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Oracion Ala Magnifica?

Oracion Ala Magnifica
MAGNIFICAT Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios mi Salvador, porque ha mirado la humillación de su esclava. Desde ahora me felicitarán todas las generaciones porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí. Su nombre es Santo y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación.

  1. Él hace proezas con su brazo, dispersa a los soberbios de corazón.
  2. Derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes.
  3. A los hambrientos los colma de bienes y a los ricos despide vacíos.
  4. Auxilia a Israel su siervo, acordándose de su santa alianza según lo había prometido a nuestros padres en favor de Abrahán y su descendencia por siempre.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo como era en principio ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amen.

¿Quién dijo la oración del Magnificat?

María dijo : Proclama mi alma la grandeza del Señor, 47 se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; 48 porque ha mirado la humillación de su esclava.

¿Como dice el Magnificat?

VIRGEN MARÍA 3. MAGNIFICAT – Páginas: 1. | 2. | 3. Magnificat

W.A. Bouguereau La Virgen con los ángeles, 1900 Musée du Petit Palais. Paris. La bienaventurada Virgen María, por el hecho de ser Madre de Dios, tiene una especie de dignidad infinita a causa del bien infinito que es Dios. Y en esa línea no puede imaginarse una dignidad mayor, como no puede imaginarse cosa mayor que Dios. Santo Tomás Suma Teológica, 1, q.25, a.6 Como el océano recibe todas las aguas, así María recibe todas las gracias. Como todos los ríos se precipitan en el mar, así las gracias que tuvieron los ángeles, los patriarcas, los profetas, los apóstoles, los mártires, los confesores y las vírgenes se reunieron en María San Buenaventura Speculi, 2

P roclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humillación de su esclava. Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación. El hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos.

Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia -como lo había prometido a nuestros padres- en favor de Abrahán y su descendencia por siempre. Gloria al Padre. (Folleto para imprimir disponible en ).

¿Qué significa el Magnificat de María?

El Magnificat Por: Padre Nicolás Schwizer | Fuente: Homilías del Padre Nicolás Schwizer Lucas 1, 46-56 En aquel tiempo, María dijo: Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador porque ha mirado la humillación de su esclava.

  1. Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí; su nombre es Santo y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación.
  2. Él hace proezas con su brazo, dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes.

A los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos. Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia como lo había prometido a nuestros padres en favor de Abraham y su descendencia para siempre. María permaneció con Isabel unos tres meses, y se volvió a su casa.

  • Reflexión El Evangelio de hoy nos presenta el gran cántico de la Sma.
  • Virgen en su visita a la casa de Santa Isabel: el Magnificat.
  • Expresa su inmensa alegría por todo lo que Dios ha hecho en su humilde esclava.
  • En el canto, en realidad, María dice pocas cosas nuevas.
  • Casi todas sus frases encuentran numerosos paralelos en los salmos y en otros libros del Antiguo Testamento.

Pero – como escribe un teólogo – si las palabras provienen en gran parte del antiguo testamento, la música pertenece ya a la nueva alianza. En las palabras de María estamos leyendo ya un anticipo de las bienaventuranzas y una visión de la salvación que rompe todos los moldes establecidos.

En el canto, María dice cosas que deberían hacernos temblar. El canto es como un espejo del alma de María. Es, sin duda, el mejor retrato de María que tenemos. Su canto es, a la vez, bello y sencillo. Sin alardes literarios, sin grandes imágenes poéticas, sin que en él se diga nada extraordinario. Y sin embargo, ¡qué impresionantes resultan sus palabras! Es, ante todo, un estallido de alegría.

Las cosas de Dios parten del gozo y terminan en el entusiasmo. Dios viene a llenar, no a vaciar. Pero ese gozo no es humano. Viene de Dios y en Dios termina. La alegría de María no es de este mundo. No se alegra de su maternidad humana, sino de ser la madre del Mesías, su Salvador (M.

  1. Thurian). No de tener un hijo, sino de que ese hijo sea Dios.
  2. Por eso se sabe llena María, por eso se atreve a profetizar que todos los siglos la llamarán bienaventurada, porque ha sido mirada por Dios.
  3. Nunca entenderemos los occidentales lo que es para un oriental “ser mirado por Dios”.
  4. Para éste – aún hoy – la santidad la transmiten los santos por medio de su mirada.

La mirada de un hombre de Dios es una bendición. ¡Cuánto más si el que mira es Dios! La cuarta estrofa del himno de María resume su visión de la historia. Y se reduce a una sola idea: el reino de Dios, que su hijo trae, no tiene nada que ver con el reino de este mundo.

Y ésta es la parte subversiva del himno que no podemos disimular: para María el signo visible de la venida del Reino de Dios es la humillación de los soberbios, la derrota de los potentados, la exaltación de los humildes y los pobres, el vaciamiento de los ricos. Estas palabras no deben ser atenuadas: María anuncia lo que su Hijo predicará en las bienaventuranzas: que Él viene a traer un plan de Dios que deberá modificar las estructuras de este mundo de privilegio de los más fuertes y poderosos.

Los pobres y humildes de los que habla María son los que sólo cuentan con Dios en su corazón: los humildes, los que temen a Dios, los que se refugian en él, los que le buscan, los corazones quebrantados y las almas oprimidas. María no habla tanto de clases sociales, sino más bien de clases de almas.

  • ¿Y quién podrá decir de sí mismo que es uno de esos pobres de Dios? María no habla solamente de la pobreza material o de la pobreza espiritual.
  • Habla de la suma de las dos.
  • Y al mismo tiempo ofrece un programa de reforma de las injusticias de este mundo y de elevación de los ojos al cielo.
  • Son dos partes esenciales de su Magnificat y del evangelio, dos partes inseparables.

María, en el Magnificat, no separa lo que Dios ha unido por medio de su Hijo: los problemas temporales de los celestiales. Su canto es, verdaderamente, un himno revolucionario, pero de una revolución integral. Por eso María puede predicar esa revolución con alegría.

  1. Queridos hermanos, pienso que es necesario que también todos nosotros cantemos con ella, y como ella, atreviéndonos a decir toda la verdad de esa revolución que María anuncia.
  2. Esa revolución que hubiera hecho temblar a Herodes y Pilato, si la hubieran oído.
  3. Y que debería hacernos sangrar hoy a cuantos, de un modo o de otro, multiplicamos el mensaje de María.

¡Qué así sea! En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Padre Nicolás Schwizer Instituto de los Padres de Schoenstatt • : El Magnificat

¿Cómo comienza el Magníficat?

El Magnificat: es un canto y una oración cristiana. Proviene del evangelio de Lucas 1:46-55 y reproduce las palabras que María dirige a Dios cuando visita a su prima Isabel, madre de Juan el Bautista y esposa de Zacarías.

¿Cómo salir de la ansiedad según la Biblia?

El Señor es mi pastor, nada me falta; en verdes pastos me hace descansar. Junto a tranquilas aguas me conduce; me infunde nuevas fuerzas. Me guía por sendas de justicia por amor a su nombre. Aun si voy por valles tenebrosos, no temo peligro alguno porque tú estás a mi lado; tu vara de pastor me reconforta.

¿Cómo salir de la depresión según la Biblia?

Primeros pasos – Creemos que Dios nos creó con una cualidad especialmente desarrollada, respecto de otros seres vivos: la capacidad de pensar y actuar, la razón y el libre albedrío (Génesis 1:26, 28; RVR 1960 online ) y además nos pide que cuidemos nuestra mente más que a cualquier otra cosa en el mundo (Proverbios 4:23, DHH online ).

Es por ello por lo que para vencer la depresión debemos partir trabajando sobre nuestros pensamientos y dirigirlos hacía donde Dios nos indica. ¿Con qué desea Dios llenar mis pensamientos? La respuesta podemos encontrarla en pasajes como “todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad” (Filipenses 4:8, RVR 1960 online ).

Además, Dios nos invita a poner nuestros pensamientos en Cristo Jesús para que nuestro ánimo no decaiga hasta desmayar (Hebreos 12:2-3; RVR 1960 online ).