglesia. Bien es cierto que hay una pequeña –o gran– confusión. Como el día dos de noviembre, por lo general, es laborable, se suele visitar el cementerio el día anterior, coincidiendo con la solemnidad de Todos los Santos, que es festivo -y, además, «de precepto»–.
Muchas veces, por comodidad, se celebra la misa en el camposanto en ese día, facilitando de esa manera la participación de los fieles. Lógicamente se celebra la misa de Todos los Santos, eso sí, pidiendo por los difuntos. Esto ha provocado que muchas veces asociemos la visita de los cementerios con la festividad de todos los Santos.
- Pero conviene que tengamos presente que son dos celebraciones distintas, que nos ayudan a estar en comunión con la Iglesia entera, que es una realidad mucho más grande que los fieles que peregrinamos todavía en este mundo camino de la casa del padre.
- El don de la Indulgencia a los fieles difuntos La Iglesia enriquece la visita al cementerio con el don de la Indulgencia.
Visitar el cementerio entre el día 1 de 8 de noviembre lleva consigo la Indulgencia Plenaria, que significa que la pena merecida por la consecuencia del pecado se perdonan completamente. Oración por los difuntos en el cementerio En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén. Monición Queridos hermanos: nos encontramos hoy en este cementerio para recordar a nuestros hermanos que murieron en la paz de Cristo y confiarlos con fe y esperanza, al amor de Dios Padre. Por el bautismo fueron incorporados a la Iglesia, la familia de Cristo y, unidos a nuestra comunidad participaron asiduamente en la mesa del Señor.
Pidamos, pues, ahora a Dios que los creó, los alegre también en el banquete de su reino y que puedan gozar con los santos y elegidos de los premios eternos. Lectura de la Palabra de Dios Lectura del santo evangelio según san Juan (6,37-4) En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente: – «Todo lo que me da el Padre vendrá a mí, y al que venga a mí no lo echaré afuera, porque he bajado del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me ha enviado.
Ésta es la voluntad del que me ha enviado: que no pierda nada de lo que me dio, sino que lo resucite en el último día. Ésta es la voluntad de mi Padre: que todo el que ve al Hijo y cree en él tenga vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día». Palabra del Señor. Responso final V/. Señor, + dales el descanso eterno.
R/. Y brille sobre ellos la luz eterna, V/. Descansen en paz. R/. Amén. V/. Sus almas y las almas de todos los fieles difuntos, por la misericordia de Dios, descansen en paz. R/. Amén. V/. Podéis ir en paz. R/. Demos gracias a Dios. Oración colecta Autor de la vida, acuérdate de nuestros hermanos, familiares y bienhechores que, confiando en ti, ha ido a su descanso eterno; y, ya que este primer mundo acabó para ellos, alégralos ahora en tu paraíso, donde ya no hay llanto ni luto ni dolor, sino paz y alegría con tu Hijo y el Espíritu Santo por los siglos de los siglos. R/. Amén.
Oración de los fieles Hacia ti, Señor, levantamos nuestros ojos; contempla, Señor nuestra tristeza, fortalece nuestra fe y concede a nuestros hermanos difuntos el descanso eterno.
Oración final Escucha, Señor, nuestras súplicas y haz que tus siervos, que han salido de este mundo, perdonados de sus pecados y libres de toda pena, gocen junto a ti la vida inmortal; y, cuando llegue el gran día de la resurrección y del premio, colócalos entre tus santos y elegidos. Por Jesucristo, nuestro Señor. R/. Amén.
¿Quién es el santo de los muertos?
Solemnidad de Todos los Santos y Fieles Difuntos Alberto Serrano Larios Lo que coloquialmente conocemos como celebración de ” día de muertos “, nosotros los cristianos lo celebramos en dos fiestas: el 1° de noviembre festejamos a Todos los santos y el 2 de noviembre, a Los Fieles difuntos que duermen el sueño de la paz.
- La primera nos sirve para acercarnos a conocer a aquellas personas que nos dejaron una serie de enseñanzas para vivir el amor de Dios por los demás: ellos son los santos.
- La segunda, nos recuerda que, en cualquier época, siempre ha habido personas que se han dejado tocar por el amor de Dios.
- La Iglesia celebra no solo a los santos que están canonizados (canon se refiere al catálogo en el que están inscritos los nombres de las personas que la Iglesia ha llamado santos), sino a todas aquellas personas que transmitieron el mensaje de Dios.
Ahora bien, ¿quiénes son los santos? Aunque parezca extraño, los santos son personas comunes y corrientes, nada extraordinarias, de diversas clases sociales y muchas veces poco conocidas por la sociedad. Pero, ¿qué fue lo que hicieron estas personas para que la Iglesia les haya dado ese título? Simplemente tuvieron una experiencia del amor de Dios en la Persona de Jesús; esa experiencia transformó sus vidas radicalmente hasta el punto en que libremente decidieron vivir como Él: amando y dando la vida por los demás, en algunos casos.
- Así, la santidad consiste en procurar vivir como nos enseña Jesús en el Evangelio: amando a Dios y al prójimo como a uno mismo (Cfr.
- Mc.12,30-31).
- Todos podemos hacer esto porque somos creaturas de Dios.
- Ya en la Sagrada Escritura encontramos repetidas veces las expresiones ” Dios es amor y es Santo “, nosotros, como hijos suyos, podemos imitar a nuestro Padre viviendo con santidad y amor.
Una persona que ha sentido el amor de Dios en su corazón no puede seguir siendo la misma que antes de tal experiencia. Ese amor es tan grande y desbordante que la persona buscará la forma de compartirlo con aquellos que más lo necesiten. Los santos también vivieron las virtudes teologales: fe, esperanza y caridad, y la Iglesia los propone como modelos para que, conociéndolos, podamos imitar algunas de sus obras.
- Todos estamos llamados a la santidad y no se necesita forzosamente hacer sacrificios ni ofrendas.
- Para llegar a la santidad, basta con amar genuinamente, o como decía san Agustín: “Ama y haz lo que quieras, pero fíjate bien qué es lo que merece ser amado”.
- Por otro lado, ¿quiénes son los fieles difuntos? Son todas aquellas personas que han partido a la casa del Padre.
El Catecismo de la Iglesia Católica nos enseña que “la muerte corporal es natural, pero por la fe sabemos que realmente es «salario del pecado». Y para los que mueren en la gracia de Cristo, es una participación en la muerte del Señor para poder participar también en su Resurrección” (CIC.
No.1006). El santo obispo de Hipona, por su parte, expresa la añoranza natural que tiene el ser humano de volver con su Creador cuando nos dice “nos hiciste Señor para ti y nuestro corazón estará inquieto hasta que no descanse en ti”. De ahí que el ser humano, sabe que está en este mundo de paso, buscando su felicidad plena, la cual alcanzará cuando se encuentre cara a cara con el Señor.
El cristiano no ve la muerte como una maldición sino, en realidad, como una bendición ya que con la muerte de Jesús, esta ha sido transformada (cfr. CIC. No.1009). De tal manera que, cuando muere alguien, principalmente un ser querido, es indudable el dolor que causa su partida pero, los que nos quedamos peregrinando en este mundo, damos gracias a Dios y nos alegramos por todas las bendiciones que derramó sobre ella.
Además, nos queda el consuelo, por la virtud de la esperanza, de que resucitará en el día del juicio final, y también la certeza de fe de que esa persona se ha ido a la Casa del padre y que, cuando llegue el final de los tiempos, todos estaremos nuevamente reunidos, y habremos recobrado un cuerpo y un alma gloriosos, es decir, nuestra humanidad será por fin perfecta y no moriremos jamás.
Asimismo, la Iglesia celebra esta festividad para pedir por todos los difuntos que están en el purgatorio para que lleguen a la presencia de Dios. Se le denomina así a este estado de vida intermedio entre la vida terrena y la vida celestial, porque en él, los fieles difuntos purgan sus penas.
También, en la religiosidad popular, recordamos la forma en cómo nuestros antepasados celebraban la memoria de sus seres queridos que habían fallecido; ellos lo hacían a través de las tradiciones prehispánicas: ponían un altar en sus casas adornado con flores, velas, comida, agua, sal, sahumerio, etcétera, pues se creía que las almas de los difuntos tenían que recorrer un largo camino para llegar a lo que ellos llamaban el Mictlán (el lugar de los muertos).
- Entonces, en solidaridad con ellos, dejaban toda esa comida para que se alimentaran estas almas y tuvieran fuerzas suficientes para seguir su camino.
- Ahora, a partir de la evangelización de dichas tradiciones más bien sabemos que, cuando una persona es llamada a la presencia de Dios, ya no necesita el alimento terrenal pues su alma está descansando en Él.
Sin embargo, la Iglesia promueve que sigamos poniendo altares en nuestras casas para recordar a nuestros seres queridos difuntos, pues la ofrenda que colocamos en los altares se ha revestido de un significado cristiano, Por ejemplo; lo primero que debe tener el altar es un crucifijo que nos recuerda que Jesús padeció y murió por nosotros, la comida representa el cuerpo de Cristo como alimento que se entrega por todos, el agua nos recuerda el bautismo y además es signo de purificación, las velas aluden al signo de la luz de Jesucristo que ilumina nuestras vidas en todo momento, la sal simboliza que somos sal de la tierra para infundir el Evangelio con todo aquel que lo necesite, el sahumerio constituye el signo de la conducción del alma al cielo; entre otros elementos que pueden formar parte de la ofrenda.
Así pues, cada vez que los cristianos celebramos estas festividades, lo hacemos para recordar el sentido que tiene vivir amando y, al mismo tiempo, aumentar nuestra certeza de fe en que los difuntos siguen viviendo en Dios. Ya Gabriel Marcel, pensador católico, decía: ” amar a alguien es decirle: tú no morirás jamás “.
: Solemnidad de Todos los Santos y Fieles Difuntos
¿Qué orar por los difuntos según la lectura de 2?
2 Macabeos 12,43-46 – Obró con gran rectitud y nobleza, pensando en la resurrección. En aquellos días, Judas Macabeo, jefe de Israel, hizo una colecta y recogió dos mil dracmas de plata, que envió a Jerusalén para que ofrecieran un sacrificio de expiación por los pecados de los que habían muerto en la batalla.
¿Cómo pedir que un alma descanse en paz?
Dios Padre nuestro; Tú sabes la honda pena que nos aflige; Recibe con amor a tu hijo/a (Nombre del difunto), que ha dejado desolada nuestra casa para ir a tu eterna morada; y a nosotros, ayúdanos a proseguir con ánimo el camino de nuestra vida, hasta que un día nos reunamos junto a ti.
¿Que su alma descanse en paz?
Mensajes de condolencias religiosos. – La fe puede servir de inspiración a alguien que está de duelo y darle la fuerza que necesita durante un momento tan duro. Sé considerado con la postura religiosa del destinatario y transmítele un mensaje acorde con ello.
- Puedes añadir frases relevantes que manifiesten tu apoyo de mejor forma.
- Que su alma descanse en paz”.
- Mi más sentido pésame.
- Rezo por que el amor reparador de Dios esté contigo en este momento”.
- A través del amor de Dios, rezo por que te envíe el consuelo que solo él puede transmitir.
- Mi corazón está contigo”.
“Rezo por que tu corazón esté en calma y por que encuentres consuelo ante tu pérdida. Estaré siempre contigo en este momento tan difícil”. “Y el Dios de esperanza os llene de todo gozo y paz en el creer, para que abundéis en esperanza por el poder del Espíritu Santo”.
¿Qué hay que hacer para que un alma descanse en paz?
Celebrar su cumpleaños con otros amigos y familiares. Plantar la flor o árbol favorito de esa persona y buscarle un rincón especial. Llevar una joya o complemento personal de esa persona. Hacerse un tatuaje de algo significativo de esa persona o de la relación.
¿Que se reza el 1 de noviembre?
¿Cuáles son las dos clases de indulgencia? – La Iglesia estipula cuáles son las obras mediante las cuales que puede ganarse indulgencias. Las indulgencias pueden ser plenarias o parciales, es decir que pueden remitir el castigo temporal de los pecados de manera completa o de forma parcial.
¿Cómo se gana la indulgencia de la Fiesta de Todos los Fieles Difuntos? Durante el mes de noviembre, la Iglesia ofrece la oportunidad a los católicos de obtener indulgencias plenarias por la Fiesta de Todos los Fieles Difuntos, con la esperanza de que se pague la culpa temporal completa de las almas del Purgatorio.
El acto que debe cumplirse puede ser una visita a una iglesia el día de la fiesta y la oración por las santas almas –al menos un Credo y un Padrenuestro- o bien durante la segunda del 8 de noviembre visitando un cementerio y rezando por las santas almas.
- Para cualquiera de las indulgencias aplican las condiciones normales de cualquier indulgencia: ser católico, estar en estado de gracia mediante confesión veinte (20) días antes o después, recibir la Eucaristía preferentemente ese día y rezar por las intenciones del Santo Padre.
- Si la persona que quiere obtener la indulgencia plenaria tiene un completo desapego del pecado, gana la remisión total de la pena temporal.
Si el desapego no es completo, se gana igualmente una remisión o indulgencia parcial. La Iglesia solo permite ganar una indulgencia plenaria por día. Sin embargo, no hay límites diarios para las indulgencias parciales; y hay muchas maneras de ganar indulgencias parciales.
Además de los actos específicos que la Iglesia exige para obtener indulgencias parciales o plenarias, el Papa San Pablo VI también concedió tres formas generales: cualquier oración piadosa, cualquier acto penitencial y todo acto caritativo que se realice con la intención de ganar una indulgencia parcial.
¿A qué se refieren los días o años de indulgencia que se aplican a algunas oraciones? Durante años, la Iglesia consideró las indulgencias parciales como equivalentes ante Dios a las penitencias rigurosas que se aplicaban en la Iglesia de los primeros tiempos.
El significado de esta concepción es erróneo: asignar un valor relativo a una indulgencia o una práctica no es posible porque no puede conocerse el valor que tenían las penitencias en sí ni la disposición interior de quien hacía el acto para obtener la indulgencia.ve value – one indulgence to another, since we do not know what value they had, either with respect to the early practice or the dispositions of the one doing the indulgenced act.
Al reformar, entonces, las leyes sobre las indulgencias, el Papa San Pablo VI abolió la práctica de asignarles un valor temporal. Hoy en día, toda indulgencia parcial se da como tal, parcial, dejando toda otra consideración al juicio de Dios. Así, cuando se encuentre en cualquier libro de oraciones o una estampa alguna oración que asigne cierta cantidad de días de indulgencia debe considerarse que la oración otorga una indulgencia parcial.
Aunque dichas oraciones no hayan sido promulgadas nuevamente como oraciones pasibles de obtener indulgencias en la nueva colección de indulgencias (Enchiridion), mantienen su eficacia para obtener indulgencias parciales según la instrucción general sobre indulgencias mencionada. Entonces, hayan sido promulgada nuevamente o no, dichas oraciones obtienen una indulgencia parcial.
“Si supieras cuánto ansían esas santas almas el alivio a sus sufrimientos La ingratitud nunca entra al Cielo.” – Santa Margarita María ¿Cómo se reza por los que han fallecido? A lo largo del año, pueden rezarse Misas por las almas del Purgatorio, o la oración diaria o ponerlas entre las intenciones del Rosario; también se puede rezar por ellas cuando se pasa cerca de un cementerio.
- La Madre Angélica decía: “Cada vez que uno pasa por un cementerio, es bueno decir una breve oración: ‘Dale, Señor, el descanso eterno’.
- Es de sentido común ayudar a un alma a salir del Purgatorio”.
- El venerable Fulton Sheen expresó: “Cuando vayamos al Cielo, las veremos: una multitud que se nos acerca y nos agradece.
Les preguntaremos quiénes son y nos contestarán: ‘soy una pobre alma por la que rezaste cuando estaba en el Purgatorio'”. ¿Qué otras formas hay de rezar por las santas almas del Purgatorio? Podemos pedir Misas por las almas del Purgatorio, podemos rezar diariamente por ellas y ponerlas entre las intenciones del Rosario, así como rezar por ellas cuando pasamos cerca de un cementerio.
¿Cuando nos visitan las almas?
2 de noviembre : Día de los fieles difuntos o de los muertos adultos. Se recuerda a todos los difuntos que dejaron el mundo cuando ya eran adultos y recordando a nuestros ancestros como abuelos o bisabuelos. Este día se coloca toda la comida y bebidas que amaba el difunto.
¿Que se reza el 3 de noviembre?
San Martín de Porres.
¿Qué pasa después de los 9 días de muerto?
Acto ecuménico: acto religioso en el que participan diferentes creencias (católicos, cristianos, entre otros), con el fin de compartir los espacios y superar las divisiones. Velorio de un adulto: consiste en hacer guardia, acompañar y rendirle homenaje a un difunto y sus dolientes; el velorio es una reunión religiosa en la que se ora por el alma del muerto, se cantan alabaos y se rezan hasta cinco rosarios, se preparan bebidas y comida para mantener en pie a las personas que acompañan.
Novenario y novenas: es el conjunto de ceremonias y ritos fúnebres que se hacen en honor al difunto, para hacer la despedida o el adiós, antes de la despedida definitiva. Los actos del novenario tienen una duración de, como su nombre lo indica, nueve noches y días, contados a partir de que muere la persona.
Estos días son celebrados ininterrumpidamente en aras que su espíritu sea recibido en la gloria y asegurar su descanso. Para la comunidad bojayaseña, estos son unos de los actos que no se han podido realizar adecuadamente según sus tradiciones, por lo que existe la necesidad de completar estos rituales, para el buen descanso y despedida de sus seres queridos.
La Última Noche: esta empieza el último día de la novena, con la construcción de un altar nuevo y solemne o el arreglo del que se ha usado en días anteriores y concluye con el “levantamiento de la tumba”, momento en el que se desbarata el altar, sellando así la partida del difunto. Levantamiento de tumbas: ceremonia simbólica en la que se presentan (y recogen) diferentes ofrendas a los muertos de la cultura bojayaseña.
Se ambienta con un alabao especial. Esta práctica concluye nombrando y agradeciendo a todas las personas que han acompañado y contribuido en el velorio y el entierro. Alabaos: son unas de las formas o estilos tradicionales de canto de las comunidades afrodescendientes del Pacífico colombiano que manifiestan la tristeza por la muerte de los difuntos y se interpretan en actos rituales, entre ellos los mortuorios como: velorios, novenas y Última Noche; hay alabaos que no se pueden cantar sentados sino de pie, debido a su solemnidad.
- En esencia, son aquellos cantos de alabanza y exaltación religiosos, utilizados en el contexto fúnebre; se cree que es para que el difunto halle el camino al más allá y se reencuentre con sus ancestros.
- Suelen incluir referencias religiosas.
- De igual forma pueden recitarse al mismo tiempo que los Rosarios.
Una variación son los arrullos, destinados para ángeles y angelitos. Existen alabaos y arrullos tradicionales e inéditos. Cantaores y cantaoras: por lo general, son las personas que se encargan de interpretar los alabaos en el caso del velorio de adulto y arrullo, en el caso del chigualo.
Estas fueron personas que desde jóvenes fueron aprendiendo de sus mayores. Estas tradiciones, en su mayoría, fueron trasmitidas a través de la oralidad. Sabedor/sabedora: Integrante de la comunidad que cuenta con reconocimiento por parte de esta, como conocedor de la cultura sus tradiciones, creencias, cosmovisión y relación epistemológica con el entorno.
Existen diferentes saberes que son altamente valorados en la comunidad, ya que cumplen roles de cuidado y curación de sus miembros, como: curanderos, pegahuesos, yerbateros, rezanderos, parteras, cantaores e innumerables conocimientos adquiridos. Rezos y rezanderos: son denominadas así, las invocaciones de perdón y clemencia para que el alma del difunto quede limpia y vaya al más allá junto al padre celestial.
- El rezo no es una recitación de palabras, es un desahogo del corazón.
- Antes que nada, el rezo es una expresión de la relación con Dios.
- Arrullos: son una mezcla de cantos tradicionales, acostumbrados para fiestas y celebraciones rituales y reuniones sociales, que hacen parte importante de su identidad y costumbres.
Si bien, en un principio, su intención es hacer dormir a los niños, existe una amplia gama de creencias que hacen de los arrullos una expresión cultural particular en la que se reúnen la música, el espíritu y la comunidad, y que es empleada en la velación de los niños y niñas cuando mueren.
Arrullos para angelitos: estos tienen un significado enorme para las poblaciones afrodescendientes de nuestro país. Logran reflejar la vida misma de estas comunidades y su herencia africana en todo el sentido de la palabra: sus tonalidades, melodías, letras, cosmovisión y hasta su instrumentación; pues a diferencia de los cantos de lamento de los alabaos, estos cantos de arrullo también denominados salves, bundes o chigualos son interpretados por las dulces voces de las mujeres y hombres.
Esta expresión poético-musical referida a los niños es interpretada a manera de canción de cuna en el contexto del velorio de los angelitos. Rosario: rezo tradicional católico. Bundes: otro canto fúnebre que se utiliza en el acompañamiento del niño muerto o “angelito”.
Este ritual es alegre y sus cantos se denominan bundes, que están integrados por los cantos y el acompañamiento de instrumentos de percusión de la región; y juegos lúdicos creados por la comunidad, los cuales se le ofrecen al angelito que no alcanzó a hacerlos en esta vida y se enseñan para que los realice en la otra vida.
Chigualo o Güalí : ritual mortuorio para niñas y niños menores de 7 años. Se ambienta con bailes o danzas ceremoniales específicas. Ángeles o patones: niños de los 7 a los 12 años. Angelitos, Ángeles pequeñitos o querubines: niñas y niños de los 0 a los 7 años.
Arcángeles : bebés que no alcanzaron a nacer. Bojayaseña/o: gentilicio de los oriundos y habitantes de Bojayá. Comité por la Defensa de los Derechos de las víctimas de la masacre de Bojayá: agrupación de habitantes y víctimas de Bojayá que defienden y velan por el cumplimiento y reparación de los derechos de las víctimas de la masacre.
Espacio autónomo: reunión de la comunidad bojayaseña en la que se discuten necesidades y decisiones de interés de la comunidad. Mausoleo: lugar de memoria donde reposarán los cuerpos esqueletizados de las víctimas de la masacre de Bojayá. Además, la comunidad ha solicitado que de manera simbólica se dispongan bóvedas, osarios o “nichos” para conmemorar a las víctimas que aún se encuentran desaparecidas, o no ha sido posible identificar o individualizar, y para los bebés de meses que murieron en la masacre o los que se encontraban en proceso de gestación en el vientre de sus madres, que también fueron víctimas.
Cajón: cofre de madera donde reposarán los cuerpos esqueletizados que se entregarán en la diligencia judicial. Según las tradiciones de la comunidad el cajón debe tener un distintivo para mujeres adultas y niñas, y otro que permita identificar claramente dónde están ubicados los huesos de cráneo y poscráneo, ya que los cajones deben ser velados e inhumados orientados en dirección a la salida del sol.
Inhumar: la acción de enterrar los restos mortales de un individuo. Cristo mutilado o Cristo negro de Bojayá: figura religiosa del Cristo Crucificado que se encontraba en la iglesia y que, tal como las víctimas que se refugiaban en la Iglesia, recibió el impacto del cilindro el día de la masacre.
- Por esto, se ha convertido no solo en un símbolo acogido por la comunidad bojayaseña, sino que es un ícono reconocido en Colombia y en otros países, que representa la tragedia ocurrida del 2 de mayo.
- El Cristo de Bojayá es utilizado por esta comunidad para simbolizar su lucha, resistencia y la memoria de las víctimas lesionadas y mortales.
Cuerpos esqueletizados: proceso natural que sufren los huesos o estructuras óseas durante su degradación o descomposición. Los cuerpos de las víctimas mortales de la masacre de Bojayá que fueron exhumadas en el año de 2017, esto es 15 años después de los hechos, se encuentran en estado de “esqueletización”.
- Entierro final o disposición final : El Comité de Víctimas de Bojayá ha pedido a las entidades intervinientes y acompañantes, referirse así a este proceso de la Entrega de los cuerpos plenamente identificados de las víctimas de la masacre de Bojayá.
- Esto también es, para la Fiscalía General de la Nación, entidad encargada de coordinar el proceso, una diligencia judicial, una vez surtidos los estudios y análisis forenses a cargo del Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses.
Identificar: reconocer a una persona a través del documento de identificación suministrado por el Estado. Individualización: acción de reunir las características o elementos que diferencian a una persona de las demás. Individualizar: reconocer a una persona por las características o elementos que lo diferencian de los demás.
¿Cuándo se van los difuntos adultos?
Día de Muertos 2022: ¿Cuándo se quita la ofrenda y a qué hora? En México, el se ha convertido en fiesta y celebración. Según las creencias, en esta fechas ( 1 y 2 de noviembre ), los muertos tienen ‘permiso’ de visitar a sus seres queridos. La ofrenda o altar es uno de los principales elementos de esta festividad, ya que a través de ella, los mortales colocan comida y platillos que del gusto de los difuntos.
- Los mexicanos aseguran que estos alimentos, una vez que son consumidos por los ‘visitantes’.
- El altar se coloca según al difunto que se le recuerde, por ejemplo, el 28 de octubre se les pone a las personas que murieron en un accidente; el 31 de octubre a los niños y finalmente el de noviembre a los adultos.
La fecha del retiro de la ofrenda será el 3 de noviembre cuando, según las creencias, los muertos se van al más allá.
27 de octubre : Fallecidos de forma violenta.28 de octubre : Personas que murieron por suicidio. (Aunque según otras versiones es este día y no el 27 cuando comienza el desfile de almas que perdieron la vida de manera violenta y trágica).29 de octubre : Aquellos que fallecieron ahogados.30 de octubre : Víctimas de algún accidente.31 de octubre : A las 12 horas se despide a los anteriores y se le da la bienvenida a los “Angelitos” o los “Muertitos”.1 de noviembre : Es Día de Todos los Santos, cuando se cree que las almas que visitan las ofrendas y altares.2 de noviembre: Día de los Fieles Difuntos, se acostumbra visitar los cementerios e iglesias.
: Día de Muertos 2022: ¿Cuándo se quita la ofrenda y a qué hora?
¿Cuándo se pone la mesa para los muertos?
La Municipalidad Provincial de Chupaca coloca todos los años el 1 de noviembre una Mesa de Difuntos en la plaza principal, este año no fue la exepción pero una vez superada la emergencia sanitaria, ahora acompañaron la mesa con danzas y visitas masivas de la población. MIRA ESTO: Familiares de 30 mil difuntos que descansan en cementerio de Huancayo acuden a visitarlos La Mesa de Difunto se coloca desde el mediodía del 1 de noviembre (Día de Todos los Santos) hasta el 2 de noviembre (Día de los Muertos), según la creencia popular en este periodo de tiempo las almas de nuestros seres queridos regresan del más allá para visitarnos.
Así que no podemos dejar de preparar la mesa con los manjares que más les gustaban. Caramelos, frutas, mazamorras, la popular Tantawawa (panes con figuras de animales) refrescos, gaseosas y los platos favoritos del difunto o difunta.
En la región central no puede faltar el caldo de cabeza, la pachamanca, el carnero al palo y otros platillos típicos de la región. La mesa se adorna con flores y una foto de nuestro ser querido.
MIRA ESTO TAMBIÉN: Costo de flores para los difuntos están por las nubes en cementerios de Huancayo En la plaza principal de Chupaca se puso una mesa de varios metros de largo, adornada con muñecos, y con platillos puestos en ollas de barro, la bebida espirituosa para refrescar al alma que llega de visita.
¿Qué pasa cuando rezas por un difunto?
Un poco de historia La Iglesia ha querido instituir un día, el 2 de noviembre, que se dedique especialmente a la oración por aquellas almas que han dejado la tierra y aún no llegan al cielo. La tradición de rezar por los muertos se remonta a los primeros tiempos del cristianismo, en donde ya se honraba su recuerdo y se ofrecían oraciones y sacrificios por ellos.
Cuando una persona muere ya no es capaz de hacer nada para ganar el cielo; sin embargo, los vivos sí podemos ofrecer nuestras obras para que el difunto alcance la salvación. Con las buenas obras y la oración se puede ayudar a los seres queridos a conseguir el perdón y la purificación de sus pecados para poder participar de la gloria de Dios.
A estas oraciones se les llama sufragios y el mejor sufragio es ofrecer la Santa Misa por los difuntos. Nuestra oración por los muertos puede no solamente ayudarles, sino también hacer eficaz su intercesión a nuestro favor. Los que ya están en el cielo interceden por los que están en la tierra para que tengan la gracia de ser fieles a Dios y alcanzar la vida eterna.
Para aumentar las ventajas de esta fiesta litúrgica, la Iglesia ha establecido que si nos confesamos, comulgamos y rezamos el Credo por las intenciones del Papa entre el 1 y el 8 de noviembre, “podemos ayudarles obteniendo para ellos indulgencias, de manera que se vean libres de las penas temporales debidas por sus pecados”.
(CEC 1479)
¿Como dice la Biblia que se debe orar?
¿Qué es la oración? – Jesús enseñó: “Por tanto, siempre debéis orar al Padre en mi nombre”( 3 Nefi 18:19 ). La oración es una de las mayores bendiciones que tenemos mientras estamos sobre la tierra; por medio de ella podemos comunicarnos con nuestro Padre Celestial y buscar Su guía diariamente.
¿Qué significa la luz para los difuntos?
Elementos imprescindibles para recibir a las ánimas – Cada uno de los siguiente elementos encierra su propia historia, tradición, poesía y, más que nada, misticismo. El agua, La fuente de la vida, se ofrece a las ánimas para que mitiguen su sed después de su largo recorrido y para que fortalezcan su regreso.
- En algunas culturas simboliza la pureza del alma. La sal.
- El elemento de purificación, sirve para que el cuerpo no se corrompa, en su viaje de ida y vuelta para el siguiente año.
- Velas y veladoras,
- Los antiguos mexicanos utilizaban rajas de ocote.
- En la actualidad se usa el cirio en sus diferentes formas: velas, veladoras o ceras.
La flama que producen significa “la luz”, la fe, la esperanza. Es guía, con su flama titilante para que las ánimas puedan llegar a sus antiguos lugares y alumbrar el regreso a su morada. En varias comunidades indígenas cada vela representa un difunto, es decir, el número de veladoras que tendrá el altar dependerá de las almas que quiera recibir la familia.
Si los cirios o los candeleros son morados, es señal de duelo; y si se ponen cuatro de éstos en cruz, representan los cuatro puntos cardinales, de manera que el ánima pueda orientarse hasta encontrar su camino y su casa. Copal e incienso, El copal era ofrecido por los indígenas a sus dioses ya que el incienso aún no se conocía, este llegó con los españoles.
Es el elemento que sublima la oración o alabanza. Fragancia de reverencia. Se utiliza para limpiar al lugar de los malos espíritus y así el alma pueda entrar a su casa sin ningún peligro. Las flores, Son símbolo de la festividad por sus colores y estelas aromáticas. En muchos lugares del país se acostumbra poner caminos de pétalos que sirven para guiar al difunto del campo santo a la ofrenda y viceversa. La flor amarilla del cempasuchil (Zempoalxóchitl) deshojada, es el camino del color y olor que trazan las rutas a las ánimas.
- Los indígenas creían que la cempasúchil era una planta curativa, pero ahora solo sirve para adornar los altares y las tumbas de los difuntos.
- Por esta razón se dice que a lo largo del tiempo la flor fue perdiendo sus poderes curativos.
- Flor de cempasúchil significa en náhuatl “veinte flor”; efeméride de la muerte.
El petate. Entre los múltiples usos del petate se encuentra el de cama, mesa o mortaja. En este particular día funciona para que las ánimas descansen así como de mantel para colocar los alimentos de la ofrenda. El izcuintle, Lo que no debe faltar en los altares para niños es el perrito izcuintle en juguete, para que las ánimas de los pequeños se sientan contentas al llegar al banquete.
El perrito izcuintle, es el que ayuda a las almas a cruzar el caudaloso río Chiconauhuapan, que es el último paso para llegar al Mictlán, El pan, El ofrecimiento fraternal es el pan. La iglesia lo presenta como el “Cuerpo de Cristo”. Elaborado de diferentes formas, el pan es uno de los elementos más preciados en el altar.
El gollete y las cañas se relacionan con el tzompantli. Los golletes son panes en forma de rueda y se colocan en las ofrendas sostenidos por trozos de caña. Los panes simbolizan los cráneos de los enemigos vencidos y las cañas las varas donde se ensartaban.
¿Qué pasa cuando una persona muere y llueve?
Es un dicho muy extendido en Biriatou que cuando alguien muere, si llueve, es buena señal, y su alma irá al cielo.
¿Dónde la Biblia dice que podemos rezar por los difuntos 2mac 12 46?
¿Sirve de algo rezar por los difuntos? – UC Y, porque consideró que aquellos que se han dormido en Dios tienen gran gracia en ellos, Es, por lo tanto, un pensamiento sagrado y saludable orar por los muertos, que ellos pueden ser librados de los pecados ” (2 Mac.12,43-46).
En los tiempos de los Macabeos los líderes del pueblo de Dios no tenían dudas en afirmar la eficiencia de las oraciones ofrecidas por los muertos para que aquellos que habían partido de ésta vida encuentren el perdón por sus pecados y esperanza de resurrección eterna. Hay varios pasajes en el Nuevo Testamento que apuntan a un proceso de purificación después de la muerte,
Es por esto que Jesucristo declara (Mt.12,32) “Y quien hable una palabra contra el Hijo del Hombre, será perdonado: pero aquel que hable una palabra contra el Espíritu Santo, no será perdonado ni en este mundo ni en el que vendrá”. De acuerdo con San Isidoro de Sevilla (Deord.
Creatur., c. XIV, n.6) estas palabras prueban que en la próxima vida ” algunos pecados serán perdonados y purgados por cierto fuego purificador “. San Agustín también argumenta, “que a algunos pecadores no se les perdonarán sus faltas ya sea en este mundo o en el próximo no se podría decir con verdad a no ser que hubieran otros (pecadores) a quienes, aunque no se les perdone en esta vida, son perdonados en el mundo por venir.
” (De Civ. Dei, XXI, XXIV). San Gregorio Magno (Dial., IV, XXXIX) hace la misma interpretación; San Beda (comentario sobre este texto) y San Bernardo (Sermo LXVI en Cantic., n.11) también lo entienden así. Un nuevo argumento es dado por San Pablo en 1 Cor.3,11-15: “Un día se verá el trabajo de cada uno.