Bajo tu amparo nos acogemos, santa Madre de Dios; no deseches las súplicas que te dirigimos en nuestras necesidades, antes bien, líbranos de todo peligro, ¡oh siempre Virgen, gloriosa y bendita.
¿Cuál es la oracion Bajo tu amparo?
Amén. Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios, no desprecies nuestras súplicas en las necesidades, antes bien líbranos de todo peligro, oh Virgen gloriosa y bendita.
¿Cuál es la oracion de San José?
Oremos: Oh Dios, que en tu inefable providencia, te dignaste elegir a San José por Esposo de tu Santísima Madre: concédenos, te rogamos, que merezcamos tener por intercesor en el cielo al que veneramos como protector en la tierra. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
¿Que seamos dignos de alcanzar las?
Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo. Amén.
¿Cómo se hace una oración de proteccion?
Oración por la protección de mi familia – “Padre misericordioso, mientras nos vamos a dormir, ayúdanos a descansar. Protégenos del enemigo y de todos los que quieren hacernos daño. En este tiempo quédate cerca. Señor, te pedimos que sintamos tu presencia sobrenatural y sepamos que estás con nosotros.
- Dios, protege a mi familia y a mis seres queridos.
- Mientras duermen, que estén a salvo.
- Si están lejos de mí, vela por ellos.
- Te pido que vuelvan sanos y salvos a mi lado.
- Te pido que se sientan seguros en un lugar desconocido y una cama desconocida.
- Cuando estemos de vacaciones o los miembros de mi familia estén de vacaciones, Dios, ¿podrías mantenernos a salvo? Protégenos y danos paz.
Haz que conozcamos tu presencia mientras disfrutamos de la compañía de los demás y pasemos un tiempo de descanso y alegría”. Imagen: Marek Szturc
¿Qué favores concede San José?
10 situaciones en las que podemos encomendarnos a San José – 1. Anhelamos tener sus virtudes: Ser justos (no justicieros); dar a cada uno lo que le corresponde (con criterio de misericordia); ser discretos, no alardear, no presumir; obedecer la voluntad de Dios con prontitud y alegría, y estar cerca de Jesús y María.2.
Los que se sienten indignos de un llamado que les hace Dios (sea a una vocación, un nombramiento, un ministerio, participar de algún apostolado, etc.). Recordemos que, cuando San José se dio cuenta de que María estaba embarazada, pensó en dejarla. Pero no porque creyera que le había sido infiel, imposible pensar mal de Ella, que irradiaba pureza.
Fue porque comprendió que había sido elegida para ser la Virgen que concebiría a un hijo, anunciada por el profeta Isaías, y no se sintió digno de participar en ese plan de Dios. Hasta que el Ángel se le apareció y le dijo que no temiera tomar por esposa a María por estar Ella embarazada por obra del Espíritu Santo, ya que había sido elegido para ser su marido y padre adoptivo del hijo de Dios.
Por ello, quienes quieren ponerse al servicio de Dios pero no se sienten suficientemente buenos o capacitados, pueden pedirle ayuda a San José para comprender que si Dios los llama, los sostendrá con Su gracia. Sólo deben obedecer y confiar.3. San José fue el mejor novio y tuvo la mejor novia del mundo, así que los papás que anhelan que sus hijos encuentren una buena novia, un buen novio que los ame y respete, pueden pedir su intercesión.
También los propios novios pueden pedirle ayuda para vivir su noviazgo en castidad.4. Las madres solteras pueden encomendarse a San José, que supo acoger y proteger a María, embarazada, con la que se había desposado, pero todavía no casado.5. Los migrantes, refugiados, exiliados, y todos los que se ven obligados a dejar su patria para ir a empezar de ceros en un país extranjero pueden encomendarse a San José, quien tuvo que huir a Egipto con María y el Niño, y tardaron años en poder volver.6.
- Los cristianos perseguidos, hoy son el grupo más discriminado, acosado, torturado y asesinado en todo el mundo.
- Pueden encomendarse a San José, que sabe lo que es tener que huir de quien odia a Jesús y quiere acabar con los que son de Él.7.
- Los obreros y en general todos los trabajadores pueden encomendarse a San José, quien supo ganar su sustento y el de su familia trabajando como carpintero.8.
Las familias pueden encomendarse a San José, jefe de la Sagrada Familia, para que las ayude a imitar ésta y mantenerse unidas.9. Los moribundos, o quienes los asisten, pueden pedir a este santo que les auxilie en su agonía y les ayude a morir como murió él, en los brazos de Jesús y de María.10.
Todos los que desean conocer y estar cerca de Jesús y de María, pueden encomendarse a san José, que supo acoger a cuantos los visitaban, desde los humildes pastores, hasta los Magos de Oriente, y a todos facilitó esa anhelada cercanía. A estas alturas de la lista ya te habrás dado cuenta de que ¡todos podemos encomendarnos a este santo! Pidámosle, en especial, que nos ayude a amar y a servir más y mejor cada día a Jesús y a María.
Con información de Desde la Fe. : San José:10 situaciones en las que puedes pedir su auxilio
¿Qué significa ser digno para Dios?
El mensaje de Dios es que la dignidad no significa estar libre de mancha 11 ; la dignidad consiste en ser sinceros y esforzarse.
¿Cuál es la oración más poderosa del mundo?
Santo Tomás de Aquino definió al Padre Nuestro como la súplica más perfecta de todas. Es el primer acercamiento de los católicos con Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo. Se conoce como La oración del Señor.
¿Qué tan fuerte es el poder de la oración?
El poder de la oración Capítulo 8 Dios estará siempre dispuesto a guiar y dirigir a aquel que “lo busque con fe, con todas sus fuerzas y toda su alma”. En la primavera de 1921, el entonces élder David O. McKay y el hermano Hugh J. Cannon visitaron Nueva Zelanda como parte de la gira que hacían por todas las misiones de la Iglesia en el mundo.
- Un domingo, en el que se había programado que por la tarde el élder McKay dirigiera la palabra a una congregación de santos, estaba tan enfermo y tan ronco al despertar que apenas podía hablar en susurros.
- De todos modos, asistió a la conferencia con fe en que le sería posible presentar su mensaje.
- Más adelante, escribió lo siguiente al respecto: “Mil personas se reunieron para el servicio religioso de la tarde; habían ido con curiosidad y mucha expectativa.
Yo tenía la obligación de presentarles un mensaje, pero no sólo estaba casi afónico para hablar a la multitud y que me oyeran, sino que también me sentía enfermo. “No obstante, con una oración ferviente en el corazón suplicando ayuda y guía divinas, me puse de pie para cumplir mi deber.
- Tenía la voz tomada y ronca “Entonces sucedió algo que nunca me había pasado.
- Empecé a hablar del tema con toda la solemnidad y la vehemencia a las que pude recurrir y hablé con la voz tan alta como me fue posible.
- Al percibir que mi voz era cada vez más clara y fuerte, olvidé que tenía voz y dediqué mis pensamientos sólo a la verdad que quería que mis oyentes comprendieran y aceptaran.
Continué hablando durante cuarenta minutos y, al terminar, tenía la voz tan fuerte y clara como siempre “Cuando les dije al hermano Cannon y a algunos otros hermanos con cuánto fervor había suplicado la bendición que recibí, él me contestó: ‘Yo también estaba orando; nunca en mi vida he orado más fervientemente por un discursante’ “.
Desde la niñez he atesorado la verdad de que Dios es una Persona, que ciertamente es nuestro Padre, a quien podemos acercarnos mediante la oración y de quien recibimos respuestas. Considero que una de las más estimadas experiencias de mi vida es saber que Dios escucha la oración de fe. Es verdad que las respuestas a nuestras oraciones no siempre pueden venir directamente ni en el momento o de la manera que esperábamos; pero vienen, y en un momento y de una manera más convenientes para los intereses del que ha ofrecido las súplicas.
Sin embargo, ha habido oportunidades en las que recibí una confirmación directa e inmediata de que se me concedía mi petición. En una ocasión particular, recibí la respuesta tan directamente como si mi Padre Celestial hubiera estado a mi lado y pronunciado las palabras.
- Esas experiencias son parte íntima de mi ser y quedarán conmigo mientras la memoria y la inteligencia permanezcan intactas.
- El Salvador del mundo me parece igualmente real y cercano.
- Siento, como nunca lo he sentido, que Dios es mi Padre; no es solamente un poder intangible o una fuerza moral en el mundo, sino un Dios personal que tiene poder creativo, que es gobernador del mundo y director de nuestras almas.
Quisiera que todas las personas, y especialmente los jóvenes de la Iglesia, se sintieran tan cerca de nuestro Padre Celestial que se aproximaran a Él diariamente, no sólo en público sino también en privado. Si nuestro pueblo logra tener esa fe, recibirá grandes bendiciones.
Su alma se llenará de gratitud por lo que Dios ha hecho por ellos y verán que se les conceden grandes favores. El hecho de que podemos acercarnos a Dios y recibir de Él luz y guía, y que nuestra mente se iluminará y nuestra alma se conmoverá con Su Espíritu no es obra de la imaginación. Cuando se arrodillan a orar por la noche, ¿no sienten Su proximidad, Su Persona escuchándolos, no sienten un poder que opera tal vez como las ondas de radio, o un poder superior que les hace sentir que están en comunión con Él? Quisiera que los jóvenes de Israel se sintieran tan cerca de que se aproximaran a Él diariamente, no sólo en público, sino también en privado; que tuvieran en Él la confianza que tenía en su papá una niñita ciega que iba en el tren; estaba sentada en sus rodillas y un amigo que iba junto a ellos le dijo al padre de la niña: “Permítame darle un descanso”, al mismo tiempo que la tomaba en sus brazos y la sentaba en sus piernas.
El padre entonces preguntó a su hija: “¿Sabes con quién estás sentada?””No”, respondió ella, “pero tú sabes”. ¡Qué gran confianza tenía en su papá! Igualmente grande debería ser la confianza que tuvieran los niños Santos de los Últimos Días en su Padre Celestial.
Es bueno que los niños aprendan que pueden acudir a Dios mediante la oración. Los estudiantes universitarios aprenderán, lo mismo que otros estudiantes de otras instituciones, que cuando tengan dificultades pueden recibir ayuda y guía si la buscan con sinceridad. Puede ser que se levanten después de orar y, como nos pasó a algunos en la juventud, crean que sus oraciones no reciben respuesta; pero un día se darán cuenta de que Dios respondió a sus oraciones como un padre sabio lo haría.
Ese es uno de los más grandes tesoros de la juventud, el de saber que pueden acudir a su Padre y volcar en Él todo lo que esté en su corazón. La oración es el latido de un corazón anheloso y lleno de amor que está en armonía con el Infinito. Es un mensaje del alma que se envía directamente a un amoroso Padre.
No es sólo la expresión de palabras La virtud principal y fundamental para que la oración sea eficaz es la fe. La creencia en Dios brinda paz al alma; la tranquilidad de saber que Dios es nuestro Padre y que podemos ir a Su presencia en busca de fortaleza y guía es una fuente infalible de consuelo. Otra virtud esencial es la reverencia.
Ésta se ejemplifica en la oración modelo del Salvador cuando dijo: “santificado sea tu nombre”, Ese principio debe ponerse como ejemplo en las salas de clase y particularmente en nuestras casas de adoración. El tercer elemento esencial es la sinceridad.
La oración es un anhelo del espíritu. La oración sincera implica que si pedimos cualquier virtud o bendición, debemos esforzarnos por la bendición y cultivar la virtud. La siguiente virtud esencial es la lealtad. ¿Para qué orar pidiendo que venga el Reino de Dios a menos que tengamos en el corazón el deseo y la disposición de ayudar a establecerlo? Si al orar dicen que se haga Su voluntad y luego no tratan de vivir de acuerdo con ella, eso les da inmediatamente una respuesta negativa.
Ustedes no darían algo a un hijo que demostrara tal actitud hacia la petición que les hubiera hecho. Si oramos pidiendo éxito para una causa o empresa, estamos manifestando nuestra adherencia a ella. El colmo de la deslealtad es pedir que se haga la voluntad de Dios y no ser capaces de conformar nuestra vida a esa voluntad.
- La última virtud esencial es la humildad El principio de la humildad y la oración nos lleva a sentir la necesidad de la guía divina.
- La autosuficiencia es una virtud, pero debe llevar aparejada la conciencia de que necesitamos una ayuda superior, de que al caminar firmemente en el sendero del deber, existe la posibilidad de dar un mal paso; y acompañando esa conciencia hay una oración, la súplica de que Dios nos inspire para evitar ese paso en falso.
Si me preguntan dónde recibí primero mi fe inalterable en la existencia de Dios, les contestaré: en el hogar de mi infancia, donde mis padres invariablemente juntaban a sus hijos a su alrededor por la mañana y por la noche, e invocaban las bendiciones de Dios para nuestro hogar y para la humanidad.
- En la voz de aquel buen patriarca había un tono de sinceridad que dejó una impresión imborrable en las almas de sus hijos; y las oraciones de mi madre eran igualmente admirables.
- Hoy pido a todo padre de la Iglesia que se asegure de inculcar en sus hijos la realidad de la existencia de Dios y de que Él guía y protege a Sus hijos.
Ustedes tienen esa responsabilidad. El hogar es una unidad de la sociedad, la unidad fundamental. Antes de haber oído a mi padre testificar que había escuchado una voz divina, yo ya sabía que él vivía cerca de su Creador. A los niños Santos de los Últimos Días se les ha enseñado a reconocer a, a orar a Él sabiendo que oye y presta atención y siente tal como un padre terrenal puede oír, prestar atención y sentir; y ellos han absorbido de sus padres, en lo íntimo de su ser, el testimonio muy real de que esa Persona que es Dios ha hablado en esta dispensación.
Y eso es una realidad. Estoy seguro de que cuando se cría a los niños en estrecha comunión con nuestro Padre Eterno, en ese hogar no puede existir ni mucho pecado ni maldad. Cuando un niñito afligido por una fiebre ardiente puede mirar a su padre y con sencilla fe pedirle: “Papá, dame una bendición”, les aseguro que de ese tipo de hogar surgen la fortaleza y la gloria de cualquier nación.
Así son los hogares de los Santos de los Últimos Días. “Señor, enséñanos a orar” fue la súplica reverente de los discípulos del Maestro, Con la humildad de niños, buscaron la guía apropiada, y su súplica no fue en vano. Con el mismo anhelo que demostraron los discípulos, a veces los niños sienten la necesidad de la guía y el consuelo divinos, aun cuando no expresen ese anhelo en forma verbal.
- De ahí que el Señor haya dado a los padres el deber de “enseña a sus hijos a orar”,
- Las preocupaciones, la incertidumbre y el pesar son tan reales en la vida de un niño pequeño como lo son en el mundo de los adultos, y los niños tienen derecho a recibir la tranquilidad, el consuelo y la guía que se obtienen de Dios por medio de la oración.
No sólo eso, sino que desde el punto de vista de la fe, la sinceridad y la confianza absoluta, es seguro que la oración de un niño inocente recibirá una respuesta rápida de su Padre que lo ama. La inspiración de Dios se evidencia en el hecho de que requiere a los Santos de los Últimos Días que mantengan intacto su hogar y que enseñen a sus hijos los principios del Evangelio de Jesucristo.
Con esto no quiero decir que se enseñe de manera formal ni desagradable, sino que el Evangelio de Jesucristo debe irradiar en todo hogar; que las oraciones nocturnas y matutinas deben ofrecerse con sinceridad; que los niños puedan darse cuenta diariamente de que deseamos la presencia de Dios en nuestro hogar.
Si podemos invitar al Salvador a entrar en él, sabremos que los ángeles no sólo estarán dispuestos sino dedicados a proteger a nuestros hijos. Pienso que en la mayoría de los hogares se enseña a los niños a orar por la noche, antes de acostarse; pero creo que, también en la mayoría de los casos, se descuidan las oraciones de la mañana.
Sin embargo, si nos ponemos a pensar en ello, es en las horas en que están despiertos que nuestros niños necesitan más la protección de Dios y la guía de Su Santo Espíritu, mucho más que cuando duermen. ¿Siguen ustedes la admonición de Cristo de orar al Padre y de enseñar a sus hijos a orar para que queden grabadas diariamente en el corazón de sus hijos la santidad y la reverencia hacia Dios y Su obra? Esto debe hacerse en todos los hogares.
Oren no sólo por ustedes mismos, oren incluso por sus enemigos. “¿Siguen ustedes la admonición de Cristo de orar al Padre y de enseñar a sus hijos a orar?” Padres, por lo menos arrodíllense todas las mañanas con sus hijos. Sé que las mañanas son por lo general muy agitadas pero dediquen cierto tiempo para arrodillarse e invitar la presencia de Dios en su hogar.
La oración es una fuerza muy potente. Deseo que por medio de la oración familiar, padres e hijos se acerquen a la presencia de Dios. La fuerza de estas oraciones en toda la Iglesia se me hizo evidente ayer, al recibir la carta de un vecino de mi pueblo natal. Se hallaba ordeñando las vacas cuando oyó en la radio que tenía en el establo que el presidente Smith había muerto.
Dándose cuenta de lo que eso significaba para su antiguo paisano, salió del establo, se dirigió a su casa y se lo contó a su esposa. Inmediatamente, ambos llamaron a sus niños y allí, en ese hogar humilde, suspendiendo sus actividades del momento, se arrodillaron juntos y ofrecieron una oración.
- Dejo a criterio de ustedes el pensar en la importancia de esa oración.
- Si la multiplican por cien mil, por doscientos mil, por medio millón de hogares, podrán imaginar el poder de la unidad y las oraciones y la influencia sustentadora de esta institución que es la Iglesia.
- Si pudiéramos lograr que nuestros jóvenes tuvieran fe, y así se acercaran a su Dios en secreto, hay por lo menos cuatro grandes bendiciones que recibirían de inmediato.
La primera es sentir gratitud, gratitud por bendiciones de las cuales no estaban conscientes antes. Su alma se llenará de agradecimiento por lo que Dios ha hecho por ellos; se encontrarán con que se les han concedido abundantes favores. El joven que cierra su puerta tras de sí y las cortinas de la ventana, y en silencio suplica a Dios Su ayuda, primero debe derramar su alma en gratitud por su salud, por sus amigos, por sus seres queridos, por el Evangelio y por las manifestaciones de la existencia de Dios, como por ejemplo las rocas y los árboles, las flores y todo lo que le rodea.
Debe contar primero sus bendiciones y verá cuántas ha recibido, y se sorprenderá de todo lo que el Señor ha hecho por él, La segunda bendición que se recibe al orar es la guía. No concibo que un joven que se arrodille junto a su cama por la mañana para pedir a Dios que le ayude a mantenerse limpio de los pecados del mundo pueda desviarse; pienso que una jovencita que se arrodille por la mañana y ore para mantenerse pura y sin mancha durante ese día no puede equivocarse mucho.
No imagino que un Santo de los Últimos Días que ore a Dios, en secreto y sinceramente, pidiéndole que borre de su ser todo sentimiento de envidia y malicia hacia los semejantes pueda guardar rencor en el corazón. ¿Guía? Sí, Dios estará siempre dispuesto a guiar y dirigir a aquel que “lo busque con fe, con todas sus fuerzas y toda su alma”.
- La tercera bendición es la confianza.
- Por todos lados hay miles, decenas de miles de estudiantes que se esfuerzan por obtener una educación.
- Enseñémosles que si desean tener éxito en sus clases, deben buscar a Dios, que el Maestro más grande que el mundo ha conocido está cerca de ellos para guiarlos.
- Una vez que el estudiante sienta que puede acercarse al Señor mediante la oración, obtendrá confianza de que puede aprender sus lecciones, escribir su disertación, ponerse de pie enfrente de sus compañeros y presentar su mensaje sin temor al fracaso.
Mediante la oración sincera se recibe confianza. Y, finalmente, logrará inspiración. El hecho de que podemos acercarnos a Dios y recibir luz y guía de Él, que nuestra mente se verá iluminada y nuestra alma conmovida por Su Espíritu, no es cosa de la imaginación José Smith lo sabía; y el testimonio y la evidencia de la inspiración del Profeta se manifiestan a todos los que abran los ojos para ver y el corazón para comprender.
- ¿En qué forma ha fortalecido la oración su relación con Dios? ¿Por qué es importante para usted saber que ora a su Padre Celestial, en cuya imagen fue creado? (Véanse las págs.80–81.)
- ¿Cuáles son algunas de las formas en que Dios contesta las oraciones? (Véanse las págs.80–81.) ¿Por qué a veces parecería que algunas oraciones no reciben respuesta inmediata? ¿Qué bendiciones ha recibido usted por haber obtenido respuesta a sus oraciones?
- Para que nuestras oraciones sean más sinceras y valiosas, ¿qué atributos o actitudes debemos desarrollar? (Véanse las págs.83–84.) ¿Qué debemos hacer para prepararnos espiritualmente antes de ofrecer una oración?
- ¿Qué deben hacer los padres para enseñar a sus hijos a orar? (Véanse las págs.83–85.) ¿Qué influencia ejerce la oración personal y familiar en la vida de los hijos? (Véanse las páginas 83–85). ¿Por qué tiene la oración diaria un efecto tan importante en el fortalecimiento y la unión de la familia?
- ¿Cuáles son algunas de las bendiciones que se reciben de la oración asidua? (Véanse las págs.77–78.) ¿Qué podemos hacer para que nuestras oraciones tengan más significado y sean menos repetitivas o mecánicas?
- ¿De qué manera puede la oración sincera y ferviente limpiar el alma de los sentimientos malos y rencorosos hacia otras personas?
Pasajes relacionados : Mateo 21:22; Santiago 5:16; 2 Nefi 32:8–9; Alma 17:3; 34:17–28; 3 Nefi 18:18–21; D. y C.19:38. Notas
- En “Conference Report”, abril de 1922, pág.65.
- Cherished Experiences from the Writings of President David O. McKay, comp. por Clare Middlemiss, ed. rev., 1976, págs.58–59.
- En “Conference Report”, abril de 1969, págs.152–153; los párrafos se han cambiado.
- En “Conference Report”, oct. de 1954, pág.84.
- En “Conference Report”, abril de 1922, pág.64; los párrafos se han cambiado.
- Stepping Stones to an Abundant Life, comp. por Llewelyn R. McKay, 1971, pág.42.
- Pathways to Happiness, comp. por Llewelyn R. McKay, 1957, págs.225–226.
- En “Conference Report”, abril de 1966, pág.107.
- En “Conference Report”, abril de 1934, pág.23.
- En “Conference Report”, abril de 1912, págs.52–53.
- True to the Faith: From the Sermons and Discourses of David O. McKay, comp. por Llewelyn R. McKay, 1966, págs.210–211.
- En “Conference Report”, oct. de 1917, págs.57–58.
- En “Conference Report”, oct. de 1919, pág.78.
- Man May Know for Himself: Teachings of President David O. McKay, comp. por Clare Middlemiss, 1967, pág.300.
- Stepping Stones to an Abundant Life, pág.281.
- En “Conference Report”, abril de 1951, pág.158.
- En “Conference Report”, abril de 1922, págs.64–65.
: El poder de la oración
¿Cómo orar con poder y autoridad?
Ministraremos en Su nombre, con Su poder y autoridad, y con Su amorosa bondad. Mis amados hermanos, gracias por su dedicación al Señor y Su santa obra. Es un verdadero gozo estar con ustedes. Como nueva Primera Presidencia, les agradecemos sus oraciones y sus esfuerzos para sostenernos.
- Estamos agradecidos por sus vidas y su servicio al Señor.
- Su dedicación al deber y su servicio desinteresado son igual de importantes en sus llamamientos que los nuestros en nuestros llamamientos.
- A través de una vida de servicio en la Iglesia, he aprendido que en verdad no importa dónde servimos; lo que le importa al Señor es cómo servimos.
Expreso una profunda gratitud por el presidente Thomas S. Monson, quien fue un ejemplo para mí durante más de cincuenta años. Y expreso una honda admiración por sus consejeros, el presidente Henry B. Eyring y el presidente Dieter F. Uchtdorf. Los felicito por su servicio al Señor y a Sus profetas.
Estos dos dedicados siervos han recibido nuevas asignaciones; y continúan sirviendo con energía y empeño; les rindo honor y los amo. Prestar servicio en la Iglesia verdadera y viviente del Señor con Su autoridad y poder es una bendición extraordinaria. La restauración del sacerdocio de Dios, incluso la de las llaves del sacerdocio, pone a disposición de los Santos de los Últimos Días dignos la mayor de todas las bendiciones espirituales.
Vemos cómo esas bendiciones se derraman sobre mujeres, hombres y niños de todo el mundo. Vemos mujeres fieles que entienden el poder inherente a sus llamamientos, así como de su investidura y otras ordenanzas del templo. Dichas mujeres saben cómo invocar los poderes del cielo para proteger y fortalecer a sus esposos, a sus hijos y a otras personas que aman.
- ¡Son mujeres espiritualmente fuertes que lideran, enseñan y ministran sin temor en sus llamamientos, con poder y autoridad de Dios! 1 ¡Cuán agradecido estoy por ellas! Asimismo, vemos hombres fieles que viven a la altura de sus privilegios como poseedores del sacerdocio.
- Lideran y prestan servicio con sacrificio, a la manera del Señor, con amor, bondad y paciencia.
Bendicen, guían, protegen y fortalecen a otras personas mediante el poder del sacerdocio que poseen. Brindan milagros a quienes sirven, al tiempo que mantienen a salvo su propio matrimonio y familia. Evitan el mal y son poderosos élderes de Israel 2, ¡Estoy muy agradecido por ellos! Ahora bien, me gustaría expresar una inquietud.
Es esta: Demasiados de nuestros hermanos y hermanas no entienden plenamente el concepto del poder y la autoridad del sacerdocio. Actúan como si prefirieran satisfacer sus propios deseos y apetitos egoístas en vez de usar el poder de Dios para bendecir a Sus hijos. Me temo que demasiados de nuestros hermanos y hermanas no comprenden los privilegios que podrían tener 3,
Por ejemplo, algunos de nuestros hermanos, actúan como si no entendieran lo que es el sacerdocio y lo que les permite hacer. Déjenme darles algunos ejemplos específicos. No hace mucho, asistí a una reunión sacramental en la que se había de dar nombre y una bendición de padre a una bebé recién nacida.
- El joven padre sostuvo a su preciada bebé en brazos, le dio un nombre y luego ofreció una hermosa oración ; pero no le dio una bendición a la niña.
- Esa dulce bebé recibió un nombre, ¡pero ninguna bendición! Aquel querido élder no conocía la diferencia entre una oración y una bendición del sacerdocio; con su autoridad y poder del sacerdocio, podría haber bendecido a la bebé, pero no lo hizo; y yo pensé: “¡Qué oportunidad perdida!” Permítanme citar otros ejemplos.
Sabemos de hermanos que apartan a hermanas como líderes y maestras de la Primaria, de las Mujeres Jóvenes o de la Sociedad de Socorro, pero no las bendicen con el poder para cumplir con sus llamamientos; solo imparten amonestaciones e instrucciones. Vemos que algún padre digno no da bendiciones del sacerdocio a su esposa ni a sus hijos cuando es exactamente lo que ellos necesitan.
El poder del sacerdocio ha sido restaurado en esta tierra; no obstante, hay demasiados hermanos y hermanas que atraviesan terribles pruebas en la vida sin recibir jamás una verdadera bendición del sacerdocio. ¡Qué tragedia! Esa es una tragedia que podemos eliminar. Hermanos, poseemos el santo sacerdocio de Dios.
Tenemos Su autoridad para bendecir a Su pueblo. Tan solo piensen en la extraordinaria promesa que nos ha dado el Señor cuando dijo: ” a quien bendigas yo bendeciré” 4, Tenemos el privilegio de actuar en nombre de Jesucristo para bendecir a los hijos de Dios, de acuerdo con Su voluntad con respecto a ellos.
Presidentes de estaca y obispos, por favor, asegúrense de que todos los miembros de los cuórums bajo su mayordomía entiendan cómo dar una bendición del sacerdocio, incluyendo la dignidad personal y la preparación espiritual que se requieren para invocar el poder de Dios plenamente 5, A todos los hermanos que poseen el sacerdocio: los invito a inspirar a los miembros a guardar sus convenios, ayunar y orar, estudiar las Escrituras, adorar en el templo, y servir con fe como hombres y mujeres de Dios.
¡Podemos ayudar a todos a ver, con el ojo de la fe, que la obediencia y la rectitud los acercarán más a Jesucristo, les permitirán disfrutar de la compañía del Espíritu Santo y experimentar gozo en la vida! Una característica distintiva de la Iglesia verdadera y viviente del Señor será siempre un esfuerzo organizado y dirigido a ministrar a los hijos de Dios individualmente y a sus familias 6,
Puesto que esta es Su iglesia, nosotros, como Sus siervos, hemos de ministrar a la persona en particular, tal como Él lo hizo 7, Ministraremos en Su nombre, con Su poder y autoridad, y con Su amorosa bondad. Una experiencia que tuve hace más de sesenta años en Boston me enseñó cuán potente puede ser el privilegio de ministrar a las personas individualmente.
Por entonces, era cirujano residente en el Hospital General de Massachusetts; estaba de guardia todos los días, cada dos noches y cada dos fines de semana. Tenía un limitado tiempo para mi esposa, para nuestros cuatro hijos y para la actividad en la Iglesia.
- No obstante, nuestro presidente de rama me asignó visitar la casa de Wilbur y Leonora Cox, con la esperanza de que el hermano Cox volviera a la actividad en la iglesia.
- Él y Leonora se habían sellado en el templo 8,
- Sin embargo, Wilbur no había participado durante muchos años.
- Mi compañero y yo fuimos a su casa; al entrar, la hermana Cox nos recibió con entusiasmo 9, pero el hermano Cox se retiró abruptamente a otra sala y cerró la puerta.
Me dirigí a la puerta cerrada y toqué. Tras un momento, oí un resignado: “Entre”. Abrí la puerta y hallé al hermano Cox sentado junto a una serie de equipos de radioaficionado. En ese pequeño cuarto, encendió un cigarro; claramente, mi visita no era para nada bienvenida.
Observé la sala con asombro y dije: “Hermano Cox, siempre he querido aprender más sobre la tarea de los radioaficionados. ¿Quisiera enseñarme? Lamento no poder quedarme más tiempo esta noche, pero ¿podría regresar en otra ocasión?”. Él titubeó un momento y luego dijo que sí. Aquel fue el comienzo de lo que llegó a ser una gran amistad.
Regresé y me enseñó. Yo comencé a quererlo y respetarlo. A través de las visitas subsiguientes, la grandeza de aquel hombre se dejó entrever. Nos hicimos muy buenos amigos, al igual que nuestras queridas compañeras eternas. Luego, con el paso del tiempo, nuestra familia se mudó.
Los líderes locales continuaron apoyando a la familia Cox 10, Unos ocho años después de aquella primera visita, se creó la Estaca Boston 11, Adivinen quién fue su primer presidente de estaca. ¡Sí! ¡El hermano Cox! Durante los años subsiguientes, también prestó servicio como presidente de misión y presidente de templo.
Años después, como miembro del Cuórum de los Doce Apóstoles, se me asignó crear una nueva estaca en el condado de Sanpete, Utah. Durante las entrevistas habituales, me sorprendió gratamente encontrarme de nuevo con mi querido amigo, el hermano Cox. Sentí la inspiración de llamarlo como el nuevo patriarca de estaca.
Después de ordenarlo, nos abrazamos y lloramos. Las personas presentes en la sala se preguntaban por qué lloraban aquellos dos hombres adultos. Pero nosotros lo sabíamos; y la hermana Cox también. ¡Nuestras lágrimas eran de gozo! En silencio, recordamos la increíble travesía de amor y arrepentimiento que había empezado una noche en su casa, hacía más de treinta años.
La historia no termina allí; la familia del hermano y la hermana Cox creció hasta estar compuesta por tres hijos, veinte nietos y cincuenta y cuatro bisnietos. Añadan a aquello su influencia en cientos de misioneros, en miles de personas más en el templo, y en cientos de personas más que han recibido bendiciones patriarcales de manos de Wilbur Cox.
- Su influencia y la de Leonora Cox seguirán repercutiendo a través de muchas generaciones en todo el mundo.
- Experiencias tales como esta, de Wilbur y Leonora Cox, ocurren cada semana —ojalá que cada día— dentro de esta Iglesia.
- Hay dedicados siervos del Señor Jesucristo que llevan a cabo Su obra, con Su poder y autoridad.
Hermanos, hay puertas que podemos abrir, bendiciones del sacerdocio que podemos dar, corazones que podemos sanar, cargas que podemos aligerar, testimonios que podemos fortalecer, vidas que podemos salvar, y gozo que podemos llevar a los hogares de los Santos de los Últimos Días; todo ello porque poseemos el sacerdocio de Dios.
Somos los hombres que han sido “llamados y preparados desde la fundación del mundo de acuerdo con la presciencia de Dios, por causa de fe excepcional” para hacer esta obra 12, Esta noche los invito a literalmente levantarse conmigo en nuestra gran hermandad eterna. Cuando mencione el nombre de su oficio del sacerdocio, por favor, pónganse de pie y permanezcan parados.
Diáconos, ¡pónganse de pie! Maestros, ¡levántense! ¡Presbíteros! ¡Obispos! ¡Élderes! ¡Sumos sacerdotes! ¡Patriarcas! ¡Setentas! ¡Apóstoles! Ahora bien, hermanos, permanezcan de pie y acompañen a nuestro coro para cantar las tres estrofas de “Rise Up, O Men of God” ? 13,
¿Que se le ofrenda a San José?
6 Haz un altar el día de san José – Quizás tengas la suerte de vivir en un lugar donde san José sea festivo, y tengas tus propias tradiciones (como en Valencia, España). Pero si no, te proponemos una. Esta es una tradición italiana, ¡pero cualquiera puede practicarla! (¡igual que se anima a todos a celebrar el día de san Patricio, aunque no sean irlandeses!) Somos una Iglesia universal y podemos adoptar todas y cada una de las tradiciones católicas que consideremos atractivas.
El altar de san José es una tradición divertida y significativa con la que los niños disfrutarán ayudando. Puedes hacerlo tan elaborado o simple como quieras. Una idea es darle al altar tres niveles: uno para cada persona de la Trinidad o para cada miembro de la Sagrada Familia. Puedes colocar una estatua o una imagen de san José en el nivel superior, por ejemplo con velas.
Luego, se colocan en el altar comidas tradicionales para compartir ese día. Se dice que la tradición proviene de una hambruna en Sicilia cuando los campesinos invocaron la ayuda de san José y fueron liberados del hambre. Las comidas hechas con habas se sirven tradicionalmente en el Día de San José, ya que se cree que fue una cosecha de habas que salvó a la gente del hambre. Te puede interesar: 12 motivos para confiar nuestras súplicas a San José
¿Cómo orar por los desamparados?
Ayúdame a acercarme al prójimo como tu hijo amado, eternamente. Vuelve mis manos al prójimo, que los pueda servir como tú me sirves— con un toque que purifica, que sana, que alimenta, y que tranquiliza. Ayúdame a servir al prójimo como tu hijo amado, eternamente.
¿Como la oración nos ayuda?
¿Por qué oramos? – La oración ha sido una parte importante del Evangelio desde el principio del mundo. Un ángel del Señor mandó a Adán y a Eva que se arrepintieran e invocaran a Dios en el nombre del Hijo (véase Moisés 5:8 ) y ese mandamiento nunca se ha revocado.
- La oración nos ayudará a acercarnos a Dios.
- Nuestras oraciones influyen en todos nuestros pensamientos, palabras y hechos.
- Debemos orar para pedir la fortaleza necesaria para resistir las tentaciones de Satanás y sus seguidores (véase 3 Nefi 18:15 ; D.
- Y C.10:5 ); debemos orar para confesar nuestros pecados a Dios y pedirle que nos perdone (véase Alma 38:14 ).
Debemos orar para recibir la guía del Señor y Su ayuda en nuestro diario vivir. Debemos orar por nuestra familia y amigos, por nuestros vecinos, por nuestra cosecha y por nuestros animales, por nuestro trabajo diario y otras actividades. Debemos orar para pedir protección de nuestros enemigos (véase Alma 34:17–27 ).
Debemos orar para expresarle amor a nuestro Padre Celestial y para sentirnos más cerca de Él. Debemos orar a nuestro Padre para agradecerle nuestro bienestar y todo lo que nos da a diario (véase 1 Tesalonicenses 5:18 ). También debemos orar para pedir a nuestro Padre Celestial que nos dé la fortaleza necesaria para vivir el Evangelio.
Debemos orar con el fin de mantenernos en la senda recta y angosta que conduce a la vida eterna. Debemos orar a Dios, el autor de toda rectitud, para que seamos rectos en nuestros pensamientos, palabras y acciones.
¿De qué forma le ha ayudado la oración a estar más cerca de nuestro Padre Celestial?