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Oracion De La Paz En La Misa?

Oracion De La Paz En La Misa
Oración Por La Paz Oh, Dios, Creador del universo, que extiendes tu preocupación paternal sobre cada criatura y que guías los eventos de la historia a la meta de la salvación; nosotros reconocemos tu amor paternal que a pesar de la resistencia de la humanidad y, en un mundo dividido por la disputa y la discordia, Tú nos haces preparar para la reconciliación.

Renueva en nosotros las maravillas de tu misericordia; envía tu Espíritu sobre nosotros, para que él pueda obrar en la intimidad de nuestros corazones; para que los enemigos puedan empezar a dialogar; para que los adversarios puedan extrecharse las manos; y para que las personas puedan encontrar entre sí la armonía.

Para que todos puedan comprometerse en la búsqueda sincera por la verdadera paz; para que se eliminen todas las disputas, para que la caridad supere el odio, para que el perdón venza el deseo de venganza. (Día Mundial por la Paz, 1 de enero del 2002) Señor Jesucristo, que eres llamado Príncipe de la Paz, que eres Tú mismo nuestra paz y reconciliación, que tan a menudo dijiste: “La Paz contigo, la paz les doy.” Haz que todos hombres y mujeres den testimonio de la verdad, de la justicia y del amor fraternal.

  • Destierra de nuestros corazones cualquier cosa que podría poner en peligro la paz.
  • Ilumina a nuestros gobernantes para que ellos pueden garantizar y puedan defender el gran regalo de la paz.
  • Que todas las personas de la tierra se sientan hermanos y hermanas.
  • Que el anhelo por la paz se haga presente y perdure por encima de cualquier situación.

Oh, Señor, Tú ves como por todas partes los vientos han estallado y el mar se convulsiona con la gran violencia de las olas crecientes. Ordena, te lo pedimos, que calmes los vientos y los mares. Restaura la paz entre nosotros, esa paz que solo Tú nos puedes ofrecer y restaura la armonía social.

Bajo tu mirada protectora y tu inspiración puedan los hombres y mujeres volver al orden, venciendo la codicia, convirtiéndonos en lo que debemos ser, reflejo del amor de Dios, de la justicia, de la caridad con el prójimo, haciendo uso ordenado de todas las cosas. Haz que tu reino llegue. Que todos puedan reconocer que están sujetos a Tí, y que deben servirte, porque eres la verdad y la salvación; que sin Tí, todo lo que se hace es en vano.

Tu ley, Señor, es justa y paternalmente bondadosa. Tú estás siempre a nuestro lado con tu fuerza y tu poder abundante para ayudarnos. La vida en la tierra es una guerra, pero Tú ayudas al ser humano a conquistar lo que necesita. Tú sostienes al débil y lo coronas con la victoria.

Oh,Bendito Jesús, haz que mi alma se aquiete en ti. Permite que tu poderosa calma reine en mi. Gobiérname, oh, Rey de la Calma, Rey de la Paz. “Cristo, por qué permites las guerras y las matanzas en la tierra? “Por qué juicio misterioso permites que las personas inocentes mueran cruelmente? Yo no lo puedo saber.

Yo solo confío en la promesa de que tu pueblo encontrará paz en el cielo, donde no habrá guerras. Así como el oro es probado en el fuego, Tú purificas las almas en estas tribulaciones, para prepararlas a ser recibidas por encima de las estrellas en tu hogar celestial.

Señor, házme un instrumento de tu paz: donde haya odio, ponga yo amor, donde haya ofensa, ponga yo perdón, donde haya discordia, ponga yo armonía, donde hay error, ponga yo verdad, donde haya duda, ponga yo la fe, donde haya desesperación, ponga yo esperanza, donde haya tinieblas, ponga yo la luz, donde haya tristeza, ponga yo alegría.

Oh, Señor, que no me empeñe tanto en ser consolado como en consolar, en ser comprendido, como en comprender, en ser amado, como en amar; porque dando se recibe, olvidando se encuentra, perdonando se es perdonado, muriendo se resucita a la vida, Amén.

¿Cómo se da la paz en Misa?

¿Cuál es la forma correcta de dar el saludo de paz en la Misa? P: ¿Cuál es el modo correcto de dar el saludo de paz en la Santa Misa? R: El saludo de paz puede darse de diferentes maneras; su significado es mucho más importante que la forma en que se exprese.

  • Cuando comprendemos más el sentido y significado de lo que hacemos, apreciamos más por qué lo hacemos inmediatamente antes de recibir la Comunión.
  • Comencemos con el significado de paz, que es una palabra que empleamos con frecuencia, pero no siempre con el mismo sentido.
  • Es probable que la mayoría de nuestras ideas acerca de la paz tenga que ver con situaciones de angustia, tales como la guerra entre naciones o pueblos padeciendo revueltas, intercambios hostiles en nuestros discursos cívicos o individuos agobiados con preocupaciones.

En respuesta a estas situaciones problemáticas, las personas de todos los credos y culturas suelen desear y pedir “paz”. Este tipo de paz en realidad solo significa la ausencia de la violencia y el desasosiego. Como discípulos de Jesús, estamos llamados a ser instrumentos de la justicia y la sanación de Dios para todos los que sufren violencia.

  1. Esto, sin embargo, no es la paz verdadera que celebramos y por la que pedimos en Misa.
  2. Es esta la paz que busca el mundo, pero como Jesús nos dijo, Él vino a traer paz “no como la da el mundo” sino como la da Dios.
  3. Juan 14,27) La paz que Cristo trae no es meramente la ausencia de violencia, sino el fruto de la justicia y el amor (Cf.

Gaudium et Spes 78), o como lo expresó el Papa Sn. Pablo VI, “Si quieres la paz, trabaja por la justicia”. En el mundo judío de Jesús, la gente pensaba que la paz era el resultado de vivir una relación justa con Dios, consigo mismo, con los demás y con el mundo alrededor.

  1. Estar en una relación justa consistía en un estado de justicia al tratar a los demás con respeto por su dignidad otorgada por Dios.
  2. Tal estado de justicia traía la harmonía a los individuos y a las naciones.
  3. Mientras que el mundo pudo haber esperado que esta paz surgiera de las relaciones correctas, tal justicia no era posible debido a los efectos del pecado.

Fue solo con el nacimiento de Jesús que los coros angélicos pudieron proclamar por fin, “paz en la tierra”. Jesús es el único que puede derrotar los efectos enajenantes del pecado que nos separan de Dios y de cada uno. Nuestro Señor consiguió esta gran reconciliación a través de su muerte en la cruz con la que conquistó de una vez y para siempre el poder del pecado y de la muerte.

Es esta gran reconciliación la que restablece la amistad perdida entre Dios y la humanidad. Es por lo que la cruz de Cristo es la fuente de nuestra paz, porque es la fuente de nuestra justa relación restaurada, nuestra justificación, con Dios. Sn. Pablo hace eco a esta verdad: “Mas ahora, en Cristo Jesús, vosotros, los que en otro tiempo estabais lejos, habéis llegado a estar cerca por la sangre de Cristo.

Porque él es nuestra paz De este modo, hizo las paces y reconcilió con Dios a ambos en un solo cuerpo, por medio de la cruz, dando en sí mismo muerte a la Enemistad”. (Efesios 2,13-16) Esta inmensa gracia que Jesús obtuvo para nosotros a través de la cruz del Calvario es una que debemos elegir, aceptar y vivir.

  1. Tras la muerte y resurrección del Señor, se apareció a los discípulos que estaban ocultos. (Cf.
  2. Juan 20,19-23) Las primeras palabras que les dirigió no fueron para reprenderlos por negarlo y abandonarlo, sino de sanación, misericordia, perdón y reconciliación: “La paz sea con ustedes”.
  3. En ese momento, ellos supieron que la misericordia de nuestro Señor siempre es más grande que su pecado.

Jesús compartió entonces el don del Espíritu Santo y los habilitó para continuar esta misión de perdón y reconciliación en el mundo. Nosotros podemos experimentar la paz de Cristo aun en las situaciones más angustiosas de la vida. Se trata de una paz que proviene de conocer y experimentar la presencia de Dios con nosotros, perdonándonos y amándonos.

Es la paz que permitió a los grandes mártires avanzar hacia la muerte con confianza y orando por sus perseguidores. Es la paz que guio a los grandes santos a perseverar con fidelidad incluso cuando enfrentaron gran oposición y rechazo. Dante expresó bien esta verdad en la Divina comedia : “En su voluntad está nuestra paz”.

¿Cómo dar la Paz en la Misa?: Preguntas y respuestas

Cuando nos damos el saludo de paz en Misa, lo hacemos con las mismas palabras que Jesús dijo a sus discípulos, “la paz sea contigo”, porque en nuestro bautismo nos hicimos miembros del cuerpo de Cristo y en la Eucaristía somos formados aún más en su cuerpo místico en la Iglesia.

  1. El saludo de paz, entonces, es más que desear a la gente que esté libre de violencia y angustia.
  2. Es más todavía que desearles una relación justa.
  3. Nuestro saludo de paz es nuestra respuesta voluntaria como miembros del cuerpo de Cristo de ser ministros unos de otros de la reconciliación que Jesús obtuvo para nosotros en la cruz.

Somos literalmente Cristo para Cristo. Es también un momento en que nos animamos unos a otros a conocer y confiar en la presencia de Dios, su amor y misericordia y a perseverar en cumplir la voluntad de Dios. Es este un momento sagrado en que las divisiones en el cuerpo de Cristo son sanadas mediante la gracia de Dios que pasa entre nosotros.

  • Esta sanación pretende suscitar una comunión auténtica entre nosotros al tiempo que nos preparamos para recibir y compartir nuestra comunión más profunda con Dios en la Eucaristía.
  • El saludo de paz no es un intermedio, es ministerio interno dentro del cuerpo de Cristo para unirnos como cuerpo de Cristo y así prepararnos a recibir plenamente el cuerpo de Cristo.
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La forma como damos este saludo de paz siempre debe ayudar a los demás a experimentar esta profunda gracia salvífica en sus vidas. Noroeste Católico – Mayo 2019 : ¿Cuál es la forma correcta de dar el saludo de paz en la Misa?

¿Qué dice el padre cuando da la paz?

Sacerdote: Señor, ten piedad. Todos: Señor ten piedad. Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor. Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos, te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso Señor, Hijo único, Jesucristo.

¿Que se responde a la paz sea contigo?

Shalom aleijem significa ‘la paz sea con vosotros’. Y ante ello, la respuesta apropiada es aleijem shalom.

¿Qué es el saludo de Paz y Bien?

El saludo de «Paz y Bien» es una invitación a abrir el corazón a la paz, fuerza interior y principio de renovación y de bien moral y social. Por eso, Francisco pedía a sus hermanos que no quería que se mostrasen tristes y enojados, sino, más bien, gozosos en el Señor, alegres y debidamente agradables.

¿Qué se hace en el rito de la paz?

El austero rito de la paz en la Misa romana El rito de la paz expresa la comunión fraterna entre los miembros del Cuerpo de Cristo, la Iglesia, antes de recibir su Cuerpo en el Sacramento Por: Javier Sánchez Martínez | Fuente: Infocatolica.com Es característica esencial y propia del rito romano que la paz se intercambia después del Padrenuestro y -antes de la Fracción del Pan, según lo determinó en el siglo VI san Gregorio Magno. Desde entonces hasta hoy es uno de los rasgos propios del rito romano -como lo es también, por ejemplo, arrodillarse en la consagración y que las especies se muestren para la adoración después de la consagración-.

El Sínodo sobre la Eucaristía, en el pontificado de Benedicto XVI, sugirió desplazar el rito de la paz romano para anteponerlo al Ofertorio, en vistas, sobre todo, a no perturbar el ritmo de recogimiento antes de la comunión, dados los múltiples abusos de este rito que se ha visto desbordado por efusividad y movimientos.

Benedicto XVI recogió esta sugerencia en la exhortación Sacramentum Caritatis: “La Eucaristía es por su naturaleza sacramento de paz. Esta dimensión del Misterio eucarístico se expresa en la celebración litúrgica de manera específica con el rito de la paz.

Se trata indudablemente de un signo de gran valor (cf. Jn 14,27). En nuestro tiempo, tan lleno de conflictos, este gesto adquiere, también desde el punto de vista de la sensibilidad común, un relieve especial, ya que la Iglesia siente cada vez más como tarea propia pedir a Dios el don de la paz y la unidad para sí misma y para toda la familia humana.

La paz es ciertamente un anhelo indeleble en el corazón de cada uno. La Iglesia se hace portavoz de la petición de paz y reconciliación que surge del alma de toda persona de buena voluntad, dirigiéndola a Aquel que « es nuestra paz » (Ef 2,14), y que puede pacificar a los pueblos y personas aun cuando fracasen las iniciativas humanas.

Por ello se comprende la intensidad con que se vive frecuentemente el rito de la paz en la celebración litúrgica. A este propósito, sin embargo, durante el Sínodo de los Obispos se ha visto la conveniencia de moderar este gesto, que puede adquirir expresiones exageradas, provocando cierta confusión en la asamblea precisamente antes de la Comunión.

Sería bueno recordar que el alto valor del gesto no queda mermado por la sobriedad necesaria para mantener un clima adecuado a la celebración, limitando por ejemplo el intercambio de la paz a los más cercanos” (n.49). Y en nota a pie de página, n.53, escribió: “Teniendo en cuenta costumbres antiguas y venerables, así como los deseos manifestados por los Padres sinodales, he pedido a los Dicasterios competentes que estudien la posibilidad de colocar el rito de la paz en otro momento, por ejemplo, antes de la presentación de las ofrendas en el altar.

  1. Por lo demás, dicha opción recordaría de manera significativa la amonestación del Señor sobre la necesidad de reconciliarse antes de presentar cualquier ofrenda a Dios (cf.
  2. Mt 5,23 s.): cf.
  3. Propositio 23″.
  4. Han pasado los años, se consultó a los Obispos, y la Cong.
  5. Para el Culto Divino emitió una Carta explicando el sentido de este rito de la paz, manteniéndolo en el lugar propio del rito romano -después del Padrenuestro- y recordando elementos muy básicos para su conveniente realización que se han ido olvidando.

Dice esta Carta (con fecha 8 de junio de 2014): 1. «La paz os dejo, mi paz os doy», son las palabras con las que Jesús promete a sus discípulos reunidos en el cenáculo, antes de afrontar la pasión, el don de la paz, para infundirles la gozosa certeza de su presencia permanente.

Después de su resurrección, el Señor lleva a cabo su promesa presentándose en medio de ellos, en el lugar donde se encontraban por temor a los judíos, diciendo: «¡Paz a vosotros!», La paz, fruto de la Redención que Cristo ha traído al mundo con su muerte y resurrección, es el don que el Resucitado sigue ofreciendo hoy a su Iglesia, reunida para la celebración Eucarística, de modo que pueda testimoniarla en la vida de cada día.2.

En la tradición litúrgica romana el signo de la paz, colocado antes de la Comunión, tiene un significado teológico propio. Éste encuentra su punto de referencia en la contemplación eucarística del misterio pascual -diversamente a como hacen otras familias litúrgicas que se inspiran en el pasaje evangélico de Mateo (cf.

Mt 5, 23)- presentándose así como el “beso pascual” de Cristo resucitado presente en el altar, Los ritos que preparan a la comunión constituyen un conjunto bien articulado dentro del cual cada elemento tiene su propio significado y contribuye al sentido del conjunto de la secuencia ritual, que conduce a la participación sacramental en el misterio celebrado.

El signo de la paz, por tanto, se encuentra entre el Pater noster -al cual se une mediante el embolismo que prepara al gesto de la paz- y la fracción del pan -durante la cual se implora al Cordero de Dios que nos dé su paz-. Con este gesto, que «significa la paz, la comunión y la caridad», la Iglesia «implora la paz y la unidad para sí misma y para toda la familia humana, y los fieles se expresan la comunión eclesial y la mutua caridad, antes de la comunión sacramental», es decir, la comunión en el Cuerpo de Cristo Señor.

Visto el sentido, hermoso, hondo, de situar la paz dentro de los ritos de preparación inmediata a la sagrada comunión, hay que cortar los excesos y abusos. Un rito que es espiritualmente significativo se ha ido convirtiendo en algo parecido a “un recreo” durante la Misa, saludando todos a todos, moviéndose, haciéndose interminable, y en ocasiones, abandonando el sacerdote u obispo el mismo altar para dar la paz indiscriminadamente.

Ni ése es el sentido ni ésa es la costumbre romana de nuestra liturgia, siempre sobria y elegante. El rito de la paz expresa la comunión fraterna entre los miembros del Cuerpo de Cristo, la Iglesia, antes de recibir su Cuerpo en el Sacramento. No es, desde luego, momento de saludarse y charlar, ni de dar el pésame en un funeral o entierro, ni de felicitar a los novios recién desposados Es otro el sentido; y por ello, ha de ser otro el modo real de dar autenticidad a ese rito, despojándolo de todo lo que se le ha revestido últimamente y que desdice del decoro y del orden en la liturgia.

Para una digna realización del rito de la paz en la Misa, que refleje la verdad de lo que se hace -la paz de Cristo- y se evite lo que lo desfigura (meros saludos y abrazos sin más, intentando saludar a todos), la Congregación para el Culto divino, con carta de 8 de junio de 2014, ha recordado lo que ya estaba marcado.

Recoge citas del Misal romano y, explicando el sentido de este rito, recuerda cómo hay que realizarlo y cuáles son las maneras defectuosas que se han introducido.6. El tema tratado es importante. Si los fieles no comprenden y no demuestran vivir, en sus gestos rituales, el significado correcto del rito de la paz, se debilita el concepto cristiano de la paz y se ve afectada negativamente su misma fructuosa participación en la Eucaristía.

Por tanto, junto a las precedentes reflexiones, que pueden constituir el núcleo de una oportuna catequesis al respecto, para la cual se ofrecerán algunas líneas orientativas, se somete a la prudente consideración de las Conferencias de los Obispos algunas sugerencias prácticas: a) Se aclara definitivamente que el rito de la paz alcanza ya su profundo significado con la oración y el ofrecimiento de la paz en el contexto de la Eucaristía.

El darse la paz correctamente entre los participantes en la Misa enriquece su significado y confiere expresividad al rito mismo. Por tanto, es totalmente legítimo afirmar que no es necesario invitar “mecánicamente” a darse la paz. Si se prevé que tal intercambio no se llevará adecuadamente por circunstancias concretas, o se retiene pedagógicamente conveniente no realizarlo en determinadas ocasiones, se puede omitir, e incluso, debe ser omitido.

Se recuerda que la rúbrica del Misal dice: “Deinde, pro opportunitate, diaconus, vel sacerdos, subiungit: Offerte vobis pacem”, b) En base a las presentes reflexiones, puede ser aconsejable que, con ocasión de la publicación de la tercera edición típica del Misal Romano en el propio País, o cuando se hagan nuevas ediciones del mismo, las Conferencias consideren si es oportuno cambiar el modo de darse la paz establecido en su momento.

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Por ejemplo, en aquellos lugares en los que optó por gestos familiares y profanos de saludo, tras la experiencia de estos años, se podrían sustituir por otros gestos más apropiados. c) De todos modos, será necesario que en el momento de darse la paz se eviten algunos abusos tales como: – La introducción de un “canto para la paz”, inexistente en el Rito romano,

– Los desplazamientos de los fieles para intercambiarse la paz. – El que el sacerdote abandone el altar para dar la paz a algunos fieles. – Que en algunas circunstancias, como la solemnidad de Pascua o de Navidad, o durante las celebraciones rituales, como el Bautismo, la Primera Comunión, la Confirmación, el Matrimonio, las sagradas Órdenes, las Profesiones religiosas o las Exequias, el darse la paz sea ocasión para felicitar o expresar condolencias entre los presentes,

d) Se invita igualmente a todas las Conferencias de los Obispos a preparar catequesis litúrgicas sobre el significado del rito de la paz en la liturgia romana y sobre su correcto desarrollo en la celebración de la Santa Misa. A éste propósito, la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos acompaña la presente carta circular con algunas pistas orientativas.7.

La íntima relación entre lex orandi y lex credendi debe obviamente extenderse a la lex vivendi. Conseguir hoy un compromiso serio de los católicos de cara a la construcción de un mundo más justo y pacífico implica una comprensión más profunda del significado cristiano de la paz y de su expresión en la celebración litúrgica.

Se invita, pues, con insistencia a dar pasos eficaces en tal materia ya que de ello depende la calidad de nuestra participación eucarística y el que nos veamos incluidos entre los que meren la gracia prometida en las bienaventuranzas a los trabajan y construyen la paz,

  • Termina el documento expresando el deseo de que se dé difusión amplia a esta normativa y se vaya implantando en todas partes para un fiel desarrollo de la liturgia, ordenado y espiritual.
  • Por tanto, y en síntesis: Igual que es propio del Rito bizantino (divina liturgia de s.
  • Juan crisóstomo) celebrar tras el iconostasio y realizar la Gran Entrada con el pan y el vino que reciben una veneración proléptica así, igual de propio, es en el Rito romano la Paz entre el padrenuestro y la Fracción.

Ahora bien, cumplamos las normas del Misal : a) No es obligatorio el intercambio de saludos b) Se hace con moderación, sólo a los que están al lado c) No hay “Canto de paz”; se hace en silencio y de manera ágil, sin que parezca el recreo después de clase. También te puede interesar Consultorios

¿Qué frase tiene que ver con la paz?

‘No hay camino para la paz, la paz es el camino ‘, decía Mahatma Gandhi, una de las muchas frases de paz que se han guardado en nuestra memoria con el paso de los años.

¿Cómo decir amor y paz con las manos?

Levantar el dedo índice y corazón de una mano haciendo una V – Este gesto se conoce en la mayoría de los paises como la V de victoria o como símbolo de paz.

¿Cómo se dice paz con las manos?

1. Levantar ambos dedos con la palma de la mano hacia afuera – En la mayoría de países es el símbolo de la paz o la V de victoria cuando se hace con la palma de la mano hacia afuera. También puede indicar el número dos cuando cuentas con los dedos.

¿Cómo se llama el momento de la paz en la misa?

El saludo de la paz o el beso de la paz es un rito litúrgico que se realiza durante las celebraciones de la Eucaristía en iglesias cristianas.

¿Cómo se llama el momento de la paz en la misa?

El saludo de la paz o el beso de la paz es un rito litúrgico que se realiza durante las celebraciones de la Eucaristía en iglesias cristianas.

¿Cómo se forma una conciencia de paz?

Varona no.66 supl.1 La Habana 2018 – Artículo original La cultura de paz y su importancia en el proceso de formación ciudadana en el contexto educativo colombiano The culture of peace and its importance in the citizen formation process of the Colombian educative context, M.

Sc.1 1 Universidad Colombia, email: [email protected] RESUMEN La cultura de paz se forma en un proceso de acción a largo término, establecido sobre principios morales y éticos de reconocimiento universal, que busca sembrar en la mente de los seres humanos, los baluartes de la paz. Educar en cultura de paz y formación ciudadana es un reto para la comunidad educativa, ya que deben ver sus diferentes componentes como una forma de transformar la sociedad, lo cual permitirá al ser humano encontrar soluciones que permitan enfrentar los conflictos sin violencia, con la fuerza necesaria para llegar a soluciones en las que todos resulten ganadores, en una sociedad tan convulsionada como la colombiana.

Este artículo tiene por objetivo reflexionar sobre algunos de los retos que se dan en la comunidad educativa en el proceso de formación de la personalidad, en busca de un nuevo tipo de ciudadano, capaz de interactuar, relacionarse con otras personas, respetar las normas de convivencia, conocer sus derechos, cumplir con sus deberes, e insertarse constructivamente en la nueva sociedad.

Los procesos pedagógicos que permiten crear una cultura de paz, deberán fomentar el proceso de apropiación de conocimientos relacionados con el territorio, la cultura, el contexto económico y social y la memoria histórica, con el propósito de reconstruir el tejido social, promover la prosperidad general y garantizar la efectividad de los principios, derechos y deberes consagrados en la Constitución Política de Colombia.

Palabras clave: cultura de paz; convivencia; paz; formación ciudadana ABSTRACT The culture of peace is a large process, which is established based on moral and ethical principles of universal acknowledgement. Educate people under the conception of peace and the development of citizen forming is a challenge or the educative community, because is necessary to consider different components to transform the society, and to find solutions to face conflict without violence, and to get valuable and positive solutions according to the actual convulsive situation of Colombia.

This article has the objective to reflect about some issues and challenges of the educative community in the development process of personality, in order to shape a new citizen, capable to interact, and to have relationships with other persons, respect rules of coexistence, to know his- her rights, and duties, and to be educative inserted in a new society.

To create a culture of piece, pedagogical processes have to guaranty a process of knowledge acquisition related to territory, culture, the social and economic context as well as history, with the purpose to promote general prosperity and to guaranty the effectiveness of the principles, rights and duties expressed in the Political Constitution of Colombia.

Keywords: citizenship formation; citizenship; peace; coexistence INTRODUCCIÓN La cultura de paz forma parte del proceso de socialización, a través del cual se asimila un sistema de valores, habilidades, actitudes y modos de actuación, que reflejan el respeto a la vida, al ser humano, a la dignidad, al medio ambiente, propiciando el saber participar, valorar y convivir, rechazando la violencia, evitando los conflictos, desde relaciones comunicativas asertivas, dialógicas y favorecedoras del desarrollo de relaciones empáticas entre las personas.

El desarrollo de la cultura de paz se da, por medio de la educación. Las actividades educativas, plasmadas en campañas, proyectos de solidaridad, conferencias, museos, publicaciones, entre otras, persuaden a millones de personas, de la necesidad de fomentar una cultura de paz, posible y deseable.

Estas actividades difunden la idea, introducida por la Unesco y desarrollada por la asamblea general de naciones unidas que plantea, entre otras cosas que, la propia creación del sistema de naciones unidas, basado en unos valores y objetivos universalmente compartidos, ya fue un acto de gran importancia para una transformación que permitiera pasar de una cultura de guerra y violencia, a una cultura de paz y no violencia, que consiste en la asimilación de valores, actitudes y comportamientos, que reflejan e inspiran la interacción social y la redistribución, basadas en los principios de libertad, justicia y democracia, respeto de todos los derechos humanos, tolerancia y solidaridad; que rechazan la violencia y se esfuerzan por prevenir los conflictos, abordando las causas que los provocan, con el fin de resolver los problemas mediante el diálogo y la negociación, garantizando el pleno ejercicio de todos los derechos y medios, para participar en el proceso de desarrollo de la sociedad.

Se asume como objetivo reflexionar sobre algunos de los retos que se dan en la comunidad educativa en el proceso de formación de la personalidad, en busca de un nuevo tipo de ciudadano, capaz de interactuar, relacionarse con otras personas, respetar las normas de convivencia, conocer sus derechos, cumplir con sus deberes, e insertarse constructivamente en la nueva sociedad.

DESARROLLO La cultura de paz está basada en los principios enunciados en la Carta de las naciones unidas y en el respeto de los derechos humanos, la democracia y la tolerancia, la promoción del desarrollo, la educación para la paz, la libre circulación de información y la mayor participación de la mujer como enfoque integral, para prevenir la violencia y los conflictos, realizando actividades encaminadas a crear condiciones propicias para el establecimiento de la paz y su consolidación.

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Supone, ante todo, el esfuerzo generalizado para modificar mentalidades y actitudes con ánimo de promover la paz. Significa transformar los conflictos, prevenir los que puedan engendrar violencia y restaurar la paz y la confianza en poblaciones que emergen de la guerra.

  • Su propósito trasciende los límites de los conflictos armados, para hacerse extensivo a las escuelas y los lugares de trabajo, los parlamentos y las salas de prensa, las familias y los lugares de recreo.
  • Hemos convenido también que la paz es algo más que la ausencia de guerra, y tiene que ver con la superación, reducción o evitación de todo tipo de violencias, y con nuestra capacidad y habilidad para transformar los conflictos, para que en vez de tener una expresión violenta y destructiva, las situaciones de conflicto puedan ser oportunidades creativas, de encuentro, comunicación, cambio, adaptación e intercambio.

Este nuevo enfoque es el que persigue la “cultura de paz”, si la entendemos como un proceso que, en primera instancia, habrá de transformar la actual “cultura de la violencia” ( Vicenc, 1998 : 1). Parece evidente que uno de los retos de la educación para la paz no puede ser otro que el participar en la formación de una ciudadanía dispuesta a abordar responsablemente los cambios estructurales que el mundo necesita, en lo político y en lo económico, educar para la paz, implica educar sobre el conflicto, que no debe ser confundido con la violencia.

Educar en cultura de paz es enseñar a la gente a encararse de manera más creativa, menos violenta, a las situaciones de conflicto y darles los medios para hacerlo, en síntesis es aprenda a convivir, lo cual “presupone cumplir normas comunes, generar y respetar acuerdos, confiar y tolerar; de ahí que la convivencia se distinga por una combinación de una alta capacidad reguladora de ley moral y cultural sobre los individuos con la capacidad de celebrar y cumplir acuerdos lo que produce confianza y se fortalece con ella. La capacidad reguladora de estas instancias debe estar acorde con un pluralismo moral y cultural tolerante, que excluya la aprobación de comportamientos ilegales por razones morales o culturales. Se consideran otros aspectos relevantes ligados a la convivencia y los acuerdos: el papel de la gratificación y la sanción, el reconocimiento de la autonomía, la cooperación y el sentido de pertenencia. (Mockus, 2007: 27). Valdría la pena dedicar un poco de tiempo a aprehender y comprender nuestros propios conflictos, puesto que la paz no es otra cosa que la “fase superior de los conflictos, es decir, cuando los conflictos son transformados por las personas y por las comunidades de forma positiva, creativa y no violenta. Resulta fundamental estimular la creatividad para que al buscar soluciones a los conflictos, prevalezca la comprensión mutua, la tolerancia y el desbloqueo de posiciones. Hay que cambiar la percepción del conflicto y la forma de acercarnos a él, desde la educación para la paz se ha dicho siempre, y con razón, que hemos de educar para la disidencia, la indignación, la desobediencia responsable, la elección con conocimiento y la crítica, es decir, para salirnos de las propuestas de alienación cultural y política.

La educación para la paz consiste en analizar el mundo en que vivimos, pasarlo por la crítica reflexiva emanada de los valores propios de una cosmovisión pacifista y lanzar a los individuos a un compromiso transformador, liberador de las personas en cuanto que, movidas por ese análisis crítico, quedan atrapadas por la fuerza de la verdad y obligados en conciencia a cooperar en la lucha por la emancipación de todos los seres humanos y de sí misma.

La educación es, sin duda alguna, un instrumento crucial de la transformación social y política. Si estamos de acuerdo en que la paz es la transformación creativa de los conflictos, y que sus palabras claves son, entre otras, el conocimiento, la imaginación, la compasión, el diálogo, la solidaridad, la integración, la participación y la empatía, hemos de convenir que su propósito no es otro que formar una cultura de paz, opuesta a la cultura de la violencia, que pueda desarrollar esos valores, necesidades y potencialidades.

Por medio de la educación se puede introducir de forma generalizada, los valores, herramientas y conocimientos que forman las bases del respeto hacia la paz, los derechos humanos y la democracia, porque la educación es un importante medio para eliminar las diferencias, al mismo tiempo, promueve los ideales de paz, tolerancia y no violencia, la apreciación mutua entre los individuos, grupos y naciones Los derechos humanos constituyen uno de los pilares fundamentales del discurso de la cultura de paz, puesto que su respeto y cumplimiento de forma generalizada es la máxima garantía de que los valores mínimos que la humanidad decida compartir, se traducen en normas de comportamiento e instrumentos jurídicos de protección para las personas y los pueblos.

Derechos Civiles y Políticos: contra el abuso de los poderes arbitrarios y las diversas formas de dictadura, para limitar las competencias del estado, para garantizar la libertad de los ciudadanos, entre otros Derechos sociales, económicos y culturales: exigen para su cumplimiento que se abandone el papel pasivo del estado para convertirse en guardián de las garantías mínimas que la persona requiere para ejercer a cabalidad las funciones derivadas de la condición humana (derecho al trabajo, a la educación, a la seguridad social, al acceso a las fuentes de la cultura, entre otros). El cumplimiento de estos derechos necesita de la cooperación internacional, y en ocasiones, de la ayuda humanitaria, para lograr solidaridad en sus manifestaciones diversas. Derechos de tercera generación: derechos derivados de la fraternidad, de la solidaridad, derecho a la paz, derecho al medio ambiente sano, derecho al desarrollo. Es interesante aquí subrayar los esfuerzos para que el llamado derecho a la paz, sirva para que el discurso sobre la cultura de paz vaya consolidándose.

“En los albores del Siglo XXI, educar para la paz y sentar las bases para una cultura de paz significa preparar a las nuevas generaciones para buscar un nuevo consenso fundamental sobre convicciones humanas integradoras” ( Küng, 1991 : 174). “Se incluirá una pluralidad heterogénea de proyectos vitales, comportamientos, lenguajes, formas de vida, conceptos científicos, sistemas económicos, modelos sociales y comunidades creyentes, y que infunde en la sociedad internacional unas pautas de comportamiento ético y moral, comprensión humana y empatía, con el propósito de lograr una cooperación pacífica en la mejora de la condición humana” ( Thee, 1996 : 229-250).

Del análisis realizado se desprende que; al educar para el desarrollo de una cultura de paz, estamos contribuyendo al desarrollo de la formación ciudadana, proceso que tiene sus particularidades en el contexto educativo colombiano. CONCLUSIONES Se deben desarrollar con los estudiantes procesos pedagógicos que conlleven a formar en cultura de paz, lo que facilitará la comprensión del proceso que conduce a la plena realización de la misma, a la sana convivencia, a la participación democrática y a la resolución de conflictos La formación ciudadana debe generar acciones que orienten a los estudiantes hacia la convivencia pacífica y generar compromisos que eduquen a los ciudadanos y promuevan un modo de actuación comprometido con la construcción de una sociedad mejor Son varios los escenarios donde se promueven y desarrollan acciones relacionadas con la formación ciudadana y la cultura de paz, la escuela, la familia, allí las experiencias se pueden vivir cotidianamente, porque en este contexto se aprende a respetar las leyes, defender y promover los derechos humanos e ir arraigando en cada ser humano una cultura de paz.

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¿Cómo se hace paz con las manos?

5. Señal de la “V” con la mano – Este gesto, con la mano girada hacia fuera, tiene diferentes significados pero se popularizó como signo de paz durante los movimientos pacifistas posteriores a la II Guerra Mundial y, especialmente, en la década de 1960, durante la Guerra de Vietnam. Si se realiza con la mano girada hacia dentro, es un insulto grave en algunos países anglosajones.

¿Qué es el abrazo de la paz?

Portada

Identificación del obsequio: El Abrazo de Paz es una escultura realizada con la técnica mixta hierro-masilla-esmalte. El artista Ramiros Matas Gonzales creó una escultura que representa a una persona con los brazos abiertos. El obsequio fue entregado por el Presidente de la República Dominicana, José Salvador Omar Jorge Blanco, en nombre del pueblo de la República Dominicana.