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Oracion Del Credo Catolico?

Oracion Del Credo Catolico
Creo en el Espíritu Santo; la Santa Iglesia Católica, la Comunión de los Santos; el perdón de los pecados, la resurrección de la carne; y la vida eterna. Amén. Creo en un solo Dios, Padre todopoderoso, Creador del Cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible.

¿Cuántas y cuáles son las peticiones del Credo?

Las siete peticiones que hacemos a Dios en la oración del Padrenuestro Por: Catholic.net | Fuente: Catholic.net Uno de sus discípulos le pidió a Jesús que los enseñara a orar y Él lo hizo, enseñándoles la oración del Padrenuestro. Es así como Jesús nos regaló esta oración siendo la oración cristiana fundamental, la que todos nos sabemos, grandes y chicos, la que rezamos en la casa, en el colegio, en la Misa.

  • A esta oración también se le llama “Oración del Señor” porque nos la dejó Cristo y en esta oración pedimos las cosas en el orden que nos convienen.
  • Dios sabe que es lo mejor para nosotros.
  • A través del Padrenuestro vamos a hablar con nuestro Padre Dios.
  • Se trata de vivir las palabras de esta oración, no solo de repetirlas sin fijarnos en lo que estamos diciendo.

El Padrenuestro está formado por un saludo y siete peticiones. Saludo Padre nuestro que estás en el cielo: Con esta pequeña frase nos ponemos en presencia de Dios para adorarle, amarle y bendecirle. ¡Padre! : Al decirle Padre, nosotros nos reconocemos como hijos suyos y tenemos el deseo y el compromiso de portarnos como hijos de Dios, tratar de parecernos a Él.

  • Confiamos en Dios porque es nuestro Padre.
  • Padre “Nuestro”: Al decir Padre Nuestro reconocemos todas las promesas de amor de Dios hacia nosotros.
  • Dios ha querido ser nuestro Padre y Él es un Padre bueno, fiel y que nos ama muchísimo.
  • Padre Nuestro” porque es mío, de Jesús y de todos los cristianos.
  • Que estás en el cielo”: El cielo no es un lugar sino una manera de estar.

Dios está en los corazones que confían y creen en Él. Dios puede habitar en nosotros si se lo permitimos. Dios no está fuera del mundo, sino que su presencia abarca más allá de todo lo que podemos ver y tocar. Las siete peticiones Después de ponernos en presencia de Dios, desde nuestro corazón diremos siete peticiones, siete bendiciones.

Las tres primeras son para dar gloria al Padre, son los deseos de un hijo que ama a su Padre sobre todas las cosas. Las cuatro últimas le pedimos su ayuda, su gracia.1. Santificado sea tu nombre : Con esto decimos que Dios sea alabado, santificado en cada nación, en cada hombre. Depende de nuestra vida y de nuestra oración que su nombre sea santificado o no.

Pedimos que sea santificado por nosotros que estamos en Él, pero también por los otros a los que todavía no les llega la gracia de Dios. Expresamos a Dios nuestro deseo de que todos los hombres lo conozcan y le estén agradecidos por su amor. Expresamos nuestro deseo de que el nombre de Dios sea pronunicado por todos los hombres de una manera santa, para bendecirlo y no para blasfemar contra él.

Nos comprometemos a bendecir el nombre de Dios con nuestra propia vida.2. Venga a nosotros tu reino : Al hablar del Reino de Dios, nos referimos a hacerlo presente en nuestra vida de todos los días, a tener a Cristo en nosotros para darlo a los demás y así hacer crecer su Reino; y también nos referimos a que esperamos a que Cristo regrese y sea la venida final del Reino de Dios.

| Cristo vino a la Tierra por primera vez como hombre y nació humildemente en un establo. En el fin del mundo, cuando llegue la Resurrección de los muertos y el juicio final, Cristo volverá a venir a la Tierra, pero esta vez como Rey y desde ese momento reinará para siempre sobre todos los hombres.

  • Se trata de ayudar en la Evangelización y conversión de todos los hombres.
  • Hacer apostolado para que todos los hombres lo conozcan, lo amen.
  • Pedimos el crecimiento del Reino de Dios en nuestras vidas, el retorno de Cristo y la venida final su Reino.3.
  • Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo : La voluntad de Dios, lo que quiere Dios para nosotros es nuestra salvación, es que lleguemos a estar con Él.

Le pedimos que nuestra voluntad se una a la suya para que en nuestra vida tratemos de salvar a los hombres. Que en la tierra el error sea desterrado, que reine la verdad, que el vicio sea destruido y que florezcan las virtudes.4. Danos hoy nuestro pan de cada día : Al decir “danos” nos estamos dirigiendo a nuestro Padre con toda la confianza con la que se dirige un hijo a un padre.

Al decir “nuestro pan” nos referimos tanto al pan de comida para satisfacer nuestras ncesidades materiales como al pan del alma para satisfacer nuestras necesidades espirituales. En el mundo hay hambre de estos dos tipos, por lo que nosotros podemos ayudar a nuestros hermanos necesitados.5. Perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden : Los hombres pecamos y nos alejamos de Dios, por eso necesitamos pedirle perdón cuando lo ofendemos.

Para poder recibir el amor de Dios necesitamos un corazón limpio y puro, no un corazón duro que no perdone los demás. Este perdón debe nacer del fondo del corazón. Para esto necesitamos de la ayuda del Espíritu Santo y recordar que el amor es más fuerte que el pecado.6.

  1. No nos dejes caer en tentación :El pecado es el fruto de consentir la tentación, de decir sí a las invitaciones que nos hace el demonio para obrar mal.
  2. Le pedimos que no nos deje tomar el camino que conduce hacia el pecado, hacia el mal.
  3. El Espíritu Santo nos ayuda a decir no a la tentación.
  4. Hay que orar mucho para no caer en tentación.7.

Y líbranos del mal : El mal es Satanás, el ángel rebelde. La pedimos a Dios que nos guarde de las astucias del demonio. Pedimos por los males presentes, pasados y futuros. Pedimos estar en paz y en gracia para la venida de Cristo. AMÉN : Así sea. Como te das cuenta, al rezar el Padrenuestro, le pides mucha ayuda a Dios que seguramente Él te va a dar y al mismo tiempo te comprometes a vivir como hijo de Dios.

¿Qué es el credo de la Iglesia?

Oracion Del Credo Catolico Los credos son declaraciones de nuestras creencias básicas acerca de Dios. El término proviene del latín credo, que significa yo creo. Si bien siempre tendremos preguntas sobre Dios, la Iglesia y nuestra propia fe, tenemos dos credos fundacionales que usamos durante el culto: el Credo de los Apóstoles utilizado en el bautismo y la adoración diaria, y el Credo de Nicea, utilizado en la comunión.

  • Al recitar y afirmar estos credos, nos unimos a cristianos de todo el mundo y de todas las épocas para afirmar nuestra fe en el único Dios que nos creó, nos redimió y nos santificó.
  • Credo de los Apóstoles Creo en Dios Padre todopoderoso, creador del cielo y de la tierra.
  • Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor Fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo y nació de la Virgen María.
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Padeció bajo el poder de Poncio Pilato. Fue crucificado, muerto y sepultado. Descendió a los infiernos. Al tercer día resucitó de entre los muertos. Subió a los cielos, y está sentado a la diestra de Dios Padre. Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos.

  • Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesia católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de los muertos, y la vida eterna. Amén.
  • El Credo Niceno Creemos en un solo Dios, Padre todopoderoso, Creador de cielo y tierra, de todo lo visible e invisible.
  • Creemos en un solo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza que el Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros y por nuestra salvación bajó del cielo: por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre.

Por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato: padeció y fue sepultado. Resucitó al tercer día, según las Escrituras, subió al cielo y está sentado a la derecha del Padre. De nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin.

  1. Creemos en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas.
  2. Creemos en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica.
  3. Reconocemos un solo Bautismo para el perdón de los pecados.

Esperamos la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro. Amén. This page is available in: English

¿Cómo es el Creo en Dios Padre?

Se recita en domingos y en importantes celebraciones. Puede usarse en situaciones más solemnes. – Creo en Dios Padre, Todopoderoso.Creador del cielo y de la tierra.Creo en Jesucristo, su único hijo, nuestro señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo.Nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato,fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios, Padre todopoderoso.

Amén.- – –

Sigue bajando para encontrar más contenido : El santo credo: encuéntrelo completo aquí

¿Qué dice el Credo niceno?

Credo de Nicea-Constantinopla (Credo de Nicea o Credo

  • Creo en un solo Dios, Padre todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra,
  • de todo lo visible y lo invisible.
  • Creo en un solo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación bajó del cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos,
  • y su reino no tendrá fin.

Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un solo bautismo para el perdón de los pecados.

  1. Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro.
  2. Amén.

: Credo de Nicea-Constantinopla (Credo de Nicea o Credo

¿Qué es el Credo y por qué es importante?

Descripción – Al centro de la experiencia católica está el Misterio de Dios revelado en el transcurso de la historia, especialmente por medio de Jesucristo. En el Credo nos encontramos de manera directa y concisa con las convicciones centrales sobre el Dios trinitario: Padre, Hijo y Espíritu Santo, las cuales nos identifican como cristianos.

  • Como fórmula de fe, el Credo resume lo que creemos.
  • Pero más que una fórmula, el Credo es el testimonio de fe de la comunidad cristiana a través de los siglos.
  • En este curso exploramos la belleza y profundidad del Credo, resaltando su importancia para la práctica del discipulado cristiano.
  • El curso es ante todo una introducción a la vida cristiana meditando profundamente sobre el misterio de Dios.

Los participantes siguen de cerca la presentación sobre el Credo en el Catecismo de la Iglesia Católica mientras realizan conexiones prácticas que conduzcan al fortalecimiento de su espiritualidad en la vida diaria.

¿Cómo se llama el Credo largo y corto?

El credo niceno-constantinopolitano, símbolo de la fe, es aceptado por la Iglesia católica, las Iglesias ortodoxas bizantinas, las Iglesias ortodoxas orientales, la Iglesia del Oriente (actualmente dividida en Iglesia asiria del Oriente y Antigua Iglesia del Oriente), la anglicana, y la mayoría de las Iglesias

¿Cuál es el verdadero Padre Nuestro?

El Papa quiere cambiar esta oración porque considera que la traducción literal del latín de un verso concreto da una impresión errónea de la acción de Dios en algunos idiomas. Sólo es correcto en castellano – El Papa quiere cambiar esta oración porque considera que la traducción literal del latín de una frase da una impresión errónea de la acción de Dios en algunos idiomas.

Sólo es correcto en castellano. Con casi cinco años de Pontificado, y a una semana de cumplir 81 años, el Papa Francisco se ha convertido de alguna manera en un gran reformador. Siguiendo el estilo de Juan Pablo II y Benedicto XVI, con quienes comenzó y se desarrolló el Concilio Vaticano II, ha querido adecuar la Iglesia a los tiempos actuales, siempre en el marco del magisterio y la doctrina establecida.

Ahora le ha llegado el turno a la oración más conocida o extendida de los cristianos y que es rezada al día por millones de personas en todo el mundo: el Padrenuestro. Francisco ha decidido hacer un pequeño pero importante ajuste en la traducción francesa de esta oración que, junto al Credo y al Ave María, constituyen la espina dorsal de los católicos.

Algunas traducciones a los diferentes idiomas han sido algo desafortunadas por no ajustarse todo lo bien que debieran a los orígenes e inducir a error. El cambio ya se ha efectuado y los fieles franceses que acudan estos días a misa se habrán dado cuenta de ello. Desde el día 3, fecha en la que comenzó el tiempo de Adviento que antecede al de Navidad, entró en vigor la nueva versión.

En concreto se encuentra en la sexta línea del Padrenuestro. Ya no se dirá más «no nos induzcas/sometas a la tentación», sino «no nos dejes caer en la tentación». Un cambio aparentemente sencillo pero que refleja mejor el sentido de la versión en latín, la utilizada para traducir después a los diferentes idiomas, que a su vez proviene del griego y a su vez del arameo, la lengua que hablaba Jesús.

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La frase que se recitaba en Francia hasta hace pocos días estaba vigente desde 1966 y aunque la nueva traducción ya había sido confirmada en Roma por la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos el 12 de junio de 2013 –y poco a poco fue siendo introducida en algunos países francófonos como Bélgica y Benín– no había llegado aún al país galo.

Ha sido el propio Bergoglio quién ha manifestado que la francesa no se trataba de una buena traducción. En el programa «Padre Nostro» de TV2000, al ser preguntado por este tema, Francisco explicó que el cambio se debe a que «soy yo el que cae, pero no es Él (Dios) quien me empuja a la tentación para ver cómo he caído.

Un padre no hace esto, un padre ayuda a levantarse rápido». En ese sentido, advirtió de que «aquel que te induce a la tentación es Satanás. Es el trabajo de Satanás». De la misma manera, los obispos franceses, a través del presidente de la comisión episcopal de liturgia y pastoral sacramental, Guy de Kerimel, aclaró que ahora se refleja mejor cómo se pide a Dios «ser liberados de la tentación que conduce al pecado y a una forma de esclavitud».

El también obispo de Grenoble, afirmó que la traducción precedente no era equivocada desde el punto de vista exegético, pero era posible que fuera «mal comprendida por los fieles». Por su parte, el responsable de la pastoral litúrgica y sacramental del país, el sacerdote Jacques Rideau, ha dicho también que «la nueva traducción descarta la idea de que Dios mismo nos pueda someter a una tentación».

  • «El verbo “entrar” retoma aquí la idea de la expresión griega: un movimiento como el de quien va a combatir, y se trata precisamente de un combate espiritual.
  • Pero esta prueba de la tentación es terrible para el fiel», señaló.
  • No contentos con la aclaración, el episcopado francés ha querido acompañar este pasaje con el volumen «Oración del Padre Nuestro, una mirada renovada», al que tienen acceso todos los fieles que deseen aclarar sus dudas.

La versión en español, según los criterios del Papa, sí es correcta. Sin embargo, todavía existen traducciones en otros países que no se han ajustado para darle el verdadero sentido del que habla el Papa. Es el caso del inglés, con «and lead us not into temptation», del alemán «und führe uns nicht in Versuchung» o del italiano: «non ci indurre in tentazione», lo que hace prever que a raíz de las palabras del Pontífice, las diferentes conferencias episcopales procederán al cambio en un futuro y de acuerdo con el Vaticano.

  • La Conferencia Episcopal Española ya hizo algunos cambios en la oración en 1988.
  • El responsable fue el entonces cardenal arzobispo de Toledo y Presidente de la Comisión Episcopal de Liturgia, Marcelo González Martín.
  • Unos cambios que entraron en vigor el 27 de noviembre de 1988 en España, y en 1992 en los restantes países hispanoparlantes y que incluso fueron presentados en rueda de prensa dado su valor.

El purpurado español dijo que los cambios eran «muy gratos al oído» y recordó que los países de habla inglesa, francesa y alemana unificaron sus textos del ordinario de la misa al terminar el Concilio Vaticano II, pero no se había logrado aún esa unificación en los de habla española.

Juan Pablo II fue uno de sus impulsores y se vio como una importante contribución a los actos del V Centenario del Descubrimiento y evangelización de América. El nuevo texto aprobado aquél año decía así: «Padre nuestro que estás en el Cielo, / santificado sea tu nombre, / venga a nosotros tu Reino, / hágase tu voluntad en la Tierra como en el Cielo, / danos hoy nuestro pan de cada día, / perdona nuestras ofensas, / como también nosotros perdonamos / a los que nos ofenden, / y no nos dejes caer en la tentación, / y líbranos del mal.

/ Amén». Frente a la versión antigua que se dejó de usar se establecía: «Padre nuestro que estás en los Cielos,/ santificado sea tu nombre,/ venga a nosotros tu Reino, / hágase tu voluntad así en la Tierra como en el Cielo. / El pan nuestro de cada día dánosle hoy / y perdónanos nuestras deudas, así como nosotros perdonamos a nuestros deudores, / y no nos dejes caer en la tentación, / mas líbranos del mal.

  1. / Amén». No es la primera vez que Francisco hace un cambio de estas características.
  2. Poco más de dos meses después de ser elegido Pontífice, ordenó cambiar las Plegarias eucarísticas II, III y IV del Misal Romano para dar sitio a san José.
  3. La Plegaria Eucarística es la oración central de la misa, en la que el sacerdote que preside la proclama en nombre de toda la comunidad, y que concluye con la consagración del pan y del vino.

Es el «corazón» y el «culmen» de la celebración, según explica el Catecismo de la Iglesia Católica. A través de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, que entonces estaba gestionada por el cardenal Antonio Cañizares, actual arzobispo de Valencia, decretó que se añadiese el nombre de San José colocándose después del de la Virgen María.

  • En España, a principios de este año entró en vigor otro cambio que también afecta a las misas.
  • El nuevo Misal, establece que el sacerdote que preside la celebración en vez de «que será derramada por vosotros y por todos los hombres», diga ahora «por vosotros y por muchos», respondiendo así al criterio, no de interpretación, sino de fidelidad a las palabras de Jesús según los evangelios de Mateo y Marcos.

Otro cambio que puso en marcha Francisco en 2016 fue la liturgia del tradicional lavatorio de los pies que se celebra el Jueves Santo para que se pueda elegir también a mujeres en este rito. El Papa establecía que no solo fuesen elegidos hombres para rememorar lo que Jesús hizo con sus discípulos, sino que «se pueda elegir como participantes a todos los miembros del Pueblo de Dios», y por tanto también a mujeres.

  1. Otro ejemplo: por expreso deseo del Papa argentino, la memoria de Santa María Magdalena fue elevada al grado de fiesta en el calendario romano.
  2. ESPAÑOL: «Y NO NOS DEJES CAER EN LA TENTACIÓN» El Padrenuestro español sí obedece a la versión original de la oración en griego y arameo, y por tanto es la correcta.

Incluso antes de algunos cambios efectuados en 1988, los obispos españoles siempre defendieron esta traducción. El texto de la oración cristiana por excelencia está unificado en los 22 países de habla hispana. INGLÉS: «AND LEAD US NOT INTO TEMPTATION» (y no nos lleves a la tentación» La versión en inglés del no sería la correcta correcta tampoco ya que comete el mismo error que han remediado ahora en Francia.

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Tal y como está ahora, la traducción sería «y no nos lleves a la tentación», y dando a entender que es Dios el que tienta. ALEMÁN: «UND FÜHR NS NICHT IN vERSUCHUNG» (y no nos tientes) La traducción exacta sería «Y no nos tientes». Se trata otro ejemplo de mala traducción que deberá ser tenida en consideración por los obispos alemanes.

Una vez más, parece que el que tienta es Dios y no el demonio en la oración cristiana más conocida y memorizada por millones de creyentes. ITALIANO: «NON CI INDURRE IN TENTAZIONE» (y no induzcas a tentación» Además del Latín, el italiano es considerada la lengua oficial de la Iglesia o, al menos, del Vaticano.

  • Sin embargo, este verso de la oración dice «y no nos induzcas a tentación», lo que de nuevo da a entender que Dios es el malo.
  • El problema viene de la traducción literal del latín: «Et ne nos inducas in tentationem» FRANCÉS: «ET NE NOUS SOUMETS PAS LA TENTATION» (y no nos sometas a la tentación) La antigua versión de la oración más conocida del cristianismo decía «y no nos sometas a la tentación», llevando a error a los fieles.

Con la nueva traducción «no nos dejes caer en la tentación» queda Dios el que libera de las tentaciones del demonio.

¿Quién dijo el Credo por primera vez?

Historia – Detalle del Credo de los Apóstoles – Iglesia de Nuestra Señora -Memmingen El uso eclesiástico de la palabra en latín symbolum para referirse a «credo»—en el sentido de «marca distintiva de los cristianos», a partir del sentido del griego σύμβολον, «signo o señal utilizado para la identificación»—aparece por primera vez a mediados del siglo III, en la correspondencia de San Cipriano y San Firmiliano, este último en particular hablando de la fórmula trinitaria como el «Símbolo de la Trinidad », y reconociéndola como parte integral del rito del bautismo,

​ El término Symbolum Apostolicum aparece por primera vez en una carta, probablemente escrita por Ambrosio, desde un Concilio en Milán al papa Siricio en torno al año 390 d.C. «Que den crédito al Símbolo de los Apóstoles, que la Iglesia romana siempre ha guardado y conservado sin mácula». ​ ​ El término de Ambrosio se refiere aquí al Antiguo Credo Romano, el predecesor inmediato de lo que ahora se conoce como el Credo de los Apóstoles.

​ ​ La narración de que este credo había sido creado conjuntamente por los Apóstoles, aportando cada uno de los doce uno de los doce artículos, ya era corriente en aquella época. ​ El Antiguo Credo Romano había evolucionado a partir de textos más sencillos basados en Mateo 28:19, ​ parte de la Gran Comisión, y se ha argumentado que este texto anterior ya estaba en forma escrita a finales del siglo II (c.180).

  1. ​ ​ ​ Está ligado a formas anteriores como «Jesús es el Señor » ​ y la fórmula trinitaria de Padre, Hijo y Espíritu Santo, ​ que aparecen en el Nuevo Testamento, por ejemplo, en la tradicional confesión bautismal de Hipólito de Roma, ​ en las reglas de fe y en Romano.
  2. En tiempos posteriores se afirmó que el Credo de los Apóstoles surgió de los mismos doce apóstoles; así por ejemplo, en el siglo IV, Rufino de Aquilea ​ y Ambrosio de Milán,

Sin embargo ya en el siglo XV Lorenzo Valla demostró que esta tradición era históricamente insostenible. ​ Sin embargo, todavía se encuentran en muchas iglesias representaciones de los Doce Apóstoles, asignándole a cada uno de ellos una parte del Credo.

Mientras que las profesiones individuales de creencia que se incluyen en el Credo de los Apóstoles—incluso las que no se encuentran en el Antiguo símbolo romano —se encuentran en varios escritos de Ireneo, Tertuliano, Novaciano, Marcelo, Rufino, Ambrosio, Agustín, Nicetas y Eusebio Galo, ​ la aparición más temprana de lo que conocemos como el Credo de los Apóstoles fue en el De singulis libris canonicis scarapsus (Extracto de los libros canónicos individuales) de san Pirminio ( Migne, Patrologia Latina 89, 1029 ss.), escrito entre el 710 y el 714.

​ Bettenson y Maunder afirman que es primero del Dicta Abbatis Pirminii de singulis libris canonicis scarapsus ( idem quod excarpsus, extracto), c.750. Esta iluminación de un manuscrito del siglo XIII muestra a los apóstoles escribiendo el Credo, recibiendo la inspiración del Espíritu Santo. El Credo probablemente se originó, en su forma actual, en la Galia, en el siglo V, ​ si bien están atestiguadas otras versiones más primitivas del mismo en autores como Tertuliano,

​ ​ Un credo prácticamente idéntico al actual aparece escrito por Fausto de Riez, Es posible que Fausto tuviera un texto idéntico, ya que no se puede reconstruir con certeza el texto original escrito por Fausto. A finales del siglo V aparece escrita una versión idéntica a la actual con la única excepción de la palabra infera en lugar de inferos,

Con todo, el Antiguo credo romano se mantuvo como el texto litúrgico estándar de la Iglesia romana entre los siglos IV y VII, y no fue sustituido por la versión «gala» del Credo de los Apóstoles sino hasta finales del siglo VIII, bajo Carlomagno, que lo impuso en todos sus dominios.

​ ​ La frase descendit ad inferos (« descendió a los infiernos ») no se encuentra en el Credo Niceno. Se hace eco de Efesios 4:9, ​ «κατέβη εἰς τὰ κατώτερα μέρη τῆς γῆς» («descendió a las regiones terrestres inferiores»). ​ Esta frase apareció por primera vez en una de las dos versiones de Rufino (m.411), el Credo de Aquilea, y luego no volvió a aparecer en ninguna versión del credo hasta el año 650 d.C.

​ Del mismo modo, las referencias a la comunión de los santos no se encuentran ni en el Antiguo símbolo romano ni en el Credo niceno, La referencia a Dios como «creador del cielo y de la tierra» tampoco aparece en el Credo niceno del 325, pero sí en la versión ampliada del Credo niceno (el credo niceno-constantinopolitano) del 381.

  • La Iglesia ortodoxa no utiliza el Credo de los Apóstoles, no por una objeción a alguno de sus artículos, sino por sus omisiones necesarias para la definición del cristianismo niceno,
  • Los delegados ortodoxos en el Concilio de Florencia (1431-1449) cuestionaron explícitamente la tradición occidental que atribuía el credo de los apóstoles a los Doce Apóstoles.

Esta tradición también fue demostrada como históricamente insostenible por Lorenzo Valla, La Iglesia romana no afirma que el texto se remonte a los propios apóstoles; el Catecismo de la Iglesia católica explica, en cambio, que «l Símbolo de los Apóstoles llamado así porque es considerado con justicia como el resumen fiel de la fe de los Apóstoles».