Oración de Santa Gertrudis a la preciosa sangre de Jesús – “Padre eterno, yo te ofrezco la preciosísima sangre de tu Divino Hijo Jesús, en unión con las misas celebradas hoy día a través del mundo, por todas las benditas ánimas del purgatorio, por todos los pecadores del mundo. Por los pecadores en la iglesia universal, por aquellos en propia casa y dentro de mi familia. Amén.”
¿Qué pasa si uno le reza a las ánimas del Purgatorio?
FERNANDEZ FERNANDEZ, José Lorenzo 1. Las ánimas benditas: ¿culto, devoción, imposición? La devoción a las ánimas está íntimamente ligada con la existencia del purgatorio, que tomó carta de consideración con la aprobación en la sesión n.º 25 del Concilio de Trento, celebrada los días 3 y 4 de diciembre de 1563, en la que se aprobó que los curas enseñaran y predicaran la existencia del purgatorio, excluyendo en los sermones las cuestiones más sutiles y difíciles, así como las cosas inciertas o falsas,
Según la doctrina tridentina, las almas que estuvieran en el purgatorio recibían el principal alivio a través de los sufragios de los fieles, especialmente con la celebración de misas en su recuerdo. Desde entonces, el culto a las ánimas del purgatorio se extendió como la pólvora por toda la cristiandad.
La Iglesia facilitó la creación de cofradías de ánimas, con sede en la parroquia, por lo que van a ser mucho más fácilmente controladas por esta que el resto de hermandades, convirtiéndose, junto a las cofradías del Santísimo Sacramento y Rosario, en el tridente devocional que la iglesia postridentina se encargó de difundir por los cuatro puntos cardinales.
Culto a la Virgen, culto al Santísimo y culto a los muertos para hacer frente a la corriente reformadora. A esta labor de difusión contribuyó de manera muy especial la imprenta con la publicación de obras por parte de tratadistas y moralistas de la época que, usando del legítimo temor humano a las llamas del purgatorio, influyeron en el espíritu de los feligreses, deseosos como estaban de alcanzar la salvación eterna cuanto antes.
Una de las obras que más influjo tuvo en la consciencia de los pobres aldeanos fue la de José Boneta y Laplana, Gritos del purgatorio y medios para acallarlos, que vio la luz en 1689. Esta obra, escrita para leerla y oírla a la vez, tenía como uno de los fines principales el aumento de mandas testamentarias de los difuntos para la Iglesia, pues entendía que era lo único que el alma purgante podía pedir a su familia,
Casi un siglo más tarde, Joaquín Castellot seguía recordando la necesidad de las misas, limosnas o acciones piadosas por parte de los mortales para salvar las almas en pena, apelando a lo más sentido de cada uno: «Acordaos que vosotros algún día iréis al Purgatorio y si los libráis con la oración, limosna, buenas obras, ellos no serán ingratos, pedirán por vosotros en el Cielo»,
Intenta establecer un círculo vicioso en el que los vivos salvan las almas de los que están en el purgatorio con misas y oraciones y, a cambio, estos, una vez salvados de las llamas purificantes, interceden por los mortales desde el cielo. Sin duda alguna, es una buena estrategia para convencernos de la necesidad de aplicar misas por esas ánimas que nos dejaron.
Junto con esta labor propagandística, la Iglesia contó con el arte para difundir de una manera muy gráfica los horrores del infierno y del purgatorio. Los cuadros y retablos de ánimas se multiplicaron por los muros de las iglesias, sabiamente colocados a la entrada para que los vecinos no pudieran mirar para otro lado cuando fueran a la casa de Dios.
Todos ellos obedecen a una estructura muy sencilla, divididos en varios estadios horizontales con la representación del infierno-purgatorio-cielo. El infierno es la perdición. Las almas condenadas se representan ingeridas grotescamente por el Leviatán.
Para ellas no hay salvación posible, como se recita en el ramo de Abelón: «Si bajaron al infierno, remedio ya no tendrán.». Los ángeles malos, representados generalmente con atributos de cuernos, empujan a los pecadores con sus tridentes a las fauces del monstruo. «Os daréis diente con diente, estaréis sumergidos en la más absoluta desesperación», dice Castellot refiriéndose a las almas que están en el infierno.
En un estadio superior aparece el purgatorio: nobles, clérigos y plebeyos, rodeados de llamas, se debaten purgando (de ahí el nombre) sus penas y pecados. Y aquí es donde intervienen los vivos. Con sus misas, rezos y buenas obras, posibilitan la labor salvadora de la Virgen (representada bajo la advocación del Carmen), san Francisco y santo Domingo, las órdenes mendicantes más representadas en estas obras.
- No obstante, en contra de lo que pensaban los confiados campesinos, el purgatorio era un lugar horrible, limitando con el infierno, y su estancia parece eterna a los que allí terminan.
- Veamos la tétrica descripción del purgatorio que hace Boneta: El ayre con pavorosos torbellinos, con furiosos rayos, con malignas pestilencias y contagios.
El agua alborotándose en herizadas inundaciones y tormentas. La tierra abriéndose en bocas y embaynando en sus angostos senos a los míseros pacientes hasta que arrojen las entrañas y las recobren para volver a vomitarlas, Es, al fin y al cabo, un lugar miserable, por lo que las almas suplicarán su alivio y la necesidad de mandas que intercedan a su favor, sobre todo misas, para salir cuanto antes de allí.
Los escritos, los sermones, las representaciones del infierno y del purgatorio producen un impacto inmediato sobre el feligrés. Su ansia de salvación le lleva a dejar en sus testamentos un número determinado de misas (que dependerá de su situación económica) aplicadas por su alma a la mayor prontitud posible.
De los testamentarios o albaceas va a depender el grado de cumplimiento de esas mandas. Y no solamente misas: las almas se beneficiarán de bienes materiales legados por los testadores. Joaquín Vaquero (Palazuelo de Sayago) dejó a su mujer, mientras esta viviera, los bienes que había dentro de la casa, la labranza sembrada y una cortina junto al domicilio familiar, «y después que ella muriese, mando que se rente para misas por las ánimas del purgatorio»,
- En otros casos los pleitos surgieron al hacer herederas a las ánimas de bienes muebles.
- Estas mandas, en muchas ocasiones, originaron conflictos entre los herederos, por un lado, y los colectores de ánimas y los curas párrocos por otro.
- Defendían los primeros su ilegalidad y, tanto los colectores como los curas, el cumplimiento inmediato de lo que hubiera mandado el difunto.
Como el que tuvo lugar en 1718 entre los herederos de Domingo Alonso y el cura y el mayordomo de la cofradía de Ánimas de Bermillo de Sayago porque no dejaban a sus herederos disfrutar de un prado, un herreñal y una cortina que el difunto tenía en el pueblo, alegando que antes de hacer testamento había expresado públicamente su intención de que fueran a parar a dicha cofradía,
- Sin duda alguna, la Iglesia participaba, de una u otra manera, en el pastel de la herencia, no solo a través de lo recibido por las misas, sino también de distintos bienes que pasaban a engrosar el patrimonio de las devociones de ánimas.
- De esta manera, las cofradías de ánimas llegaron a convertirse en los siglos xvii y xviii en una de las hermandades con mayor capacidad económica en el mundo rural, gestionada bien en contratos de arriendo de las tierras que recibían como legado de los devotos o a través de la consignación de censos redimibles a favor de los vecinos.
Como los otorgados por la cofradía de Ánimas de Villadepera, en 1695, uno a favor de Roque Pascual (121 reales) y el otro a Antonio Jorge (100 reales), para lo cual se vieron en la obligación de hipotecar casas, tierras y cortinas,2. El Ramo de Abelón Abelón es un pequeño pueblo de la comarca de Sayago (Zamora) perteneciente al ayuntamiento de Moral.
- La devoción a las ánimas en este pueblo se constata, en forma de cofradía, desde mediados del siglo xvii, perviviendo en siglos posteriores.
- Como consecuencia de la influencia de esta devoción-obligación en los feligreses, se instauró la costumbre en los templos parroquiales de representar la tarde-noche de difuntos el ramo de ánimas, representación plenamente popular realizada a semejanza de las que se hacían de otros ramos a lo largo del año (festividades de santos, ofertorios, etc.).
El texto de Abelón, que reproducimos a continuación, se encuentra depositado en el Archivo Histórico Diocesano de Zamora, sección Archivos Parroquiales, parroquia de Abelón, Es un manuscrito de 1884, en regular estado de conservación, que presenta roturas en las hojas del comienzo y el final; no obstante, es perfectamente legible el 99 % del texto.
Se corresponde con un típico ramo de ánimas que se representaba en la noche del 1 de noviembre dentro de la iglesia parroquial. Es un ramo para ser recitado, en este caso por siete mujeres. Se elegían mujeres por la mayor sensibilidad que mostraba el alma femenina para estos menesteres y el mayor poder de intermediación que tenían con la Virgen María.
Desconocemos la forma material del soporte (el ramo propiamente dicho), aunque suponemos que sería triangular, como corresponde a los ramos que siguen cantándose en otros lugares de la provincia (Pobladura de Aliste). Veamos un poco el desarrollo de dicha representación.
- Al atardecer, se juntaban los vecinos (hombres, mujeres y niños) y, acompañando a la porteadora del ramo, se dirigían hacia el templo de San Martín: «Coge, compañera, el ramo y llévalo para el templo».
- El recorrido se amenizaba con el redoblar de las campanas de la iglesia que, a su manera, se encargaban de despertar los corazones de los vecinos «pidiendo justicia del olvido en que tenemos a las ánimas benditas».
Toda la noche estarían los mozos «encordando» las campanas por los difuntos. Era una de las estampas más tétricas que acompañaban el paisaje devocional del mundo rural hasta no hace muchos años. Llegada la comitiva a las puertas del templo, se pedía la correspondiente licencia para poder entrar.
- En este caso se le pedía directamente a Dios: no al cura, como se hace en otros ramos, sino al Sumo Hacedor.
- Desde dentro, las ánimas saludaban a los vecinos reconociendo a los familiares que iban entrando: «Venid, amigos del alma, parientes y compañeros».
- Lo primero que atrae las miradas es el tétrico cuadro de ánimas: «Ese cuadro que allí veis, con tantas caricaturas, os representan las clases, de desgracia y desventuras».
Las seis relaciones del ramo están introducidas por unos versos que no hacen más que dar paso a la encargada de hacer dicha relación: «Principie ahora la primera y siga su relación». Los túmulos funerarios levantados en medio de la iglesia con las imágenes de calaveras inundan los ojos de los mortales, recordándoles su triste final: «Lo que es esta calavera, hemos de ser los mortales», a la vez que hacen presentes a las ánimas de los difuntos («Si en el purgatorio entraron, olvidadas estarán») que esperan las oraciones y misas de los vivos para poder descansar en el cielo.
También está muy presente en el ramo la contraposición entre riquezas materiales, como algo plenamente temporal, permanente, y la salvación como algo eterno, trascendental, que encontramos en la relación primera: Cristianos, dejad la avaricia de aquestos bienes terrenos, pues en polvo se convierte todo lo que poseemos.
Ejemplarizado, de una manera hasta cierto punto erudita, con la parábola del rico Epulón y el pobre Lázaro, sacada del evangelio de Lucas (capítulo 16, versículos 19-31) que versa sobre la trascendencia de la vida humana: vivir en este mundo pero con los ojos puestos en el cielo.
Si al final seremos simples calaveras, «¿para qué tanta fatiga en aglomerar caudales?». Dejémonos de riquezas y centrémonos en la salvación de las almas, nos viene a decir el ramo. Pero ¿de quién es la culpa del olvido en que están las almas? Pues de todos los mortales, esposos, padres, hijos pero con una culpabilidad muy clara de aquellas personas en las que confiamos a la hora de otorgar testamento.
Los albaceas o testamentarios tienen bajo su conciencia el cumplir las mandas que el difunto dejó encargadas; entre ellas, las misas por su alma. Ellos serán los responsables del olvido de las ánimas en el purgatorio. Testamentarios, ¿qué hacéis?, ¿cómo estáis tan descuidados sin pensar que vuestra incuria puede hacer terribles daños? Los testamentarios tenían un año para cumplir con las mandas y legados recogidas en el testamento; labor complicada y que requería de tiempo que muchas veces no disponían, por lo que en algunos testamentos se les prorrogó ese periodo, consciente el testador de la difícil situación en la que los ponía.
En otros casos, de manera casi inmediata se procedía a cumplir lo mandado. Pocos días después de morir Francisco Eleno, vecino de Villar del Buey, su albacea, Santiago Santos, vendió una cortina cercada en Peña el Castillo, que había dejado «para hacer bien por su ánima», Pero no parece que fuera lo habitual, abandonando los albaceas las obligaciones contraídas con el alma del difunto, no solo en cuanto a mandar decir las misas por su alma, sino también en saldar las deudas que había dejado contraídas: «Hay quien no paga las deudas que en nuestros días hicimos».
Continuamente, como si de un mantra se tratara, se manda rezar un rosario, de forma individual, visitar el santo calvario o mandar decir una misa por el ánima del difunto. Hasta bien entrado el siglo xx, en el mundo rural se tenía por cierto que las ánimas de los difuntos se aparecían, adoptando diversas formas, a los familiares que hubieran incumplido alguna ofrenda, generalmente de misas.
En el pueblo de Muelas del Pan, al otro lado del río Esla, se contaba que una señora no podía conciliar el sueño por la pesadez que sentía en el estómago. Barruntando a qué se podía deber, fue a consultar con el cura, quien le dijo que, cuando sintiera esa molestia, dijera en voz alta: «¡Si eres alma del otro mundo, dime lo que quieres!».
Cuando, ya en su casa, volvió a tener esa sensación, sin titubeo le hizo la consabida pregunta, a la que inmediatamente le contestó: «¡Soy tu madre y estoy en el purgatorio porque has ofrecido una misa y no me la has dicho!». Al día siguiente cumplió con su promesa, acompañada de todo el pueblo.
Durante toda la misa sentía la pesadez en el estómago, pero, en cuanto el cura terminó la misa, oyó a su madre que le dijo: «¡Hija mía, no te molesto más.!», y, desde entonces, no volvió a sentir el «peso» del ánima de su madre, Finaliza el ramo con cuatro responsos en los que se reza un padrenuestro y se pide a Dios por las almas del purgatorio y, a los vecinos, devoción a las ánimas benditas: Aquí termina, cristianas, nuestra piadosa función.
A las ánimas benditas tenedle gran devoción. Esta tradición de representar el ramo de ánimas se perdió en el pueblo de Abelón hace por lo menos cien años, según información recogida del señor José Miguel. Sus antepasados solo recordaban acudir a la iglesia esa noche e ir apagando las velas hasta dejar la iglesia a oscuras.
- En la provincia de Zamora solamente tenemos constancia de que siga celebrándose en Pobladura de Aliste, al atardecer del 1 de noviembre, y constituye una de las manifestaciones más sobresalientes en la actualidad de la cultura tradicional en la comarca alistana,3.
- A modo de conclusiones Resulta difícil pensar en el culto a las ánimas como una devoción popular, al igual que las que se tenían a los santos terapéuticos (san Sebastián o san Roque, por ejemplo).
Más bien, fue una devoción impuesta por la jerarquía eclesiástica, auxiliada de todos los medios de los que podía disponer en ese momento: imprenta, sermones, representaciones artísticas, cofradías, etc., de los que sabiamente se sirvió para luchar contra las ideas reformadoras y mantener en su rebaño al mayor número posible de fieles.
Fruto de todo ello, el ramo de ánimas que se conserva en Abelón no deja de ser un ejemplo de la permeabilidad de toda esta doctrina en el pueblo en un acto de devoción-disciplinamiento característico de la Iglesia postridentina. Ramo de ánimas de Abelón, 1884 Ramo de ánimas En el nombre de Dios padre y del hijo soberano, nuestro espíritu ilumina para cantar este ramo.
Ya estamos siete devotas, juntas y bien prevenidas, para cantar este ramo a las ánimas benditas. Coge, compañera, el ramo y llévalo para el templo, que a las ánimas benditas les alivien de algún tormento. Vamos, compañeras, vamos a la casa del Señor, a echar agua al purgatorio, que nos la piden por Dios.
- Hombres, mujeres y niños caminan para la iglesia, que las ánimas benditas le pagarán la asistencia.
- Redoblen bien las campanas, que temor dará al oírlas por las almas en llamas metidas.
- Oyen las campanas, qué toque tan sonoro que entristecen corazones en favor del purgatorio.
- El metal de estas campanas está pidiendo justicia del olvido en que tenemos a las ánimas benditas.
Pues, ya que habemos llegado a las puertas de este templo, a Dios pedimos licencia para poder entrar dentro. A tu casa hemos llegado, Señor, con gran reverencia; animad vos nuestro espíritu según nuestra gran clemencia. Comienza, pues, compañera, con tu humilde relación, que todo aqueste contorno te prestará su atención.
- Relación primera del ramo Pues ya que habemos venido a las puertas de este templo, a Dios pedimos licencia para poder entrar dentro.
- A ofrecer aqueste ramo que humildemente traemos, para que a las ánimas benditas le sirva de algún consuelo.
- Ellas con tiernas ansias siempre nos están pidiendo.
- ¡Venid, amigas del alma, parientes y compañeros! Rogad porque Dios nos saque de estos terribles tormentos, no deis lugar que se acaben a consumir en el fuego los que esta triste vida tanta compañía os hicieron.
Finalmente, vuestros padres, demás parientes y abuelos, todos os están llamando con unos tristes lamentos. Y vosotros, divertidos, en este mundo terreno aún queréis acordaros que heredasteis de ellos, pues hijos del alma pues queridos nietos. Entremos en esta iglesia con humilde rendimiento, y postradas de rodillas pidiendo a Dios de los cielos.
Que por su pasión y muerte y por sus merecimientos las saque de sus prisiones y las lleve al deseando eterno. Versos cantados Tomemos agua bendita que el Señor nos ha enviado, para que por este medio se perdonen los pecados. Al ver el cuadro presente, supliquemos con fervor: saque Dios omnipotente las almas de su prisión.
Ese cuadro que allí veis con tanta caricatura os representan las clases de desgracia y desventura. Ya estamos cerca, cristianas, de la imagen de la muerte; esta bien nos dice que tendremos igual suerte. Ya se acabaron los versos, la súplica se va a echar y la del ramo comience, la licencia tiene ya.
Relación segunda del ramo Al entrar en este templo mi lengua quedó turbada al oír las tristes voces que están dándonos las almas. La esposa llama al esposo diciendo con tiernas ansias: ¡Esposo del alma mía, dueño de mis entrañas! Mira que tu compañera está sumergida en llamas, la misma que muchos años estuvo en tu propia casa.
Haciéndote compañía días, noches y semanas hasta que el Señor a juicio ha llamado la mi alma. El esposo con ternura, afligido y confeso clama: ¡Esposa del alma mía, cómo estás tan olvidada de aquel que tanto querías y del que tanto estimabas! Pues, aunque me ves metida en este pozo de llamas, no procuras aliviarme ni ruegas a Dios por mi alma.
Mira que soy el mismo que en este valle de lágrimas buscaba los alimentos con grande fatiga y ansia. Ahora, esposa querida, tu esposo amado te llama; no procuras aliviarle, ni ruegas a Dios por su alma. Ahora, padres queridos e hijos de sus entrañas, hermanas del alma mía, compadres y compañeras, que ya el aliento me falta.
Pedidle con humildad a la reina soberana interceda con su hijo, que nos saque de estas llamas. Y yo, por mi parte, ruego a la Virgen soberana que se acuerde de mi padre y le recoja su alma. Él era tan excesivo en visitar vuestra casa, que en éxtasis transformado muchas veces se quedaba.
- Tres huérfanas nos dejó, a mi madre y dos hermanas, desconsoladas y tristes en este valle de lágrimas.
- Bien sabéis vos, Virgen pura, los decretos del que manda, y nosotras respetamos disposiciones tan santas.
- Versos Principie ahora la primera y siga su relación acompaña como pueda a esta devota función.
Relación primera Luego que entré en este templo púseme atenta a mirar, y al ver esta calavera púseme al punto al llorar. Estos huesos que aquí veo, aunque por adorno están, palidezco contemplando de qué mortales serán. Si bajaron al infierno, remedio ya no tendrán; si en el purgatorio entraron, olvidadas estarán.
- Ellas se ven abrasadas en aquel fuego voraz, y tú no te das por sentido ni en ti hallan caridad.
- Ten compasión de estas pobres, bien las puedes aliviar con misas o con rosarios o lo que gustes rezar.
- Bulas tienes de difuntas; más dijera, pero ya el corazón se me parte al oírlas lamentar.
- A nuestros progenitores y parientes que allí están, a nuestras puertas pidiendo una limosna sin más.
¡Ven, hijo, con tiernas ansias, oyendo estoy lamentar! Yo no pido, padres míos, la parte de mi caudal. Solo pido algunas misas u otras obras de piedad para que a gozar de Dios vaya por la eternidad. ¡Oh, Virgen de los Dolores! Nuestras almas amparad, llevándolas de la mano de vuestro hijo a gozar.
- Bien sabéis, reina querida, el corazón cómo está, de una muy amada tía padeciendo sin cesar.
- Cuatro años postrada en cama sin poderse levantar, porque hasta los alimentos su hermanita se los da.
- Socorrerla, Virgen santa, y si decretado está que padezca en este mundo, llevadla luego a gozar.
- Cristianos, dejad la avaricia de aquestos bienes terrenos, pues en polvo se convierte todo lo que poseemos.
Lo que es esta calavera hemos de ser los mortales, ¿para qué tanta fatiga en aglomerar caudales? Pidamos a Dios contritos la salvación de las almas y en el cielo las veamos, pues es la hermosa morada. Amén. Verso Ahora sigue la segunda con leal y tierno celo haciendo ver a los padres de los hijos el consuelo.
Relación segunda Testamentarios, ¿qué hacéis, cómo estáis tan descuidados sin pensar que vuestra incuria puede hacer terribles daños? Pues con dar lugar y tiempo dejáis pasar años y años sin cumplir los testamentos. Mirad que es muy grande el cargo que han dejado en vuestras manos esas almas que así os llaman con dulcísimo cariño.
Desde estas sepulturas veréis a padres y hermanos que en calabozos de fuego los veréis aprisionados y no escucháis sus lamentos. Mirad que os dicen llorando que nos abrasamos vivas; favorecernos, cristianos, no hay quien sufragios nos diga. Esposa, reza un rosario, un responso que nos digan, visita el santo calvario, manda decir una misa.
- Debieras de persuadirte, que no hay tesón más alto para conseguir de Dios el fruto que deseamos.
- Padre amado de mi alma, Jesús, mi Dios ofendido, por vuestra pasión y muerte perdonadle sus delitos.
- Por mi parte, gran Señor, prometo darles alivio, con mis cortas oraciones, ayunos y sacrificios.
- O con lo que sea capaz, dadme gracia, Jesús mío, para que a gozar de Dios vayan siglos infinitos.
Amén. Verso La tercera no se olvide de decir algo piadoso; no te detengas, amada, porque el tiempo es muy precioso. Relación tercera Solo en contemplar las penas los tormentos y martirios que las ánimas padecen desmaya el aliento mío. Y, para que no desmaye, le pido al cielo divino, y a María, madre de gracia, que es consuelo de afligidos.
- Que es aurora soberana, de corazón le suplico me dé auxilios eficaces y gracia con que prosigo.
- Atención, fieles devotos, que ya voy a referirlo, que las almas están dando los más lastimosos gritos.
- ¿Quién nos sacará de aquí, de la cárcel y el suplicio? Os rogamos muy de veras, contritos os lo pedimos.
Misericordia, cristianos, corazones compasivos, tened piedad de estas pobres que están llamando a Dios mismo. A nuestros testamentarios y a los herederos mismos hay quien no cumple las mandas, ni tampoco los sufragios. Hay quien no paga las deudas que en nuestros días hicimos, así nuestros corazones en pedazos divididos.
- Exclaman a Dios diciendo: ¡Ay, bien mío, padre eterno! ¿Quién nos sacará de aquí para en la iglesia serviros? Amén.
- Verso La cuarta siga animada en tan buena compañía, diga con todo fervor de las almas sus fatigas.
- Relación cuarta Hombres que vivís sin rienda, moradores de este siglo: si os acompaña la fe, si acaso no estáis dormidos.
Considerad en el alma, ¡cristianos y hermanos míos, lo que padecen las almas por sus pasados delitos! Padecen la pena de daño, y por pena de sentido otros padecen también la ingratitud y el olvido. Que tenemos de las almas, que es uno de los martirios, que les está traspasando la protección y sentido.
- ¿Dónde estás, querido padre? Me dejaste siendo niña sin yo poder dar razón si besaste mis mejillas.
- Acervo es siempre el perdón, los padres en esta vida mucho más hacerlo es perder la cara divina.
- De aquel Dios sacramentado que en su acertada justicia ha de dar el galardón cual le tengan merecido.
- Yo, padre, por mí prometo, si alcanza la gracia mía, con mis cortas oraciones pedirle toda la vida.
A la Virgen soberana, madre piadosa, y resigna que interceda por vuestra alma, la lleve en su compañía. Cuántos padres hay clamando, pidiendo al cielo propicio lo olvidados que se ven en la pena de sentido. Hijos del mi corazón, que me abraso en fuego vivo, ¿ a vuestros padres una misa que afligidos? En un mar de confusión piden con tristes gemidos que les alivien las penas hasta que, ya cristalinas, vayan a gozar de Dios por los siglos de los siglos.
- Amén. Verso Sigue, compañera, sigue con tu quinta relación, que aquel Dios omnipotente te ayudará con fervor.
- Relación quinta Cubierta en oscura nube, eclipsada en este velo, llena de pena y angustia, de dolor y sentimiento, en pensar cómo lo pasan las almas en aquel fuego llamando a todos los santos y a los ángeles del cielo.
a Jesús y a Cristo redentor nuestro, les pido padre amoroso de rodillas por el suelo. Y postrada a vuestros pies en humilde rendimiento, saquéis gustosa las almas de aquel calabozo horrendo. Pues vos también padecisteis calumnia, pena y tormento para el remedio del mundo y dar luz al universo.
Y vos, sacerdote ilustre, justicia y demás del pueblo, compadeceos de las almas, aplicadle algún remedio. Dadle limosnas piadosas, que allí las encumbraremos y nos servirán de alivio delante del juez supremo, que el premio que nos da el juez es el reino de los cielos. Amén. Verso Ahora sigue la sexta su desempeño animoso, y quedará este concurso satisfecho y muy gustoso.
Relación sexta Al oír los tristes ecos que hoy han dado las campanas, hemos venido a este templo para alivio de las almas que están en el purgatorio ardiendo en voraces llamas. Hijos de mi corazón, aquí está vuestra madre amada, la que os ha traído en su vientre más de treinta y seis semanas.
Aquella que de sus pechos el alimento os daba, la que con tanto cariño tantas veces os besaba y estrechaba entre sus brazos diciéndoos: ¡Hijos del alma! Tú eras la luz de mis ojos, la prenda más estimada, el objeto que más quiero de cuanto en el mundo haya. Aunque me ves aquí ardiendo en voraces llamas, en este voraz incendio consumida y abrasada.
No te mueve a compasión, hijo mío de mi alma, los estragos que en mi cuerpo hace esta inflamada llama. ¿Quién duda que en el infierno habrá padres que imitaran aquel célebre Epulón que el evangelio declara? ¿Despreciando al triste Lázaro que a su puerta se sentara sin que hubiera una limosna y a los perros se la echaba? Dios, tened compasión, nunca volváis las espaldas a los pobres que a la puerta llegan todas las mañanas.
¿Quién duda que llega el día en que la sentencia dada por el dedo del Eterno os arroje a las llamas? Entonces no sirve clamar ni aun a los hijos del alma, porque dada la sentencia Dios no puede revocarla. ¿Qué os sirve desde el infierno llamar días ni semanas, con gritos ni con lamentos, diciendo con tiernas ansias? Acuérdate, hijo querido, que nunca te he sido ingrata; pide a Dios omnipotente con oraciones y lágrimas.
Con sacrificios y ayunos que me saquen de estas llamas y me lleve a descansar por siempre a su gloria santa. Amén. Ya concluimos la súplica, gracias a Dios de piedad; cuando el sacerdote quisiere, pueda el oficio empezar. Se dice la vigilia y se canta lo que sigue: Ya baja el sacro ministro todo vestido de luto a celebrar por las almas, todos tenemos difuntos.
- Se canta el primer responso.
- Concluido, se dice: Prosigamos, compañeras, nuestra piadosa función en obsequio de las almas que exclaman: ¡Ay, qué dolor! Aquí es sitio donde están prendas nuestras muy amadas, rezad, cristianos piadosos, un padrenuestro a sus almas.
- Después del segundo responso: En aqueste cementerio están huesos sumergidos, de aquellos que en otro tiempo fueron parientes y amigos.
Concluido el tercer responso: En esta tercer parada pidamos a Dios contritas se les alivien las penas a las ánimas benditas. Al cuarto responso: Adoremos esta cruz más hermosa que las flores, como llaman donde Cristo murió por los pecadores. Aquí termina, cristianas, nuestra piadosa función; a las ánimas benditas tenedle gran devoción.
- Fin del ramo NOTAS López de Ayala, I., El Sacrosanto y ecuménico Concilio de Trento, Madrid, 1785.
- González Polvillo, A., «¡Gritad, malditos, gritad! El libro Gritos desde el purgatorio de José Boneta (1689) como ejemplo de coerción simbólica de la consciencia y método de disciplinamiento social», en Núñez Roldán, F., Ocio y vida cotidiana en el mundo hispánico en la Edad Moderna, Sevilla, 2007, pp.40-41.
Castellot, J. Colección de pláticas para el uso de los curas de las aldeas. Madrid.1786. Tomo I,. pág.250. González Polvillo, A., op. cit., p.56. Archivo Histórico Provincial de Zamora (A.H.P. Za.). Secc. Protocolos Notariales (P.N.). Legajo 1893. Año 1694. Fols.453-456.
- Archivo Histórico Diocesano de Zamora (A.H.D. Za).
- Sección Mitra.
- Legajo 1321. Caja II. Ibíd.P.N.
- Legajo 1894. Año 1695.
- Fols.46 y 97-100.A.H.D. Za.A.P.
- Parroquia de Abelón.
- Libro n.º 29.A.H.P. Za. Secc.P.N.
- Legajo 1893. Año 1693. Fol.365.
- Leyenda contada por mi madre, Dominga Fernández, que la había oído contar siendo niña.
Más información en www.acairesdealiste.blogspot.com.es.
¿Qué dice la Biblia de las ánimas del Purgatorio?
Perspectiva en la Iglesia protestante – Artículo principal: La mayoría de las iglesias rechazan la creencia en el Purgatorio así como los libros deuterocanónicos donde se hace mención de la oración por los muertos para que estos sean libres de sus pecados.
¿Cómo llegan las ánimas?
EL ALTAR DE MUERTOS –
- Origen y significado en México a través de la Historia del hombre.
- El culto a los muertos se ha manifestado en diferentes culturas de Europa y Asia, como la china, la árabe o la egipcia, pero en las culturas prehispánicas del continente americano no ha sido de menor importancia; así, la visión y la iconografía sobre la muerte en nuestro país son notables debido a ciertas características especiales, como el sentido solemne, festivo, jocoso y religioso que se ha dado a este culto, el cual pervive hasta nuestros días.
- La muerte es un personaje omnipresente en el arte mexicano con una riquísima variedad representativa: desde diosa, protagonista de cuentos y leyendas, personaje crítico de la sociedad, hasta invitada sonriente a nuestra mesa.
En México, las culturas indígenas concebían a la muerte como una unidad dialéctica: el binomio vida-muerte, lo que hacía que la muerte conviviera en todas las manifestaciones de su cultura. Que su símbolo o glifo apareciera por doquier, que se le invocara en todo momento y que se representara en una sola figura, es lo que ha hecho que su celebración siga viva en el tiempo.
- Para conocer más acerca de la festividad del Día de Muertos y el significado que tiene hoy el altar, es necesario echar una vista atrás a la historia, hacia las épocas prehispánica y colonial, para tener un panorama más amplio de su significado.
- La época prehispánica
- Los orígenes de la tradición del Día de Muertos son anteriores a la llegada de los españoles, quienes tenían una concepción unitaria del alma, concepción que les impidió entender el que los indígenas atribuyeran a cada individuo varias entidades anímicas y que cada una de ellas tuviera al morir un destino diferente.
Dentro de la visión prehispánica, el acto de morir era el comienzo de un viaje hacia el Mictlán, el reino de los muertos descarnados o inframundo, también llamado Xiomoayan, término que los españoles tradujeron como infierno. Este viaje duraba cuatro días.
- Al llegar a su destino, el viajero ofrecía obsequios a los señores del Mictlán: Mictlantecuhtli (señor de los muertos) y su compañera Mictecacíhuatl (señora de los moradores del recinto de los muertos).
- Estos lo enviaban a una de nueve regiones, donde el muerto permanecía un periodo de prueba de cuatro años antes de continuar su vida en el Mictlán y llegar así al último piso, que era el lugar de su eterno reposo, denominado “obsidiana de los muertos”.
Gráficamente, la idea de la muerte como un ser descarnado siempre estuvo presente en la cosmovisión prehispánica, de lo que hay registros en las etnias totonaca, nahua, mexica y maya, entre otras. En esta época era común la práctica de conservar los cráneos como trofeos y mostrarlos durante los rituales que simbolizaban la muerte y el renacimiento.
- El festival que se convirtió en el Día de Muertos se conmemoraba en el noveno mes del calendario solar mexicano, iniciando en agosto y celebrándose durante todo el mes.
- Para los indígenas la muerte no tenía la connotación moral de la religión católica, en la cual la idea de infierno o paraíso significa castigo o premio; los antiguos mexicanos creían que el destino del alma del muerto estaba determinado por el tipo de muerte que había tenido y su comportamiento en vida.
Por citar algunos ejemplos, las almas de los que morían en circunstancias relacionadas con el agua se dirigían al Tlalocan, o paraíso de Tláloc; los muertos en combate, los cautivos sacrificados y las mujeres muertas durante al parto llegaban al Omeyocan, paraíso del Sol, presidido por Huitzilopochtli, el dios de la guerra.
- El Mictlán estaba destinado a los que morían de muerte natural.
- Los niños muertos tenían un lugar especial llamado Chichihuacuauhco, donde se encontraba un árbol de cuyas ramas goteaba leche para que se alimentaran.
- Los entierros prehispánicos eran acompañados por dos tipos de objetos: los que en vida habían sido utilizados por el muerto, y los que podía necesitar en su tránsito al inframundo.
La época colonial En el siglo XVI, tras la Conquista, se introduce a México el terror a la muerte y al infierno con la divulgación del cristianismo, por lo que en esta época se observa una mezcla de creencias del Viejo y el Nuevo Mundo. Así, la Colonia fue una época de sincretismo donde los esfuerzos de la evangelización cristiana tuvieron que ceder ante la fuerza de muchas creencias indígenas, dando como resultado un catolicismo muy propio de las Américas, caracterizado por una mezcla de las religiones prehispánicas y la religión católica.
En esta época se comenzó a celebrar el Día de los Fieles Difuntos, cuando se veneraban restos de santos europeos y asiáticos recibidos en el Puerto de Veracruz y transportados a diferentes destinos, en ceremonias acompañadas por arcos de flores, oraciones, ¡ procesiones y bendiciones de los restos en las iglesias y con reliquias de pan de azúcar –antecesores de nuestras calaveras– y el llamado “pan de muerto”.
La época actual El sincretismo entre las costumbres españolas e indígenas originó lo que es hoy la fiesta del Día de Muertos. Al ser México un país pluricultural y pluriétnico, tal celebración no tiene un carácter homogéneo, sino que va añadiendo diferentes significados y evocaciones según el pueblo indígena o grupo social que la practique, construyendo así, más que una festividad cristiana, una celebración que es resultado de la mezcla de la cultura prehispánica con la religión católica, por lo que nuestro pueblo ha logrado mantener vivas sus antiguas tradiciones.
- La fiesta de Día de Muertos se realiza el 31 de octubre y el 1 y 2 de noviembre, días señalados por la Iglesia católica para celebrar la memoria de Todos los Santos y de los Fieles Difuntos.
- Desde luego, la esencia más pura de estas fiestas se observa en las comunidades indígenas y rurales, donde se tiene la creencia de que las ánimas de los difuntos regresan esas noches para disfrutar los platillos y flores que sus parientes les ofrecen.
Las ánimas llegan en forma ordenada. A los que tuvieron la mala fortuna de morir un mes antes de la celebración no se les pone ofrenda, pues se considera que no tuvieron tiempo de pedir permiso para acudir a la celebración, por lo que sirven solamente como ayudantes de otras ánimas.
El 28 de octubre se destina a los muertos que fueron asesinados con violencia, de manera trágica; el 30 y 31 de octubre son días dedicados a los niños que murieron sin haber sido bautizados (limbitos) y a los más pequeños, respectivamente; el 1 de noviembre, o Día de Todos los Santos, es la celebración de todos aquellos que llevaron una vida ejemplar, celebrándose igualmente a los niños.
El día 2, en cambio, es el llamado Día de los Muertos, la máxima festividad de su tipo en nuestro país, celebración que comienza desde la madrugada con el tañido de las campanas de las iglesias y la práctica de ciertos ritos, como adornar las tumbas y hacer altares sobre las lápidas, los que tienen un gran significado para las familias porque se piensa que ayudan a conducir a las ánimas y a transitar por un buen camino tras la muerte.
El altar de muertos Como ya comentamos, el altar es la representación iconoplástica de la visión que todo un pueblo tiene sobre el tema de la muerte, y de cómo en la alegoría conduce en su significado a distintos temas implícitos y los representa en forma armónica dentro de un solo enunciado. El altar de muertos es un elemento fundamental en la celebración del Día de Muertos.
Los deudos tienen la creencia de que el espíritu de sus difuntos regresa del mundo de los muertos para convivir con la familia ese día, y así consolarlos y confortarlos por la pérdida. El altar, como elemento tangible de tal sincretismo, se conforma de la siguiente manera.
Se coloca en una habitación, sobre una mesa o repisa cuyos niveles representan los estratos de la existencia. Los más comunes son los altares de dos niveles, que representan el cielo y la tierra; en cambio, los altares de tres niveles añaden a esta visión el concepto del purgatorio. A su vez, en un altar de siete niveles se simbolizan los pasos necesarios para llegar al cielo y así poder descansar en paz.
Este es considerado como el altar tradicional por excelencia. En su elaboración se deben considerar ciertos elementos básicos. Cada uno de los escalones se forra en tela negra y blanca y tienen un significado distinto. En el primer escalón va colocada la imagen de un santo del cual se sea devoto.
- El segundo se destina a las ánimas del purgatorio; es útil porque por medio de él el alma del difunto obtiene el permiso para salir de ese lugar en caso de encontrarse ahí.
- En el tercer escalón se coloca la sal, que simboliza la purificación del espíritu para los niños del purgatorio.
- En el cuarto, el personaje principal es otro elemento central de la festividad del Día de Muertos: el pan, que se ofrece como alimento a las ánimas que por ahí transitan.
En el quinto se coloca el alimento y las frutas preferidas del difunto. En el sexto escalón se ponen las fotografías de las personas ya fallecidas y a las cuales se recuerda por medio del altar.
- Por último, en el séptimo escalón se coloca una cruz formada por semillas o frutas, como el tejocote y la lima.
- Las ofrendas y su significado
- Las ofrendas deben contener una serie de elementos y símbolos que inviten al espíritu a viajar desde el mundo de los muertos para que conviva ese día con sus deudos.
- Entre los elementos más representativos del altar se hallan los siguientes:
Imagen del difunto. Dicha imagen honra la parte más alta del altar. Se coloca de espaldas, y frente a ella se pone un espejo para que el difunto solo pueda ver el reflejo de sus deudos, y estos vean a su vez únicamente el del difunto. La cruz. Utilizada en todos los altares, es un símbolo introducido por los evangelizadores españoles con el fin de incorporar el catecismo a una tradición tan arraigada entre los indígenas como la veneración de los muertos.
- La cruz va en la parte superior del altar, a un lado de la imagen del difunto, y puede ser de sal o de ceniza.
- Imagen de las ánimas del purgatorio.
- Esta se coloca para que, en caso de que el espíritu del muerto se encuentre en el purgatorio, se facilite su salida.
- Según la religión católica, los que mueren habiendo cometido pecados veniales sin confesarse deben de expiar sus culpas en el purgatorio.
Copal e incienso. El copal es un elemento prehispánico que limpia y purifica las energías de un lugar y las de quien lo utiliza; el incienso santifica el ambiente. Arco. El arco se coloca en la cúspide del altar y simboliza la entrada al mundo de los muertos.
- Se le adorna con limonarias y flor de cempasúchil.
- Papel picado.
- Es considerado como una representación de la alegría festiva del Día de Muertos y del viento.
- Velas, veladoras y cirios.
- Todos estos elementos se consideran como una luz que guía en este mundo.
- Son, por tradición, de color morado y blanco, ya que significan duelo y pureza, respectivamente.
Los cirios pueden ser colocados según los puntos cardinales, y las veladoras se extienden a modo de sendero para llegar al altar. Agua. El agua tiene gran importancia ya que, entre otros significados, refleja la pureza del alma, el cielo continuo de la regeneración de la vida y de las siembras; además, un vaso de agua sirve para que el espíritu mitigue su sed después del viaje desde el mundo de los muertos.
- También se puede colocar junto a ella un jabón, una toalla y un espejo para el aseo de los muertos Flores.
- Son el ornato usual en los altares y en el sepulcro.
- La flor de cempasúchil es la flor que, por su aroma, sirve de guía a los espíritus en este mundo.
- Calaveras.
- Las calaveras son distribuidas en todo el altar y pueden ser de azúcar, barro o yeso, con adornos de colores; se les considera una alusión a la muerte y recuerdan que esta siempre se encuentra presente.
Comida. El alimento tradicional o el que era del agrado de los fallecidos se pone para que el alma visitada lo disfrute. Pan. El pan es una representación de la eucaristía, y fue agregado por los evangelizadores españoles. Puede ser en forma de muertito d e Pátzcuaro o de domo redondo, adornado con formas de huesos en alusión a la cruz, espolvoreado con azúcar y hecho con anís.
- Bebidas alcohólicas.
- Son bebidas del gusto del difunto denominados “trago” Generalmente son “caballitos” de tequila, pulque o mezcal.
- Objetos personales.
- Se colocan igualmente artículos pertenecientes en vida a los difuntos, con la finalidad de que el espíritu pueda recordar los momentos de su vida.
- En caso de los niños, se emplean sus juguetes preferidos.
El altar de muertos como enunciado La cultura mexicana tiene su más colorida representación en la celebración de Día de Muertos, festividad que se ha visto retratada en diferentes expresiones culturales, las que abarcan todas las manifestaciones: desde el arte prehispánico hasta el popular de nuestros días.
- Actualmente, la muerte hecha objeto, la muerte representada, no nos toma por sorpresa.
- Para el mexicano no radica esta visión en el desprecio sino en su valoración, pues se entiende como una manifestación y una explicación del mundo, heredadas y evocadas inconscientemente.
- La fusión de ambas culturas hace del altar un producto comunicativo que evoca constantemente los elementos que le dieron origen y que lo traducen en una repetición y evocación constantes del mundo indígena y del católico, con símbolos que adquieren un nuevo significado.
La muerte, en este sentido, no se enuncia como una ausencia ni como una falta; por el contrario, es concebida como una nueva etapa: el muerto viene, camina y observa el altar, percibe, huele, prueba, escucha. No es un ser ajeno, sino una presencia viva.
¿Cómo ofrecer Misas por las almas del Purgatorio?
La misa es la más poderosa de las oraciones y es una forma muy efectiva de orar por nuestros seres queridos. Ofrecer una misa por ellos es una antigua tradición. La misa puede ofrecerse por familiares, amigos o por cualquier intención, pero la que se ofrece por los difuntos es muy poderosa.
- Las almas del Purgatorio no pueden rezar por sí mismas, y dependen de las oraciones y buenas obras de los que aún viven para acelerar su entrada al Paraíso.
- De hecho, muchas almas se han aparecido pidiendo a sus familiares que se ofrezca misa por ellas para salir del Purgatorio.
- Pedir una misa por una intención especial es muy fácil, basta llamar a la oficina parroquial.
Es costumbre dar un pequeño donativo cuando se pide una misa por una intención especial, destinado a ayudar a la parroquia. Pero esto no es un “pago”. El valor de la misa es infinito y no puede pagarse con nada.
¿Qué significa sacar un alma del Purgatorio?
El Voto de Ánimas: el Acto Heróico de Caridad Hay una cosa que se llama « El voto de ánimas» que lo llaman «acto heroico de caridad». Yo, sinceramente, pienso que de heroicidad nada. ¿En qué consiste el voto de ánimas? No es voto, se llama así, pero no obliga bajo pecado,
Y puede uno rectificarlo cuando quiera. Pero se llama «voto de ánimas», Qué significa el voto de ánimas? Significa que yo renuncio a todos los méritos renunciables, porque hay méritos que son irrenunciables. En mis buenas obras, yo tengo méritos que son intransferibles. Pero hay otros méritos que yo puedo renunciar.
Pues yo renuncio a todos los méritos que yo pueda renunciar, y los pongo en manos del Señor y de la Santísima Virgen, para que ellos los distribuyan entre las almas del purgatorio más necesitadas. Que ellos distribuyan como quieran los méritos míos. Se llama «acto heroico de caridad» por lo que yo renuncio en favor de las almas del purgatorio.
Pero yo digo: esto de heroico nada. Porque si dice Cristo: «Los misericordiosos alcanzarán misericordia», y si por hacer yo este acto de misericordia, después voy a tener la misericordia de Dios para conmigo, ¿qué más quiero? Soy yo el que salgo ganando, haciendo un acto de misericordia. Porque Dios después tendrá misericordia conmigo.
Si yo renuncio a ese tesoro espiritual mío, que he ganado con mis buenas obras, si con esa pequeña renuncia de mis pobres obras, logro ayudar a tantas almas que suban a la gloria, y después se interesan por mí, decidme si no es fenomenal tener en el cielo ese ejército de amigos míos, que saben que yo les ayudé a entrar en la gloria.
Lo que se van a preocupar por mí. Por eso decía el Padre Eduardo Fernández Regatillo, S.I., que era un teólogo de gran notoriedad: «Muchas personas de gran categoría espiritual y teológica, han hecho el voto de ánimas». Basta que un día en la Santa Misa se haga este ofrecimiento: «Señor, te ofrezco todo lo que yo pueda renunciar, en beneficio de las almas del purgatorio».
¡Los misericordiosos alcanzarán misericordia! A ver si os animáis a ayudar a los moribundos y a las almas del purgatorio. Que vosotros saldréis ganando. Y ellos también. Muchas gracias. EL PADRE JORGE LORING S.I. Más del Padre Jorge Loring sobre CÓMO AYUDAR A LOS DIFUNTOS –/– El Padre Jorge Loring entregó su alma a Dios el 25 de diciembre del 2013, el día de la Fiesta de la Natividad de Nuestro Señor, fecha especial que fue un regalo de Dios para un buen sacerdote que nos ha dejado un legado muy grande.
- Su libro PARA SALVARTE tiene miles de copias vendidas y ha sacado del ateísmo a muchos de sus lectores.
- Ora por Nosotros Padre Loring.
- Existen muchas maneras de ayudar a las Benditas Almas del Purgatorio, pues hay muchas por las que nadie reza, ya sea porque en su vida no dejaron en sus familiares la semilla de la fe y sus familiares no saben que está en el Purgatorio sufriendo penas y necesita de sus oraciones y de la Santa Misa para llegar al Cielo, o ya sea porque muchas personas no creen en el purgatorio o como muchos católicos creen falsamente que “cuando alguien fallece ya está con Dios” como dicen muchos sacerdotes en las misas de difuntos.
Una cosa es que cuando uno fallece inmediatamente está “en presencia de Dios en su juicio personal” y otra es estar en la Gloria del Cielo, lo cual es muy difícil alcanzar inmediatamente después de la muerte. Reflexionemos que el Santo Padre Pío -por revelación divina a un alma privilegiada- pasó tres días de purgatorio frente al Sagrario, en reparación de todas las irreverencias que se habían cometido en el lugar Santo de Dios, a causa de su presencia atendiendo la gente.
- ¿Se imaginan? Si este hombre santo tuvo tres días de purgatorio ¿qué nos espera a nosotros? En el Purgatorio hay muchas clases de sufrimiento, pero el mayor es no poder estar en presencia de Dios.
- Hay personas que cada día rezan el rosario delante del Sagrario y que cada día comulgan, pues bien, si tienen la intención de sacar un alma del Purgatorio eso es lo único que basta para ganar una Indulgencia Plenaria y con ella sacar un alma del Purgatorio cada día” – Padre Jorge Loring ¿Cómo ayudar a las Benditas Almas del Purgatorio? Ganando una indulgencia plenaria puedes sacar un alma del purgatorio al día.
La indulgencia plenaria no es para ti directamente, es para sacar un alma del purgatorio. Es un acto de caridad de tu parte, que Dios no dejará sin compensarte. Solo es requisito hacer la obra que te concede la indulgencia plenaria, recibir la comunión y tener la intención de sacar un alma del purgatorio.
Rezar el SANTO ROSARIO en común o delante del Sagrario; Media hora de oración delante del Santísimo; Media hora de lectur a de Biblia; y Hacer el VIA CRUCIS
Y haciendo cualquiera de estas cuatro cosas recibiendo la comunión en la Santa Misa y con la intención de ganar la Indulgencia Plenaria para sacar un alma del Purgatorio, lo logras. Sacas un alma del Purgatorio. Es fácil, es simple. Y muchos hacemos estas cosas a diario, pero no las ofrecemos por las almas del purgatorio. El SANTO ESCAPULARIO es otra manera de acortar el Purgatorio. Si tú lo llevas contigo al momento de fallecer, la Santísima Virgen te promete que el primer sábado después de tu muerte saldrás del Purgatorio, Solo debes llevarlo al cuello al momento de fallecer.