ORACIONES DE LA MAÑANA | EWTN Procura levantarte cada día a una hora fija y temprano. Así tendrás tiempo para todo. Te levantarás con prontitud, fervor y modestia: Hecha devotamente la señal de la Cruz y, después de haberte vestido y arreglado (pues estarás en presencia de Dios especialmente al ofrecer tu día), puedes rezar las siguientes oraciones, y mejor si lo haces de rodillas, delante de alguna imagen.
Por la mañana, al medio día y por la noche reza el “Angelus” o el “Regina Caeli”” Rezar cada cierto tiempo alguna jaculatoria te mantendrá en presencia de Dios y te evitará caer en pecado. S eñor Dios Omnipotente, que nos has permitido llegar al principio de este día, guárdanos hoy con tu poder, para que no caigamos en pecado, antes bien, todos nuestros pensamientos, palabras y obras se dirijan a cumplir tu Santa Ley.
Padre Nuestro, Ave María, Credo. S eñor Dios del Cielo y de la tierra dígnate dirigir, santificar, guiar y gobernar en este día nuestros corazones y nuestros cuerpos, nuestros sentidos, palabras y acciones según tu Ley y por el camino de tus mandamientos, para que aquí y en la eternidad merezcamos, por tu favor, ser salvados y libres.
¡Oh, Salvador del mundo!, que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén. Encomiéndate a la Santísima Virgen, diciendo: ¡ O h Virgen y Madre de Dios! Yo me entrego por hijo tuyo, y en honor y gloria de tu pureza, te ofrezco mi alma y cuerpo, mis potencias y sentidos y te suplico me alcances la gracia de no cometer jamás pecado alguno.
Amén. M adre aquí tienes a tu hijo. – Madre aquí tienes a tu hijo. – Madre aquí tienes a tu hijo. En ti Madre mía dulcísima he puesto toda mi confianza, jamás quedaré confundido. Amén. A ve María. A ngel de Dios que eres custodio mío; ya que la soberana Piedad a Ti me encomendó, ilumíname, guíame, rígeme y gobiérname en este día.
¿Cómo orar a Dios por la mañana?
5. Una oración matutina para afrontar el miedo – ” El Señor es mi luz y mi salvación; ¿a quién temeré? El Señor es el baluarte de mi vida; ¿quién podrá amedrentarme? Cuando los malvados avanzan contra mí para devorar mis carnes, cuando mis enemigos y adversarios me atacan, son ellos los que tropiezan y caen.
- Aun cuando un ejército me asedie, no temerá mi corazón; aun cuando una guerra estalle contra mí, yo mantendré la confianza”.
- Salmo 27:1-3 Señor, gracias porque eres mi luz y mi salvación.
- Gracias porque en los momentos de temor, puedo mirar hacia ti.
- Gracias porque aunque las circunstancias abrumadoras vengan contra mí, sé que tú estás conmigo y sé que contigo, puedo enfrentar todas las cosas.
Amén.
¿Cómo hacer una oración con mucha fe?
Pedir con fe La oración sincera requiere tanto comunicación sagrada como obras consagradas. Invito al Espíritu Santo para que nos ayude al reflexionar en un principio que puede servir para que nuestras oraciones sean más sinceras: el principio del Evangelio de pedir con fe.
- Quiero repasar tres ejemplos en cuanto al pedir con fe en oración sincera y analizar las lecciones que podemos aprender de cada uno de ellos.
- Al hablar de la oración, hago hincapié en la palabra sincera,
- El simple hecho de orar es muy diferente a entregarse en sincera oración.
- Espero que todos ya sepamos que la oración es esencial para nuestro desarrollo y protección espiritual; no obstante, lo que sabemos no siempre se refleja en lo que hacemos.
A pesar de que reconocemos la importancia de la oración, todos podemos mejorar en cuanto a la regularidad y la eficacia de nuestras oraciones personales y familiares.
El ejemplo clásico de pedir con fe es José Smith y la Primera Visión. Cuando el joven José deseaba saber la verdad acerca de la religión, leyó los siguientes versículos del primer capítulo de Santiago:”Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada.”Pero pida con fe, no dudando nada” (Santiago 1:5–6).Fíjense, por favor, en el requisito de pedir con fe que, a mi modo de entender, significa la necesidad no sólo de expresar, sino de hacer; la doble obligación de suplicar y de ejecutar; el requisito de comunicar y de actuar.
El meditar en este texto bíblico llevó a José a retirarse a una arboleda cerca de su casa para orar y buscar conocimiento espiritual. Presten atención a las preguntas que guiaron el razonamiento y las súplicas de José. “En medio de esta guerra de palabras y tumulto de opiniones, a menudo me decía a mí mismo: ¿Qué se puede hacer? ¿Cuál de todos estos grupos tiene razón; o están todos en error? Si uno de ellos es verdadero, ¿cuál es, y cómo podré saberlo? “Había sido mi objeto recurrir al Señor para saber cuál de todas las sectas era la verdadera, a fin de saber a cuál unirme” (José Smith—Historia 1:10, 18).
Las inquietudes de José se centraban no sólo en lo que necesitaba saber, sino en lo que debía hacer. Su oración no fue simplemente: “¿Cuál iglesia es la verdadera?”. Su pregunta fue: “¿A cuál Iglesia debo unirme?”. José fue a la arboleda a pedir con fe y estaba resuelto a actuar. La verdadera fe se centra en el Señor Jesucristo y siempre conduce a obras rectas.
El profeta José Smith enseñó que “la fe es el primer principio de la religión revelada y el fundamento de toda rectitud” y que también es “el principio de acción en todos los seres racionales” ( Lectures On Faith, 1985, pág.1). La acción por sí sola no es fe en el Salvador, sino que actuar de acuerdo con principios correctos es el componente central de la fe.
- Por tanto, “la fe sin obras es muerta” (Santiago 2:20).
- Además, el profeta José explicó que “la fe no sólo es el principio de acción, sino también de poder, en todos los seres racionales, ya sea en los cielos o en la tierra” ( Lectures On Faith, pág.3).
- Por tanto, la fe en Cristo conduce a obras rectas que aumentan nuestra capacidad y poder espirituales.
El comprender que la fe es un principio de acción y de poder nos inspira a ejercer nuestro albedrío moral según la verdad del Evangelio, invita a nuestra vida los poderes redentores y fortalecedores de la expiación del Salvador, e incrementa nuestro poder interior, por lo que somos nuestros propios agentes (véase D.
Y C.58:28). Por mucho tiempo me ha impresionado la verdad de que la oración sincera requiere tanto comunicación sagrada como obras consagradas. Se requiere esfuerzo de nuestra parte antes de recibir bendiciones y, la oración, que es un tipo de obra, es el medio señalado para lograr la más suprema de todas las bendiciones (véase Bible Dictionary, “Prayer”, pág.753).
Después de decir “amén”, seguimos adelante y perseveramos en la obra consagrada de la oración actuando según lo que hayamos expresado a nuestro Padre Celestial. El pedir con fe requiere honradez, esfuerzo, dedicación y perseverancia. Permítanme dar una ilustración de lo que quiero decir y hacerles una invitación.
Nosotros oramos debidamente por la protección y el éxito de los misioneros de tiempo completo de todo el mundo, y un elemento común de muchas de nuestras oraciones es la súplica de que los misioneros sean guiados a las personas y familias que estén preparadas para recibir el mensaje de la restauración.
Pero, a final de cuentas, es mi responsabilidad y la de ustedes encontrar personas para que los misioneros les enseñen. Los misioneros son maestros de tiempo completo; ustedes y yo somos buscadores de tiempo completo y, como misioneros de toda la vida, ni ustedes ni yo debemos orar para que los misioneros de tiempo completo hagan nuestro trabajo.
Agradecer a nuestro Padre Celestial las doctrinas y ordenanzas del evangelio restaurado de Jesucristo que nos brindan esperanza y felicidad. Pedir valor y audacia para abrir la boca y compartir el Evangelio con nuestros familiares y amigos. Suplicar a nuestro Padre Celestial que nos ayude a hallar a las personas y familias que serían receptivas a nuestra invitación de que los misioneros les enseñen en nuestro hogar. Prometer hacer nuestra parte hoy y esta semana, y suplicar ayuda para superar la ansiedad, el temor y la indecisión. Procurar el don del discernimiento, a fin de tener ojos para ver y oídos para oír las oportunidades misionales que se presenten. Orar fervientemente por la fortaleza para actuar de la forma que sabemos que debemos hacerlo.
En una oración así se expresaría gratitud y se pedirían otras bendiciones, y se finalizaría en el nombre del Salvador. Entonces la obra consagrada de esa oración continuaría y aumentaría. Ese mismo modelo de comunicación sagrada y obra consagrada se puede aplicar en nuestras oraciones por el pobre y el necesitado, por el enfermo y el afligido, por familiares y amigos que estén teniendo dificultades, y por aquellos que no estén asistiendo a las reuniones de la Iglesia.
Testifico que la oración llega a ser sincera cuando pedimos con fe y actuamos. Hago una invitación para que todos oremos con fe en cuanto al mandato divino de proclamar el Evangelio. Si lo hacemos, les prometo que se abrirán puertas y seremos bendecidos para reconocer las oportunidades que se brindarán y para actuar de conformidad con ellas.
Mi segundo ejemplo recalca la importancia de perseverar a través de la prueba de nuestra fe. Hace unos años, una familia de Estados Unidos viajó a Europa. Poco después de llegar a su destino, el hijo de trece años se puso muy enfermo. Al principio, los padres pensaron que el malestar estomacal se debía a la fatiga del largo vuelo, y la familia continuó con el viaje.
- En el transcurso del día, el estado del hijo empeoró al aumentar la deshidratación.
- El padre le dio una bendición del sacerdocio, pero no se notó una mejoría inmediata.
- Pasaron varias horas y la madre se arrodilló al lado de su hijo para suplicar en oración a nuestro Padre Celestial por el bienestar del muchacho.
Se encontraban lejos de su hogar, en un país desconocido, y no sabían cómo conseguir asistencia médica. La madre le preguntó al hijo si quería orar con ella; ella sabía que sólo esperar la bendición solicitada no sería suficiente y que tenían que seguir haciendo su parte.
- Al explicarle que la bendición que había recibido aún tenía eficacia, ella sugirió que volviesen a suplicar en oración, tal como lo hicieron los antiguos apóstoles: “Señor: Auméntanos la fe” (Lucas 17:5).
- En la oración se profesó confianza en el poder del sacerdocio y la determinación de perseverar en hacer todo lo que fuese necesario para que la bendición se cumpliera, si es que en ese momento la bendición estaba de acuerdo con la voluntad de Dios.
Poco después de esa sencilla oración, el hijo mejoró. La fiel acción de la madre y de su hijo invitó el poder prometido del sacerdocio y, en parte, satisfizo el requisito de que “no porque no, porque no ningún testimonio sino hasta después de la prueba de fe” (Éter 12:6).
Así como la prisión en la que estaban Alma y Amulek no se vino abajo “sino hasta después de su fe”, y así como Ammón y sus hermanos misioneros no presenciaron poderosos milagros en sus ministerios “sino hasta después de su fe” (véase Éter 12:12–15), así también la curación de este jovencito de trece años no ocurrió sino hasta después de su fe y se logró “según su fe en sus oraciones” (D.
y C.10:47). Mi tercer ejemplo destaca la importancia de reconocer y aceptar la voluntad de Dios en nuestra vida. Hace varios años, había un joven padre que había sido activo en la Iglesia cuando era niño, pero que durante la adolescencia siguió un sendero diferente.
- Después de su servicio militar, se casó con una hermosa jovencita y al poco tiempo su hogar fue bendecido con hijos.
- Un día, inesperadamente, su hijita de cuatro años enfermó gravemente y la internaron en el hospital.
- Desesperado, y por primera vez en muchos años, el padre se puso de rodillas en oración para suplicar por la vida de su hija.
No obstante, su estado empeoró. Poco a poco, este padre tuvo la impresión de que su hijita no viviría y, lentamente, sus oraciones cambiaron; ya no oró para suplicar que se curara, sino para implorar entendimiento. “Hágase Tu voluntad” era el estilo de sus súplicas.
- Al poco tiempo, su hija entró en coma, y el padre supo que no le quedaban muchas horas en la tierra.
- Fortalecidos con entendimiento, confianza y poder más allá de los que poseían, los jóvenes padres oraron de nuevo para suplicar la oportunidad de estrecharla entre sus brazos mientras estuviera consciente.
La niña abrió los ojos y sus frágiles brazos se extendieron hacia sus padres para un último abrazo. Entonces murió. Ese padre supo que sus oraciones habían sido contestadas; un Padre Celestial bondadoso y caritativo había dado consuelo a sus corazones.
Se había hecho la voluntad de Dios y ellos habían logrado entendimiento. (Adaptado de H. Burke Peterson, “Adversity and Prayer”, Ensign, enero de 1974, pág.18). El discernir y aceptar la voluntad de Dios en nuestra vida son elementos fundamentales del pedir con fe en sincera oración. Sin embargo, el solo decir las palabras “hágase Tu voluntad” no es suficiente.
Todos necesitamos la ayuda de Dios para someter nuestra voluntad a la de Él. “La oración es el acto mediante el cual la voluntad del Padre y la del hijo entran en mutua armonía” (Bible Dictionary, “Prayer”, págs.752–753). La oración humilde, ferviente y constante nos permite reconocer la voluntad de nuestro Padre Celestial y actuar de acuerdo con ella.
Y en esto, el Salvador nos brindó el ejemplo perfecto cuando oró en el Jardín de Getsemaní, “diciendo: Padre, si quieres, pasa de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya Y estando en agonía, oraba más intensamente” (Lucas 22:42, 44). El objeto de nuestras oraciones no debe ser presentar una lista de deseos o una serie de peticiones, sino asegurar para nosotros y para los demás las bendiciones que Dios está ansioso por concedernos, de acuerdo con Su voluntad y Su tiempo.
Nuestro Padre Celestial oye y contesta toda oración sincera, pero las respuestas que recibamos tal vez no sean las que esperemos ni nos lleguen cuando y como las deseemos. Esta verdad es evidente en los tres ejemplos que he presentado hoy. La oración es un privilegio y el deseo sincero del alma.
- Podemos ir más allá de las oraciones habituales y típicas y participar en oraciones sinceras al pedir apropiadamente con fe y actuar, al perseverar pacientemente a través de la prueba de nuestra fe, y al reconocer y aceptar con humildad que “no se haga mi voluntad, sino la Tuya”.
- Testifico de la realidad y la divinidad de nuestro Padre Eterno, de Su Hijo Unigénito, el Señor Jesucristo, y del Espíritu Santo.
Testifico que nuestro Padre oye y contesta nuestras oraciones. Ruego que todos nos esforcemos con mayor determinación por pedir con fe y de ese modo hacer que nuestras oraciones sean en verdad sinceras. Suplico que así sea, en el sagrado nombre del Señor Jesucristo.
¿Qué versiculo leer en la mañana?
Salmo de la Mañana- Salmo 5:3-4 Señor, de madrugada ya escuchas mi voz: por la mañana te expongo mi causa y espero tu respuesta. Tú no eres un Dios que ama la maldad; ningún impío será tu huésped.
¿Cuál es el salmo para hoy?
Salmo de Anteayer – Canten al Señor con alegría, ustedes los justos; es propio de los íntegros alabar al Señor. Alaben al Señor al son del arpa; entonen alabanzas con el decacordio. Cántenle una canción nueva; toquen con destreza, y den voces de alegría.
La palabra del Señor es justa; fieles son todas sus obras. El Señor ama la justicia y el derecho; llena está la tierra de su amor. Por la palabra del Señor fueron creados los cielos, y por el soplo de su boca, las estrellas. Él recoge en un cántaro el agua de los mares, y junta en vasijas los océanos. Tema toda la tierra al Señor ; hónrenlo todos los pueblos del mundo; porque él habló, y todo fue creado; dio una orden, y todo quedó firme.
El Señor frustra los planes de las naciones; desbarata los designios de los pueblos. Pero los planes del Señor quedan firmes para siempre; los designios de su mente son eternos. Dichosa la nación cuyo Dios es el Señor, el pueblo que escogió por su heredad.
- El Señor observa desde el cielo y ve a toda la humanidad; él contempla desde su trono a todos los habitantes de la tierra.
- Él es quien formó el corazón de todos, y quien conoce a fondo todas sus acciones.
- No se salva el rey por sus muchos soldados, ni por su mucha fuerza se libra el valiente.
- Vana esperanza de victoria es el caballo; a pesar de su mucha fuerza no puede salvar.
Pero el Señor cuida de los que le temen, de los que esperan en su gran amor; él los libra de la muerte, y en épocas de hambre los mantiene con vida. Esperamos confiados en el Señor ; él es nuestro socorro y nuestro escudo. En él se regocija nuestro corazón, porque confiamos en su santo nombre.
¿Cómo pedir la ayuda de Dios?
Como obtener ayuda del Señor “Obtener una fe inalterable en Jesucristo es inundar tu vida de una luz resplandeciente. Ya no estéis solo para enfrentar lo que este mas allá de tu capacidad resolver o controlar.” Hoy día. la vida puede ser tan complicada y las dificultades tan grandes que nos resulte imposible resolverlas solos.
Todos necesitamos la ayuda del Señor. Pero hay muchas personas que no saben cómo recibirla y a veces piensan que El no les escucha. ¿Cómo puede ser. si El mismo ha dicho: “Pedid, y recibireis; llamad, y se os abrirá” (D. y C.4:7). Este problema surge ya sea porque no cumplimos Sus leyes espirituales para recibir la ayuda o porque no la reconocemos al recibirla.
Santiago dijo: “Pedís, y no recibís, porque pedís mal ” (Santiago 4:3). Es cierto que el Señor dijo: “Pedid, y recibireis” (D. y C.4:7). Pero también afirmo: “He aquí, no has entendido; has supuesto que yo te lo concedería cuando no pensaste sino en pedirme” (D.
- Y C.9:7). Es obvio que El espera que hagamos nuestra parte.
- ¿Y que debemos hacer? Nadie puede pretender que se cumpla una ley física si no la obedece.
- Así es con las leyes espirituales; cuando queremos ayuda, debemos seguir la ley espiritual de la que esta dependa.
- La ley espiritual no es algo misterioso; es comprensible.
Las Escrituras la definen en detalle. Citare algunas que enseñan a pedir esa ayuda, explicando la ley espiritual que las acompaña: El Salvador dijo: “Yo, el Señor, estoy obligado cuando hacéis lo que os digo; mas cuando no hacéis lo que os digo, ninguna promesa tenéis” (D.
- El Señor tiene el poder de bendecirnos en cualquier momento; pero vemos que para recibir Su ayuda debemos obedecer siempre Sus mandamientos.
- Enós registró: ” le suplicaba
- continuamente, pues el me había dicho: Cualquier cosa que pidas con fe, creyendo que recibirás en el nombre de Cristo, la obtendrás” (Enós 1:15; cursiva agregada).
- Mormón escribió: “He aquí, os digo que quien crea en Cristo, sin dudar en nada, cuanto pida al Padre en el nombre de Cristo, le será concedido; y esta promesa es para todos”, aun hasta los extremos de la tierra (Mormón 9:21; cursiva agregada).
- El Salvador enseñó:
“Recuerda que sin fe no puedes hacer nada; por tanto, pide con fe. No juegues con estas cosas; no pidas lo que no debes” (D. y (:.8:10; cursiva agregada). “Y cualquier cosa que pidáis al Padre en mi nombre, creyendo que recibireis, si es justa, he aquí, os será concedida” (3 Nefi 18:20; cursiva agregada),
“Cualquier cosa que le pidáis al Padre en mi nombre os será dada, si es para vuestro bien” (D. y C.88:64; cursiva agregada). “Y si sois purificados y limpiados de todo pecado, pediréis cuanto quisiereis en el nombre de Jesús y se cumplirá. Mas sabed esto, que os será indicado lo que debéis pedir ” (D. y C.50:29-30; cursiva agregada).
Estas enseñanzas de Jesucristo recalcan la gran importancia de saber que pediremos y como pedirlo. Testifico que si procuramos saber Su voluntad y la hacemos, recibiremos las mayores bendiciones en la vida. También es esencial ser agradecido, porque ” en nada ofende el hombre a Dios, o contra ninguno esta encendida su ira, sino aquellos que no confiesan su mano en todas las cosas y no obedecen sus mandamientos” (D.
- Resumiendo, recibiremos bendiciones cuando:
- Pidamos al Padre en el nombre de Cristo.
- Guardemos con diligencia Sus mandamientos.
- Pidamos con fe en Cristo.
- Pidamos lo que es justo.
- No endurezcamos el corazón.
- Expresemos gratitud.
Una manera en que el Señor nos ayuda es mediante las bendiciones del sacerdocio. Cuando un sacerdote digno pronuncia bendiciones especificas para nosotros, podemos recibir gran consuelo. Pero no hay garantía de que se cumplan sin nuestro propio esfuerzo.
El uso apropiado del poder del sacerdocio nos ofrece una ayuda cuyos resultados concuerdan con la voluntad del Señor. La bendición soluciona lo que nosotros no podamos resolver, pero debemos hacer nuestra parte para que se cumpla; debemos ser dignos y ejercer la fe requerida para hacer lo que podamos.
Si es posible recibir ayuda de otros, también debemos buscarla. La bendición se cumple si hacemos lo que nuestra capacidad, aumentada por el poder del Señor, nos permita. Una vez, me despertó la llamada de una madre. No se esperaba que su hijito prematuro viviera hasta la mañana, y ella quería que le diera una bendición.
- Al acercarme, la hermana me detuvo y me preguntó: “¿Es usted digno de bendecirlo?” La pregunta era apropiada.
- Uno no se siente totalmente digno, pero debe hacer lo posible por serlo.
- Sentí la fuerte impresión de bendecirlo para que sanara.
- La noble madre continuó el tratamiento médico y ejerció su fe.
- El Señor respondió y el niño sanó.
Una parienta del presidente Spencer W. Kimball le pidió una bendición por una grave enfermedad. Después de prepararse espiritualmente y ayunar, el presidente Kimball fue inspirado a bendecirla para que sanara. Unas semanas después, ella volvió quejándose de que estaba ya harta de esperar que el Señor la aliviara.
- El le dijo: “Ahora comprendo por que no has sido bendecida.
- Debes ser paciente, hacer tu parte y expresar gratitud por el mas mínimo progreso”.
- La hermana se arrepintió, siguió el consejo y al final sanó.
- Los que poseemos el sacerdocio tenemos la seria responsabilidad de actuar como agentes del Señor para ayudar a los afligidos.
Ese deber requiere fe, dignidad y sensibilidad ante la inspiración del Espíritu que nos comunique la voluntad del Señor. También los que reciben la bendición tienen la seria responsabilidad de ejercer la fe, de agradecer al Señor cualquier progreso y de hacer lo posible por resolver su problema.
Hace tres años conocí a un joven seriamente lastimado en un accidente. El pronóstico no era bueno; si vivía, podría quedar paralizado de por vida. Hace poco volví a verlo. Fue bendecido por el sacerdocio con la movilidad necesaria para hacer todo lo que el Señor quiere que haga. Se acercó en su silla de ruedas eléctrica y me estrechó la mano con una gran sonrisa; se podía sentir el magnetismo de su espíritu invencible.
Su fe y extraordinario y doloroso esfuerzo, aumentados por la bendición del Señor, han dado comienzo al milagro. Con la ayuda de seres queridos, va a la universidad y se esta preparando para ser misionero. Sin duda, sus esfuerzos harán que mejore mas aun.
- En contraste, otro conocido me comentó: “¿Por que no me da el Señor una esposa?”, como si una compañera eterna fuera un muñeco que se adquiere sin tener en cuenta su albedrío.
- Era obvio que no hacia siquiera lo básico para buscar esposa.
- Admitió que debería hacer algo para adelgazar, pero dijo que era muy difícil.
Su ropa y su aspecto eran tan desaseados que resultaba difícil estar cerca de el. Ciertamente, el debe hacer cierto esfuerzo. Generalmente, la ayuda del Señor viene poco a poco El puede curar instantáneamente y aun levantar a los muertos. Pero en general la mejoría viene paso a paso.
- Esto nos permite descubrir lo que el Señor espera que aprendamos.
- Ajustarnos a Su horario requiere paciencia, pero con nuestros esfuerzos y confianza en El progresamos, y podemos expresarle gratitud por la ayuda recibida.
- Cuando todo marcha bien, es difícil muchas veces aprender las lecciones que el Señor nos da.
Cuando sufrimos, nos hacemos muchas preguntas. Estas son las que deberíamos hacernos: ¿Que quiere el Señor que aprenda con esta experiencia? ¿Que debo hacer? ¿En que debo cambiar? ¿A quien debo servir? ¿En que puedo mejorar? Meditar y orar nos ayudaran a entender lo que debemos aprender de las dificultades que enfrentamos.
- No toda oración se nos contestara como deseamos.
- No es siempre fácil saber la voluntad del Señor, pero podemos estar seguros de algunas cosas: El no nos mandara hacer nada que no este completamente en armonía con Sus enseñanzas.
- No podemos esperar ayuda si somos inmorales o desobedientes de otra forma, a menos que nos arrepintamos sinceramente.
El que ore para confirmar si otra persona debe ser su compañero eterno y al mismo tiempo viole la ley de castidad tiene pocas posibilidades de recibir respuesta si no se arrepiente. “Porque he aquí, el Señor ha dicho: No socorreré a los de mi pueblo en el día de su transgresión, sino que obstruiré sus caminos para que no prosperen; y sus hechos serán como piedra de tropiezo delante de ellos” (Mosíah 7:29).
Mas si os tornáis al Señor con integro propósito de corazón, y ponéis vuestra confianza en el, y le servís con toda la diligencia del alma el os librara del cautiverio” (Mosíah 7:33). La oración sincera recibe respuesta si se conforma a la voluntad del Señor. Puesto que no comprendemos totalmente Su voluntad, debemos andar por la fe.
El es omnisciente y sus decisiones son perfectas. El hecho de que no tengamos la capacidad de entender todos sus tratos con el hombre no le impide bendecirnos. Su voluntad es nuestra elección mejor, ya sea que la entendamos o no. Cuando hacemos uso sabio de nuestro albedrío, el Señor actuara según Su voluntad.
- Vemos sólo una ínfima parte del plan eterno que El creó para nosotros.
- Aunque te duela, confía en El con Su perspectiva eterna.
- Ten paciencia cuando se te pida que esperes cuando quieres una solución inmediata.
- Tal vez El te pida que hagas algo totalmente contrario a lo que tu deseas.
- Ejerce la fe y dile: “Que se haga tu voluntad”.
Si lo haces fielmente, estas experiencias te preparan para mayores bendiciones. Siendo tu Padre, El quiere tu felicidad eterna, tu desarrollo continuo y el aumento de tu capacidad. Su deseo es compartir contigo todo lo que El tiene. El camino que debes recorrer en la vida puede ser muy diferente que el de otras personas.
Quizá no siempre sabrás por que El hace lo que hace, pero puedes saber que El es perfecto en su justicia y misericordia. El no te hará sufrir ninguna consecuencia, dificultad o carga que no sea para tu bien. Obtener una fe inalterable en Jesucristo es inundar tu vida de una luz resplandeciente. Ya no estas solo para enfrentar lo que este mas allá de tu capacidad resolver o controlar, porque El ha dicho: “Si tenéis fe en mí, tendréis poder para hacer cualquiera cosa que me sea menester” (; cursiva agregada).
Si estas desalentado o agobiado por la transgresión, si estas enfermo, solo o desesperado por recibir consuelo o apoyo, testifico solemnemente que el Señor te ayudara si obedeces la ley espiritual sobre la cual se basa. El es tu Padre; eres su hijo. El te ama.
¿Cuál es la mejor oración de proteccion?
Oración por la protección de mi familia – “Padre misericordioso, mientras nos vamos a dormir, ayúdanos a descansar. Protégenos del enemigo y de todos los que quieren hacernos daño. En este tiempo quédate cerca. Señor, te pedimos que sintamos tu presencia sobrenatural y sepamos que estás con nosotros.
Dios, protege a mi familia y a mis seres queridos. Mientras duermen, que estén a salvo. Si están lejos de mí, vela por ellos. Te pido que vuelvan sanos y salvos a mi lado. Te pido que se sientan seguros en un lugar desconocido y una cama desconocida. Cuando estemos de vacaciones o los miembros de mi familia estén de vacaciones, Dios, ¿podrías mantenernos a salvo? Protégenos y danos paz.
Haz que conozcamos tu presencia mientras disfrutamos de la compañía de los demás y pasemos un tiempo de descanso y alegría”. Imagen: Marek Szturc
¿Qué es la oración de Dios?
Este artículo o sección tiene referencias, pero necesita más para complementar su verificabilidad, Este aviso fue puesto el 28 de septiembre de 2020. |
Rezo» redirige aquí. Para otras acepciones, véase Rezo (Slayer), La oración, rezo o plegaria es la acción por la cual una persona se dirige a una divinidad o una persona sagrada. Los pasos, las características y a quien va dirigida la oración están basados en la fe del individuo que realiza dicha actividad. El término rezar viene del latín re-citāre el cual usa el prefijo re que significa repetición y citāre que significa citar, mientras orar viene del latín orāre que significa ‘de forma oral’, por otro lado plegaria precaria, en latín significa petición.
¿Cómo saber si mi oración es escuchada?
Pedid y recibiréis – En las Escrituras se nos enseña que Dios siempre escuchará nuestras oraciones y las contestará si nos dirigimos a Él con fe y verdadera intención. Sentiremos en nuestro corazón la confirmación de que Él sí nos escucha, un sentimiento de paz y sosiego.
¿Cuál es la hora de la oración?
I i alguna vez ha estado en un monasterio o en una abadía, o si ha visto alguna vez un programa de televisión en el que aparecen monjes o monjas, se habrá dado cuenta de que se reúnen fielmente para rezar muchas veces al día. Siguen las Horas Divinas, rezando en múltiples ocasiones a lo largo del día y a menudo también durante la noche.
Las Horas Divinas, a veces llamadas oración de horas fijas, existen desde antes de que se formalizara el cristianismo, y tienen sus raíces en el ritmo de oración diario del judaísmo. El horario típico de las Horas Divinas sigue un patrón de tres horas, con oraciones a las 6:00 a.m., 9:00 a.m., mediodía, 3:00 p.m.
y 6:00 p.m. Además, hay oraciones vespertinas y matutinas fuera de estos horarios. Las adaptaciones más sencillas de las Horas Divinas incluyen una oración matutina, una oración del mediodía y una oración vespertina.
¿Qué nos dice hoy la palabra de Dios?
¿Qué es lo que Dios desea que sepas? – Aunque las situaciones y los desafíos a los que haces frente en tu vida ciertamente son únicos, hay importantes verdades del Evangelio que son verdades para todos. Dios quiere que sepas que eres Su hijo. Él tiene un plan para ti,
- Él desea que tengas esperanza y te sientas importante y amado, porque lo eres.
- Tanto la Biblia como el Libro de Mormón enseñan que antes de esta vida, vivimos con Dios.
- Nadie está aquí por casualidad.
- Vinimos a la tierra para recibir un cuerpo, para aprender a tomar buenas decisiones, ser probados y progresar.
Nuestra existencia no terminará después de la muerte. Todos resucitaremos tal como Jesús resucitó. Si escogemos seguir a Jesús en esta vida, podremos regresar a vivir con Él y con nuestro Padre Celestial. El Libro de Mormón enseña que “existen los hombres para que tengan gozo” (2 Nefi 2:25).
¿Cuál es el mejor salmo de proteccion?
Salmo de Protección – Salmo 91: 14-16 Él se entregó a mí, por eso, yo lo glorificaré; lo protegeré, porque conoce mi Nombre. Me invocará, y yo le responderé. Estará con él en el peligro, lo defenderé y lo glorificaré. Le haré gozar de una larga vida y le haré ver mi salvación».
¿Cuál es la gracia de Dios?
Información adicional – La gracia es un don de nuestro Padre Celestial otorgado a través de Su Hijo, Jesucristo. La palabra gracia, según se usa en las Escrituras, se refiere principalmente al poder habilitador y a la sanación espiritual ofrecidos por medio de la misericordia y del amor de Jesucristo.
- Todas las personas de la tierra experimentan la muerte.
- Mediante la gracia de Jesucristo, todos resucitarán y vivirán para siempre (véase 1 Corintios 15:20–22; 2 Nefi 9:6–13).
- Asimismo, debido a las elecciones personales, todos sufrirán los efectos del pecado (véase 1 Juan 1:8–10; Mosíah 16:4).
- Dichos efectos se denominan muerte espiritual.
Por ello, ninguna persona puede regresar a la presencia de Dios sin la gracia divina. Por medio de la Expiación, todos podemos recibir el perdón de nuestros pecados; y volvernos limpios ante Dios. Para recibir este poder habilitador, debemos obedecer el evangelio de Jesucristo, el cual abarca tener fe en Él, arrepentirnos de nuestros pecados, bautizarnos, recibir el don del Espíritu Santo y tratar de seguir las enseñanzas de Jesucristo por el resto de nuestra vida (véase Efesios 2:8–9; Santiago 2:17–22; 2 Nefi 25:23; 31:20).
¿Qué versículo dela Biblia me recomiendas hoy?
Texto clave para hoy: 1 Corintios 15:22 Y así como en Adán todos mueren, así también en Cristo todos tendrán vida.
¿Cómo se hace la oración?
Los principios de la oración – Nuestro Padre Celestial siempre está dispuesto a escucharnos y contestar nuestras oraciones. El poder de nuestras oraciones depende de nosotros. Al esforzarnos por integrar la oración en la vida diaria, debemos recordar estos consejos: Demos significado a nuestras oraciones.
El profeta Mormón advirtió que si una persona “ora y no lo hace con verdadera intención de corazón, nada le aprovecha, porque Dios no recibe a ninguno de estos” ( Moroni 7:9 ). Para que las oraciones sean más significativas, debemos orar con sinceridad y “con toda la energía de ” ( Moroni 7:48 ). Debemos tener cuidado y evitar las “vanas repeticiones” al orar ( véase Mateo 6:7 ).
Usemos un lenguaje que demuestre amor, respeto, reverencia y una estrecha relación con Dios. La aplicación de este principio variará de acuerdo con el idioma que hablemos. Por ejemplo, al orar en español debemos utilizar los pronombres personales familiares cuando nos dirijamos a Dios; por ejemplo: Tú, Te, Tu y Tuyo, en lugar de los pronombres más formales usted, le, su y suyo.
El principio es el mismo sea cual sea el idioma en que se hable. Al orar, debemos usar palabras que comuniquen apropiadamente una relación de amor con Dios y de adoración hacia Él. Siempre demos gracias al Padre Celestial. Debemos ” cada día en acción de gracias por las muchas misericordias y bendiciones que él confiere sobre ” ( Alma 34:38 ).
Al dedicar tiempo a recordar las bendiciones recibidas, reconoceremos lo mucho que nuestro Padre Celestial ha hecho por nosotros. Debemos expresarle gratitud. Procuremos la guía y la fortaleza del Padre Celestial en todo lo que hagamos. Alma aconsejó a su hijo Helamán: ” implora a Dios todo tu sostén; sí, sean todos tus hechos en el Señor, y dondequiera que fueres, sea en el Señor; deja que todos tus pensamientos se dirijan al Señor; sí, deja que los afectos de tu corazón se funden en el Señor para siempre.
Consulta al Señor en todos tus hechos, y él te dirigirá para bien; sí, cuando te acuestes por la noche, acuéstate en el Señor, para que él te cuide en tu sueño; y cuando te levantes por la mañana, rebose tu corazón de gratitud a Dios; y si haces estas cosas, serás enaltecido en el postrer día” ( Alma 37:36–37 ; véase también Alma 34:17–26 ).
Al orar, recordemos las necesidades de otras personas. Ofrezcamos oraciones “por bienestar, así como por el bienestar de los que rodean” ( Alma 34:27 ). Pidamos a nuestro Padre Celestial que bendiga y dé consuelo a los necesitados. Busquemos la guía del Espíritu Santo para saber qué decir en nuestras oraciones.
El Espíritu Santo puede enseñarnos a orar y guiarnos en lo que debemos decir (véanse Romanos 8:26 ; 2 Nefi 32:8 ; 3 Nefi 19:9, 24 ); Él puede ayudarnos a orar “según la voluntad de Dios” ( Doctrina y Convenios 46:30 ). Cuando hagamos una petición en la oración, debemos hacer todo lo posible por contribuir a su cumplimiento.
El Padre Celestial espera que hagamos algo más que limitarnos a pedirle bendiciones. Cuando tengamos que tomar una decisión importante, Él a menudo nos requerirá “estudiarlo en mente” antes de darnos una respuesta (véase Doctrina y Convenios 9:7–8 ). Nuestras oraciones para pedir guía serán eficaces en la medida en que nos esforcemos por ser receptivos a las impresiones del Espíritu Santo.
Las oraciones por nuestro propio bienestar y por el de otras personas serán vanas si ” la espalda al indigente y al desnudo, y no al enfermo y afligido, y si no de bienes, si los, a los necesitados” ( Alma 34:28 ). Cuando tengamos que realizar una tarea difícil, si nos arrodillamos y pedimos ayuda, y después nos levantamos y nos ponemos a trabajar, complaceremos con ello a nuestro Padre Celestial.
Él nos ayudará con todos los objetivos que sean rectos, pero pocas veces hará por nosotros algo que podamos hacer por nosotros mismos.
¿Cómo se hace una oración?
Las oraciones en español se forman colocando el sujeto al principio, luego agregando el predicado, que podría ser un verbo más un tipo de complemento. No olvides comenzar con la letra mayúscula y agregar un punto al final de sus oraciones.
¿Qué es una oración matutina?
10 Oraciones Matutinas Para Hacer A Diario – Oraciones Compilado y Editado por el Equipo Editorial de Crosswalk. Una oración matutina es una forma maravillosa de enfocar tu tiempo y atención en buscar el plan de Dios en el día que se avecina. Bien sea que necesites motivación, paz, fortaleza o descanso, Dios puede verte de una forma real y presente cuando vienes ante él con un corazón humilde.
- Busca la presencia de Dios cada mañana antes de que tu energía y atención sea drenada por todas las tareas que te esperan adelante.
- Acá hay 10 oraciones matutinas útiles para comenzar tu día: 1.
- Señor, que nada me separe hoy de ti.
- Enséñame cómo elegir solo Tu camino de forma que cada paso me acerque más a ti.
Ayúdame a caminar según las escrituras y no según mis sentimientos. Ayúdame a mantener mi corazón puro y sin divisiones. Protégeme de mis propios pensamientos, palabras y acciones. Y mantenme alejado de las distracciones de LO que quiero, LO que deseo y COMO creo que deberían ser las cosas.
- Ayúdame a aferrarme a lo que se presenta en mi camino como una oportunidad.
- En vez de un inconveniente personal.
- Y finalmente, ayúdame a descansar en la verdad del Salmo 86:13, “Grande es tu amor hacia mí”.
- Ya has visto las formas en las que caigo y me equivoco.
- Pero ahora mismo, conscientemente guardo tu suspiro de amor absoluto por mí en el lugar más profundo de mi corazón.
Reconozco que Tu amor por mí no se basa en mi desempeño. Tú me amas con todo y mis defectos. Eso es asombroso. Pero lo más asombroso es que el Salvador del mundo desearía unos pocos minutos conmigo esta mañana. Señor, ayúdame a recordar siempre el gran don que significa sentarme contigo así.
- – Lisa Terkeurst.
- 2.
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- “Al Señor he puesto continuamente delante de mí; porque está a mi diestra, permaneceré firme.” Salmos 16:8
3. “Querido Dios, no sé quién o qué se cruzará en mi camino hoy. Pero sé que Tu eres mi Roca y mi Fortaleza. Eres mi Escudo y mi Fuerte Torre. Ayúdame a aferrarme a Ti hoy. Enséñame cómo permanecer fuerte en Ti y a escoger solo Tus caminos hoy. Ayúdame a caminar por Tu verdad como una oportunidad de Verte obrando y como una oportunidad de llevar a otros hacia Ti.
- ¡Gracias porque Me amas y nada me podrá quitar eso nunca! Incluso si hoy falló y quedó corta, Tú me susurras Tu amor incondicional profundo a mi alma y me recuerdas que Tus piedades son nuevas cada mañana.
- Esto verdaderamente me sorprende Señor.
- Gracias por reunirte conmigo hoy.
- ¿Me despertarías mañana de nuevo con el mismo susurro dulce de Tu amor? No puedo esperar a reunirme contigo de nuevo.
En el nombre de Jesús, Amén.” -Wendy Blight 4. “Al de firme propósito guardarás en perfecta paz, porque en ti confía” Isaías 26:3 5. “Señor otórgame un valor tenaz y encantador mientras atravieso este día. Cuando estoy tentada a ceder, ayúdame a seguir adelante. Otórgame un espíritu alegre cuando las cosas no salen a mi manera.
Y dame el coraje para hacer todo lo que necesite ser hecho. En el nombre de Jesús, Amén” – Dr. Ray Pritchard “Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio.” 2 Timoteo 1:7 6. “Padre, mi corazón pesa. Siento que tengo que llevar las cargas sola. Las palabras abrumador, distraída, exhausta parecen describir como estoy.
No estoy segura acerca de cómo dejarte llevar mis cargas, así que por favor muéstrame. Quítamelas. Permíteme descansar y estar fresca para que mi corazón no se sienta tan pesado por las mañanas. En el nombre de Jesús. Amén.” -Ron Moore “Por nada estéis afanosos; antes bien, en todo, mediante oración y súplica con acción de gracias, sean dadas a conocer vuestras peticiones delante de Dios.
- Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestras mentes en Cristo Jesús.” Filipenses 4:6-7 7.
- Querido Dios, ayúdame a recordar la diferencia que hace cuando hago tiempo para hacerte mi prioridad en las mañanas.
- Despiértame en cuerpo y espíritu cada día con un deseo de conocerte y escucharte decir palabras de afirmación, confianza y sabiduría sobre mi corazón mientras me preparo para mi día.
En el nombre de Jesús, Amén.
- – Traci Miles
- “Pero si alguno de vosotros se ve falto de sabiduría, que la pida a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada” Santiago 1:5
- 8.
9. La Oración de Jabes: “¡Oh, si en verdad me bendijeras, ensancharas mi territorio, y tu mano estuviera conmigo y me guardaras del mal para que no me causara dolor!” 1 Crónicas 4:10
- 10.
- “Me desperté temprano una mañana
- y me acelere en mi día;
- Tenía tanto que lograr
- que no tuve tiempo de orar.
- Los problemas llegaron,
- y más pesada se hizo cada tarea;
‘¿Por qué Dios no me ayuda?’ Pregunté.
- Él respondió, ‘Tú no lo pediste.’
- Quería ver alegría y belleza
- Pero el día se hizo gris y frío
- Pregunté por qué Dios no me mostró
- Él dijo, “Pero tú no buscaste”,
- Trate de acercarme a la presencia de Dios;
- Usé todas mis llaves en la cerradura.
- Dios gentil y amablemente reprendió,
- ‘Hijo mío, no tocaste la puerta’.
- Desperté temprano esta mañana,
- Y tome una pausa antes de enfrentar mi día;
- Tenía tanto que lograr
- que tuve tiempo de orar.”
- -Autor desconocido
: 10 Oraciones Matutinas Para Hacer A Diario – Oraciones
¿Qué es el ángelus a qué hora se reza?
El Ángelus del Papa’ es un acto público del Papa en el que reza el Ángelus los domingos al mediodía con los fieles reunidos en la plaza de san Pedro y es transmitido por los medios de comunicación.