Oración para alabar y dar gracias a Dios – ” Espíritu divino, ven a mi alma. Poséela y elévala en alabanza al Padre. Ora en mí y alábalo en mí. Dios mío, creador mío, redentor mío, te alabo, te bendigo, te doy gracias. Solo tú eres Santo, solo tú eres digno de toda alabanza.
- Te doy gracias por mi vida, por mis alegrías, por mis tristezas.
- Todo te lo debo a ti, y todo es para ti.
- Te alabo con mis manos, con mi voz y con mi vida.
- Solo a ti quiero adorarte, bendecirte, alabarte.
- Que mi vida sea una alabanza agradable en tu presencia.
- Que el perfume de mi alabanza llene tu Iglesia y la embellezca.
Esto es lo más grande que te puedo dar. Acéptalo Señor. Amén.”
¿Cómo hacer una oración de alabanza a Dios?
Adorar a Dios es brindarle nuestro amor, reverencia, servicio y devoción. El Señor mandó a Moisés: ‘Adora a Dios, porque a él sólo servirás’ (Moisés 1:15). Él también ha mandado: ‘ Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, alma, mente y fuerza; y en el nombre de Jesucristo lo servirás ‘ (D.
¿Qué es la oración de alabanza?
La oración de alabanza (28 de enero de 2014) | Francisco
PAPA FRANCISCO MISAS MATUTINAS EN LA CAPILLA DE LA DOMUS SANCTAE MARTHAE La oración de alabanza Martes
28 de enero de 201 4 Fuente: L’Osservatore Romano, ed. sem. en lengua española, n.5, viernes 31 de enero de 2014 Es difícil justificar a quien siente vergüenza al cantar la alabanza del Señor, mientras que luego se deja llevar por gritos de júbilo por el gol de su equipo del corazón.
- Éste es el sentido de la reflexión que propuso el Papa Francisco en la misa del martes 28 de enero.
- El Papa Francisco se centró en la descripción de la fiesta que improvisó David por la llegada del arca de la Alianza, tal como lo relata la primera lectura de la liturgia del día ( 2 Samuel 6, 12-15,17-19).
«El rey David —recordó el Pontífice— inmoló sacrificios en honor a Dios; oró. Luego su oración llegó a ser jubilosa. era una oración de alabanza, de alegría. Y comenzó a danzar. Dice la Biblia: “David iba danzando ante el Señor con todas sus fuerzas”».
- Y David estaba tan contento al dirigir esta oración de alabanza que salió «de toda moderación» y comenzó «a danzar ante el Señor con todas sus fuerzas».
- Esto, insistió el Papa, era «precisamente la oración de alabanza».
- Ante este episodio «pensé inmediatamente —confesó el obispo de Roma— en la palabra de Sara tras dar a luz a Isaac: “el Señor me hizo bailar de alegría”.
Esta anciana de 90 años bailó de alegría». David era joven, repitió, pero también él «bailaba, danzaba ante el Señor. Esto es un ejemplo de oración de alabanza». Que es algo distinto de la oración que, explicó el Pontífice, normalmente hacemos «para pedir algo al Señor» o incluso sólo «para dar gracias al Señor».
- Pero «la oración de alabanza —destacó el Santo Padre— la dejamos a un lado».
- Para nosotros no es algo espontáneo.
- Algunos, añadió, podrían pensar que se trata de una oración «para los de la Renovación en el Espíritu, no para todos los cristianos.
- La oración de alabanza es una oración cristiana, para todos nosotros.
En la misa, todos los días, cuando cantamos repitiendo “Santo, Santo.”, ésta es una oración de alabanza, alabamos a Dios por su grandeza, porque es grande. Y le decimos cosas hermosas, porque a nosotros nos gusta que sea así». Y no importa ser buenos cantantes.
- En efecto, explicó el Papa Francisco, no es posible pensar que «eres capaz de gritar cuando tu equipo hace un gol y no eres capaz de cantar las alabanzas al Señor, de salir un poco de tu comportamiento para cantar esto».
- Alabar a Dios «es totalmente gratuito», prosiguió.
- «No pedimos, no damos gracias.
Alabamos: tú eres grande. “Gloria al Padre, al Hijo, al Espíritu Santo.”. Con todo el corazón decimos esto. Es incluso un acto de justicia, porque Él es grande, es nuestro Dios. Pensemos en una hermosa pregunta que podemos hacernos hoy: “¿cómo es mi oración de alabanza? ¿Sé alabar al Señor? ¿O cuando rezo el Gloria o el Sanctus lo hago sólo con la boca y no con todo el corazón? ¿Qué me dice David danzando? ¿Y Sara que baila de alegría? Cuando David entró en la ciudad, comenzó otra cosa: una fiesta.
- La alegría de la alabanza nos lleva a la alegría de la fiesta».
- Fiesta que luego se extiende a la familia, «cada uno —es la imagen propuesta por el Pontífice— en su casa comiendo el pan, festejando».
- Pero cuando David vuelve a entrar en el palacio, debe afrontar el reproche y el desprecio de Mical, la hija del rey Saúl: «”¿pero tú no tienes vergüenza de hacer lo que has hecho? ¿Cómo has hecho esto, bailar delante de todos, tú el rey? ¿No tienes vergüenza?”.
Me pregunto cuántas veces despreciamos en nuestro corazón a personas buenas, gente buena que alaba al Señor», así, de modo espontáneo, así como surge sin seguir actitudes formales. Pero en la Biblia, recordó el Papa, se lee «que Mical quedó estéril para toda su vida por esto.
¿Qué quiere decir aquí la Palabra de Dios? Que la alegría, la oración de alabanza nos hace fecundos. Sara bailaba en el momento grande de su fecundidad, a los noventa años. La fecundidad alaba al Señor». El hombre o la mujer que alaba al Señor, que reza alabando al Señor —y cuando lo hace es feliz de decirlo—, y goza «cuando canta el Sanctus en la misa», es un hombre o una mujer fecundo.
En cambio, añadió el Pontífice, quienes «se cierran en la formalidad de una oración fría, medida, así, tal vez terminan como Mical, en la esterilidad de su formalidad. Pensemos e imaginemos a David que baila con todas sus fuerzas ante el Señor. Pensemos cuán hermoso es hacer oraciones de alabanza.
- Tal vez nos hará bien repetir las palabras del salmo que hemos orado, el 23: “¡Portones! Alzad los dinteles, que se alcen las puertas eternales: va a entrar el rey de la gloria.
- ¿Quién es ese rey de la gloria? El Señor héroe valeroso, el Señor valeroso en la batalla».
- Ésta debe ser nuestra oración de alabanza, y, concluyó, cuando elevamos esta oración al Señor debemos «decir a nuestro corazón: “levántate corazón, porque estás ante el rey de la gloria”».
: La oración de alabanza (28 de enero de 2014) | Francisco
¿Qué es la oración de alabanza según la Biblia?
En las iglesias cristianas La alabanza es un aspecto de adoración a Dios en la cual se rinde honor a Dios.
¿Qué salmo es de alabanza?
1. Salmos de alabanza tipo declarativo – Entre ellos, se encuentran los Salmos 18, 21, 30, 32, 34, 40, 41, 66, 106, 116, 138. A menudo se les llama “de acción de gracias” o Salmos “Todah” (Todah = acción de gracias en hebreo). Los salmos declarativos de alabanza se dividen, a su vez, en otros dos grupos:
- Elogio del individuo
- Elogio de la comunidad
No hay gran diferencia entre ellos, más allá de la identidad -única o plural- de los que ofrecen la alabanza. Por ejemplo:
- Salmos 18:1-3 – Individual
- Salmos 66:1-4 – Plural
Los salmos declarativos de alabanza tienen los siguientes elementos:
¿Qué es un salmo de alabanza?
La palabra salmo significa ‘composición para alabar, adorar o invocar a Dios’. En hebreo el término es: תְּהִלִּים, (Tehillim), que se traduce como ‘ alabanza ‘.
¿Qué versiculo habla de la alabanza?
Salmo 145:1-4 – Te alabaré, Dios mío, a ti, el único Rey, y bendeciré tu Nombre eternamente; Día tras día te bendeciré, y alabaré tu Nombre sin cesar. ¡Grande es el Señor y muy digno de alabanza: su grandeza es insondable! Cada generación celebra tus acciones y le anuncia a las otras tus portentos.
¿Qué es la alabanza y cuál es su propósito?
La alabanza es el producto de enunciar afirmaciones positivas sobre una persona, objeto o idea, ya sea en privado o públicamente. Una alabanza se puede contrastar, en cierto sentido, con crítica en tanto que significación alabar ‘ sobre algo.
¿Qué debe hacer un líder de alabanza?
2. Un buen líder de alabanza crece en sus dones y habilidades. – Los dones que Dios nos ha dado son para el servicio y la edificación de la iglesia (1 Co 14:12). Entender esto nos debe hacer conscientes de nuestra responsabilidad, no solo de cuidar estos talentos, sino también de hacerlos crecer.
¿Cuál es el mejor salmo para alabar a Dios?
Salmo 145 David proclama la grandeza y la majestad de Dios — Jehová es bueno para con todos — Su reino es un reino eterno — Jehová está cerca de todos los que le invocan y guarda a los que le aman. Salmo de alabanza. De David.1 Te exaltaré, mi Dios, oh Rey, y bendeciré tu nombre eternamente y para siempre.2 Cada día te bendeciré y alabaré tu nombre eternamente y para siempre.3 Grande es Jehová y digno de suprema alabanza; y su grandeza es inescrutable.4 Una a generación alabará tus obras ante la otra generación, y anunciará tus hechos poderosos.5 En el glorioso esplendor de tu majestad, y en tus hechos maravillosos meditaré.6 Del poder de tus hechos a temibles se hablará, y yo contaré tu grandeza.7 Proclamarán la memoria de tu inmensa bondad y cantarán tu justicia.8 Clemente y misericordioso es Jehová, lento para la ira y grande en misericordia.9 Bueno es Jehová para con todos, y sus tiernas misericordias están sobre todas sus obras.10 Te alaben, oh Jehová, todas tus obras, y tus santos te bendigan.11 La gloria de tu reino digan y hablen de tu poder, 12 para hacer saber a los hijos de los hombres sus hechos poderosos y la gloria del esplendor de su reino.13 Tu a reino es un reino por todas las eternidades y tu dominio por todas las generaciones.14 Sostiene Jehová a todos los que caen y levanta a todos los oprimidos.15 Los ojos de todos esperan en ti, y tú les das su comida a su tiempo.16 Abres tu mano y colmas de bendición a todo ser viviente.17 Justo es Jehová en todos sus caminos y bondadoso en todas sus obras.18 Cercano está Jehová a todos los que le invocan, a todos los que le invocan en a verdad,19 Cumplirá el a deseo de los que le temen; oirá asimismo el clamor de ellos y los salvará.20 Jehová a guarda a todos los que le aman, mas destruirá a todos los malvados.21 La alabanza de Jehová proclamará mi boca; y toda carne bendiga su santo nombre eternamente y para siempre.
¿Cómo era la alabanza de David?
1 Crónicas 29:10-20 PDT – Luego David hizo esta oración de alabanza al SEÑOR frente a todo su pueblo: «¡Bendito seas por siempre, SEÑOR, Dios de Israel y padre nuestro! SEÑOR, sólo a ti te corresponden la grandeza y el poder, la gloria, el esplendor y el honor.
Porque a ti te pertenece todo lo que existe en el cielo y en la tierra. Tú, SEÑOR, eres el único soberano y tuyo es el reino. La riqueza y el honor vienen de ti; tú lo gobiernas todo. Tienes en tus manos el poder y la fuerza. También está en tus manos el poder de decidir a quién hacer grande y poderoso.
Dios nuestro, ahora te damos gracias y alabamos tu santo nombre. »¿Quién soy yo o quién es mi pueblo para hacerte estas ofrendas? En realidad todo viene de ti y simplemente te estamos dando de lo que hemos recibido de ti. Porque ante ti no somos más que inmigrantes; viajeros temporales igual que lo fueron nuestros antepasados.
- Nuestros días en la tierra sólo son sombra sin esperanza.
- SEÑOR, Dios nuestro, hemos reunido todas estas riquezas para construirte un templo para honrar tu nombre.
- Todo eso viene de ti y a ti te pertenece.
- Yo sé, Dios mío, que tú examinas el corazón de la gente y te agrada la persona íntegra y correcta.
Por eso, te entrego todo esto, con generosidad y de todo corazón. También he visto cómo toda esta gente aquí presente se siente dichosa de ofrecerte todo lo que tiene. SEÑOR, Dios de nuestros antepasados Abraham, Isaac y Jacob, te ruego que conserves siempre esta buena voluntad en el corazón de tu pueblo; guía su corazón hacia ti.
¿Qué nos dice el Salmo 95?
Salmo 95. Cantemos alabanzas a Jehová — Adoremos y postrémonos delante de Él — Israel provocó a Jehová y no logró entrar en Su reposo.1 Venid, cantemos con gozo a Jehová;cantemos con júbilo a la roca de nuestra salvación.2 Lleguemos ante su presencia con alabanza;aclamémosle con cánticos.
¿Qué dice en la Biblia Isaías 25 1?
Capítulo 25 Jehová preparará un banquete de manjares suculentos del Evangelio en el monte Sion — Destruirá a la muerte para siempre — Se dirá: He aquí, este es nuestro Dios.1 Jehová, tú eres mi Dios; te exaltaré; alabaré tu nombre, porque has hecho maravillas, tus consejos antiguos son verdad y fidelidad.2 Porque convertiste la ciudad en un montón de escombros; la ciudad fortificada, en ruinas; la ciudadela de los extranjeros ya no es ciudad; nunca jamás será reedificada.3 Por esto te dará gloria el pueblo fuerte; te temerá la ciudad de gentes despiadadas.4 Porque fuiste fortaleza para el pobre, fortaleza para el menesteroso en su aflicción, a amparo contra la tempestad, sombra contra el calor, porque el ímpetu de los despiadados es como tormenta contra el muro.5 Como el calor en lugar seco, así atenuarás el tumulto de los extranjeros; como disminuye el calor a la sombra de una nube, así harás acallar el cántico de los despiadados.6 Y Jehová de los ejércitos preparará en este monte a todos los a pueblos un banquete de manjares suculentos, banquete de vinos añejos, de gruesos tuétanos, de vinos refinados.7 Y destruirá en este monte la cobertura con que están cubiertos todos los pueblos y el a velo que está extendido sobre todas las naciones.8 a Destruirá a la b muerte para siempre, y enjugará Jehová el c Señor toda lágrima de todos los rostros; y quitará la d afrenta de su pueblo de toda la tierra, porque Jehová lo ha dicho.9 Y se dirá en aquel día: He aquí, este es nuestro Dios, le hemos a esperado, y nos salvará; este es Jehová; le hemos esperado, nos gozaremos y nos alegraremos en su b salvación,10 Porque la mano de Jehová reposará en este monte; y Moab será pisoteado debajo de él, como es pisoteada la paja en el muladar.11 Y extenderá sus manos por en medio de él, como las extiende el nadador para nadar; y abatirá su soberbia y la destreza de sus manos.12 Y abatirá la fortaleza de tus altos muros; la humillará y la echará a tierra, hasta el polvo.
¿Cuál es la diferencia entre la alabanza y la adoración?
Por mucho tiempo, algunos de nosotros hemos creído que la alabanza a Dios consiste en cantar canciones rápidas en los cultos de nuestras iglesias y, la adoración, en cantar canciones lentas y tranquilas que nos lleven a tener un encuentro íntimo con el Señor.
- Por otro lado, también se asocia la alabanza y la adoración a los que pertenecemos exclusivamente al “rubro” de la música,
- Pero hoy vamos a derribar estos mitos e ir un poco más profundo, porque sin duda tener luz sobre esta diferenciación puede elevar nuestro nivel de comunión personal con Dios.
- En primer lugar vamos a diferenciar la palabra alabanza de la palabra adoración.
El verbo alabar significa: ‘valorar’, ‘apreciar’, ‘elogiar’, ‘hablar positivamente de alguien’, ‘destacar las virtudes de una persona’. Podemos decir entonces que la alabanza es la demostración verbal y física de nuestra admiración, amor y afecto hacia Dios.
- Alabar es una expresión de nuestra adoración.
- Por otro lado, adoración es ‘el acto de tributar reverencia y homenaje, ‘gustar de algo extremadamente’, ‘respetar, dar honor, amor y obediencia’.
- Esto quiere decir que adoramos a Dios cuando lo reconocemos como lo principal en nuestra vida, cuando nos entregamos a Él en obediencia completa y lo hacemos partícipe fundamental, incluso de nuestras decisiones.
Al comprender estas diferencias, podemos concluir
¿Qué versiculo habla de la alabanza?
Salmo 145:1-4 – Te alabaré, Dios mío, a ti, el único Rey, y bendeciré tu Nombre eternamente; Día tras día te bendeciré, y alabaré tu Nombre sin cesar. ¡Grande es el Señor y muy digno de alabanza: su grandeza es insondable! Cada generación celebra tus acciones y le anuncia a las otras tus portentos.
¿Qué es lo que tiene que hacer un líder de alabanza?
2. Un buen líder de alabanza crece en sus dones y habilidades. – Los dones que Dios nos ha dado son para el servicio y la edificación de la iglesia (1 Co 14:12). Entender esto nos debe hacer conscientes de nuestra responsabilidad, no solo de cuidar estos talentos, sino también de hacerlos crecer.
¿Qué es la oración de bendición y adoración?
Catecismo de la Iglesia Católica, Cuarta parte, Primera sección, capítulo primero, artículo 3, 2623-2649
- CUARTA PARTELA ORACIÓN CRISTIANA
- PRIMERA SECCIÓN LA ORACIÓN EN LA VIDA CRISTIANA
- CAPÍTULO PRIMEROLA REVELACIÓN DE LA ORACIÓN
- ARTÍCULO 3EN EL TIEMPO DE LA IGLESIA
2623 El día de Pentecostés, el Espíritu de la promesa se derramó sobre los discípulos, “reunidos en un mismo lugar” ( Hch 2, 1), que lo esperaban “perseverando en la oración con un mismo espíritu” ( Hch 1, 14). El Espíritu que enseña a la Iglesia y le recuerda todo lo que Jesús dijo (cf Jn 14, 26), será también quien la instruya en la vida de oración.2624 En la primera comunidad de Jerusalén, los creyentes “acudían asiduamente a las enseñanzas de los Apóstoles, a la comunión, a la fracción del pan y a las oraciones” ( Hch 2, 42).
Esta secuencia de actos es típica de la oración de la Iglesia; fundada sobre la fe apostólica y autentificada por la caridad, se alimenta con la Eucaristía.2625 Estas oraciones son en primer lugar las que los fieles escuchan y leen en la sagrada Escritura, pero las actualizan, especialmente las de los salmos, a partir de su cumplimiento en Cristo (cf Lc 24, 27.44).
El Espíritu Santo, que recuerda así a Cristo ante su Iglesia orante, conduce a ésta también hacia la Verdad plena, y suscita nuevas formulaciones que expresarán el insondable Misterio de Cristo que actúa en la vida, los sacramentos y la misión de su Iglesia.
- Estas formulaciones se desarrollan en las grandes tradiciones litúrgicas y espirituales.
- Las formas de la oración, tal como las revelan los escritos apostólicos canónicos, siguen siendo normativas para la oración cristiana.2626 La bendición expresa el movimiento de fondo de la oración cristiana: es encuentro de Dios con el hombre; en ella, el don de Dios y la acogida del hombre se convocan y se unen.
La oración de bendición es la respuesta del hombre a los dones de Dios: porque Dios bendice, el corazón del hombre puede bendecir a su vez a Aquel que es la fuente de toda bendición.2627 Dos formas fundamentales expresan este movimiento: o bien la oración asciende llevada por el Espíritu Santo, por medio de Cristo hacia el Padre (nosotros le bendecimos por habernos bendecido; cf Ef 1, 3-14; 2 Co 1, 3-7; 1 P 1, 3-9); o bien implora la gracia del Espíritu Santo que, por medio de Cristo, desciende de junto al Padre (es Él quien nos bendice; cf 2 Co 13, 13; Rm 15, 5-6.13; Ef 6, 23-24).2628 La adoración es la primera actitud del hombre que se reconoce criatura ante su Creador.
- Exalta la grandeza del Señor que nos ha hecho (cf Sal 95, 1-6) y la omnipotencia del Salvador que nos libera del mal.
- Es la acción de humillar el espíritu ante el “Rey de la gloria” ( Sal 14, 9-10) y el silencio respetuoso en presencia de Dios “siempre mayor” (San Agustín, Enarratio in Psalmum 62, 16).
La adoración de Dios tres veces santo y soberanamente amable nos llena de humildad y da seguridad a nuestras súplicas.2629 El vocabulario neotestamentario sobre la oración de súplica está lleno de matices: pedir, reclamar, llamar con insistencia, invocar, clamar, gritar, e incluso “luchar en la oración” (cf Rm 15, 30; Col 4, 12).
Pero su forma más habitual, por ser la más espontánea, es la petición: Mediante la oración de petición mostramos la conciencia de nuestra relación con Dios: por ser criaturas, no somos ni nuestro propio origen, ni dueños de nuestras adversidades, ni nuestro fin último; pero también, por ser pecadores, sabemos, como cristianos, que nos apartamos de nuestro Padre.
La petición ya es un retorno hacia Él.2630 El Nuevo Testamento no contiene apenas oraciones de lamentación, frecuentes en el Antiguo Testamento. En adelante, en Cristo resucitado, la oración de la Iglesia es sostenida por la esperanza, aunque todavía estemos en la espera y tengamos que convertirnos cada día.
La petición cristiana brota de otras profundidades, de lo que san Pablo llama el gemido : el de la creación “que sufre dolores de parto” ( Rm 8, 22), el nuestro también en la espera “del rescate de nuestro cuerpo. Porque nuestra salvación es objeto de esperanza” ( Rm 8, 23-24), y, por último, los “gemidos inefables” del propio Espíritu Santo que “viene en ayuda de nuestra flaqueza.
Pues nosotros no sabemos pedir como conviene” ( Rm 8, 26).2631 La petición de perdón es el primer movimiento de la oración de petición (cf el publicano: “Oh Dios ten compasión de este pecador” Lc 18, 13). Es el comienzo de una oración justa y pura. La humildad confiada nos devuelve a la luz de la comunión con el Padre y su Hijo Jesucristo, y de los unos con los otros (cf 1 Jn 1, 7-2, 2): entonces “cuanto pidamos lo recibimos de Él” ( 1 Jn 3, 22).
Tanto la celebración de la Eucaristía como la oración personal comienzan con la petición de perdón.2632 La petición cristiana está centrada en el deseo y en la búsqueda del Reino que viene, conforme a las enseñanzas de Jesús (cf Mt 6, 10.33; Lc 11, 2.13). Hay una jerarquía en las peticiones: primero el Reino, a continuación lo que es necesario para acogerlo y para cooperar a su venida.
Esta cooperación con la misión de Cristo y del Espíritu Santo, que es ahora la de la Iglesia, es objeto de la oración de la comunidad apostólica (cf Hch 6, 6; 13, 3). Es la oración de Pablo, el apóstol por excelencia, que nos revela cómo la solicitud divina por todas las Iglesias debe animar la oración cristiana (cf Rm 10, 1; Ef 1, 16-23; Flp 1, 9-11; Col 1, 3-6; 4, 3-4.12).
- Al orar, todo bautizado trabaja en la Venida del Reino.2633 Cuando se participa así en el amor salvador de Dios, se comprende que toda necesidad pueda convertirse en objeto de petición.
- Cristo, que ha asumido todo para rescatar todo, es glorificado por las peticiones que ofrecemos al Padre en su Nombre (cf Jn 14, 13).
Con esta seguridad, Santiago (cf St 1, 5-8) y Pablo nos exhortan a orar en toda ocasión (cf Ef 5, 20; Flp 4, 6-7; Col 3, 16-17; 1 Ts 5, 17-18).2634 La intercesión es una oración de petición que nos conforma muy de cerca con la oración de Jesús. Él es el único intercesor ante el Padre en favor de todos los hombres, de los pecadores en particular (cf Rm 8, 34; 1 Jn 2, 1; 1 Tm 2.5-8).
Es capaz de “salvar perfectamente a los que por Él se llegan a Dios, ya que está siempre vivo para interceder en su favor” ( Hb 7, 25). El propio Espíritu Santo “intercede por nosotros y su intercesión a favor de los santos es según Dios” ( Rm 8, 26-27).2635 Interceder, pedir en favor de otro, es, desde Abraham, lo propio de un corazón conforme a la misericordia de Dios.
En el tiempo de la Iglesia, la intercesión cristiana participa de la de Cristo: es la expresión de la comunión de los santos. En la intercesión, el que ora busca “no su propio interés sino el de los demás” ( Flp 2, 4), hasta rogar por los que le hacen mal (cf.
- San Esteban rogando por sus verdugos, como Jesús: cf Hch 7, 60; Lc 23, 28.34).2636 Las primeras comunidades cristianas vivieron intensamente esta forma de participación (cf Hch 12, 5; 20, 36; 21, 5; 2 Co 9, 14).
- El apóstol Pablo les hace participar así en su ministerio del Evangelio (cf Ef 6, 18-20; Col 4, 3-4; 1 Ts 5, 25); él intercede también por las comunidades (cf 2 Ts 1, 11; Col 1, 3; Flp 1, 3-4).
La intercesión de los cristianos no conoce fronteras: “por todos los hombres, por todos los constituidos en autoridad” ( 1 Tm 2, 1), por los perseguidores (cf Rm 12, 14), por la salvación de los que rechazan el Evangelio (cf Rm 10, 1).2637 La acción de gracias caracteriza la oración de la Iglesia que, al celebrar la Eucaristía, manifiesta y se convierte cada vez más en lo que ella es.
En efecto, en la obra de salvación, Cristo libera a la creación del pecado y de la muerte para consagrarla de nuevo y devolverla al Padre, para su gloria. La acción de gracias de los miembros del Cuerpo participa de la de su Cabeza.2638 Al igual que en la oración de petición, todo acontecimiento y toda necesidad pueden convertirse en ofrenda de acción de gracias.
Las cartas de san Pablo comienzan y terminan frecuentemente con una acción de gracias, y el Señor Jesús siempre está presente en ella. “En todo dad gracias, pues esto es lo que Dios, en Cristo Jesús, quiere de vosotros” ( 1 Ts 5, 18). “Sed perseverantes en la oración, velando en ella con acción de gracias” ( Col 4, 2).2639 La alabanza es la forma de orar que reconoce de la manera más directa que Dios es Dios.
- Le canta por Él mismo, le da gloria no por lo que hace, sino por lo que Él es.
- Participa en la bienaventuranza de los corazones puros que le aman en la fe antes de verle en la gloria.
- Mediante ella, el Espíritu se une a nuestro espíritu para dar testimonio de que somos hijos de Dios (cf.
- Rm 8, 16), da testimonio del Hijo único en quien somos adoptados y por quien glorificamos al Padre.
La alabanza integra las otras formas de oración y las lleva hacia Aquel que es su fuente y su término: “un solo Dios, el Padre, del cual proceden todas las cosas y por el cual somos nosotros” ( 1 Co 8, 6).2640 San Lucas menciona con frecuencia en su Evangelio la admiración y la alabanza ante las maravillas de Cristo, y las subraya también respecto a las acciones del Espíritu Santo que son los Hechos de los Apóstoles: la comunidad de Jerusalén (cf Hch 2, 47), el tullido curado por Pedro y Juan (cf Hch 3, 9), la muchedumbre que glorificaba a Dios por ello (cf Hch 4, 21), y los gentiles de Pisidia que “se alegraron y se pusieron a glorificar la Palabra del Señor” ( Hch 13, 48).2641 “Recitad entre vosotros salmos, himnos y cánticos inspirados; cantad y salmodiad en vuestro corazón al Señor” ( Ef 5, 19; Col 3, 16).
- Como los autores inspirados del Nuevo Testamento, las primeras comunidades cristianas releen el libro de los Salmos cantando en él el Misterio de Cristo.
- En la novedad del Espíritu, componen también himnos y cánticos a partir del acontecimiento inaudito que Dios ha realizado en su Hijo: su encarnación, su muerte vencedora de la muerte, su resurrección y su ascensión a su derecha (cf Flp 2, 6-11; Col 1, 15-20; Ef 5, 14; 1 Tm 3, 16; 6, 15-16; 2 Tm 2, 11-13).
De esta “maravilla” de toda la Economía de la salvación brota la doxología, la alabanza a Dios (cf Ef 1, 3-14; Rm 16, 25-27; Ef 3, 20-21; Judas 24-25).2642 La revelación “de lo que ha de suceder pronto” —el Apocalipsis— está sostenida por los cánticos de la liturgia celestial (cf Ap 4, 8-11; 5, 9-14; 7, 10-12) y también por la intercesión de los “testigos” (mártires) ( Ap 6, 10).
Los profetas y los santos, todos los que fueron degollados en la tierra por dar testimonio de Jesús (cf Ap 18, 24), la muchedumbre inmensa de los que, venidos de la gran tribulación nos han precedido en el Reino, cantan la alabanza de gloria de Aquel que se sienta en el trono y del Cordero (cf Ap 19, 1-8).
En comunión con ellos, la Iglesia terrestre canta también estos cánticos, en la fe y la prueba. La fe, en la petición y la intercesión, espera contra toda esperanza y da gracias al “Padre de las luces de quien desciende todo don excelente” ( St 1, 17).
- 2643 La Eucaristía contiene y expresa todas las formas de oración: es la “ofrenda pura” de todo el Cuerpo de Cristo a la gloria de su Nombre (cf Ml 1, 11); es, según las tradiciones de Oriente y de Occidente, “el sacrificio de alabanza”.
- 2644 El Espíritu Santo que enseña a la Iglesia y le recuerda todo lo que Jesús dijo, la educa también en la vida de oración, suscitando expresiones que se renuevan dentro de unas formas permanentes de orar: bendición, petición, intercesión, acción de gracias y alabanza.
- 2645 Gracias a que Dios le bendice, el hombre, su corazón puede bendecir, a su vez, a Aquel que es la fuente de toda bendición.
- 2646 La oración de petición tiene por objeto el perdón, la búsqueda del Reino y cualquier necesidad verdadera.
2647 La oración de intercesión consiste en una petición en favor de otro. No conoce fronteras y se extiende hasta los enemigos.2648 Toda alegría y toda pena, todo acontecimiento y toda necesidad pueden ser motivo de oración de gracias, la cual, participando de la de Cristo, debe llenar la vida entera: “En todo dad gracias” ( 1 Ts 5, 18).2649 La oración de alabanza, totalmente desinteresada, se dirige a Dios; canta para Él y le da gloria no sólo por lo que ha hecho sino porque ÉL ES,