Necesitamos toda la constelación de características que procedan de la fe en Cristo para poder permanecer firmes en estos últimos días. ¿Qué significa ser un discípulo de nuestro Señor Jesucristo? Un discípulo es alguien que ha sido bautizado y está dispuesto a tomar sobre sí el nombre del Salvador y seguirle.
Un discípulo aspira a llegar a ser como Él, guardando Sus mandamientos en la vida terrenal, tal como un, o una, aprendiz procura llegar a ser como su maestro. Muchas personas escuchan la palabra discípulo y piensan que solo significa un “seguidor”. Mas el auténtico discipulado es una condición o un estado del ser.
Esto indica que es más que aprender y aplicar una lista de atributos personales. Los discípulos viven de tal manera que las características de Cristo están entretejidas en las fibras de su ser, como en un tapiz espiritual. Escuchen la invitación que hace el apóstol Pedro para llegar a ser un discípulo del Salvador.
“Vosotros también, por esto mismo, poned toda diligencia en añadir a vuestra fe virtud; y a la virtud, conocimiento; “y al conocimiento, templanza; y a la templanza, paciencia; y a la paciencia, piedad; “y a la piedad, afecto fraternal; y al afecto fraternal, amor” 1, Como pueden ver, se requiere más de un hilo para tejer el tapiz espiritual del discipulado personal.
En los días del Salvador, había muchos que afirmaban ser justos en algún que otro aspecto de sus vidas. Ellos practicaban lo que he llamado la obediencia selectiva. Por ejemplo, ellos guardaban el mandamiento de abstenerse de trabajar en el día de reposo, sin embargo, criticaban al Salvador por sanar en ese día santo 2,
- Daban limosnas a los pobres, pero les ofrecían solo lo que les sobraba, lo que ellos mismos no necesitaban 3,
- Ayunaban, pero solo ponían caras largas 4,
- Oraban solo para ser vistos por los hombres 5,
- Jesús dijo: “Con sus labios me honran, pero su corazón lejos está de mí” 6,
- Tales hombres y mujeres se centran en dominar un atributo o una acción específicos, sin que esto necesariamente suponga que en sus corazones han llegado a ser como Él es.
Sobre estas personas, Jesús declaró: “Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios y en tu nombre hicimos muchos milagros? “Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad” 7,
- Los atributos del Salvador, tal como los percibimos nosotros, no constituyen un guión que hay que seguir ni una lista de puntos que cumplir.
- Son características entrelazadas, que se integran una a la otra, y que se desarrollan en nosotros en forma interrelacionada.
- En otras palabras, no podemos adquirir una característica de Cristo sin obtener otras a su vez, o sin que influya en las otras también.
A medida que una característica se hace fuerte, también se fortalecen muchas otras. De 2 Pedro y de la sección 4 de Doctrina y Convenios, aprendemos que la fe en el Señor Jesucristo es la base. Medimos nuestra fe por lo que nos lleva a hacer, por nuestra obediencia.
- Si tenéis fe en mí, tendréis poder para hacer cualquier cosa que me sea conveniente” 8,
- La fe es un catalizador, un agente de cambio.
- Sin obras, sin una vida virtuosa, nuestra fe no tiene poder para activar el discipulado; de hecho, está muerta 9,
- Por eso, Pedro explica que hay que “añadir a vuestra fe virtud”.
Esa virtud es más que pureza sexual. Es un estado de limpieza y santidad en la mente y el cuerpo. La virtud es también un poder. Al vivir el Evangelio con fe, tendremos poder para ser virtuosos en cada pensamiento, sentimiento y acción. Nuestras mentes se vuelven más receptivas a las impresiones del Espíritu Santo y a la luz de Cristo 10,
- Personificamos a Cristo no solo en lo que decimos y hacemos, sino también en lo que somos.
- Pedro sigue diciendo: “añadir a virtud, conocimiento”.
- A medida que llevamos vidas virtuosas, llegamos a conocer a nuestro Padre Celestial y a Su Hijo de un modo especial.
- El que quiera hacer la voluntad de él conocerá si la doctrina es de Dios” 11,
Este conocimiento es el testimonio personal, producto de la experiencia personal. Es el conocimiento que nos transforma, de modo que nuestra “luz se allega a luz” y nuestra “virtud ama virtud” 12, Viviendo virtuosamente es como avanzamos desde el “Yo creo” hacia el glorioso destino del “Yo sé”.
- Pedro nos exhorta a añadir “al conocimiento, templanza; y a la templanza, paciencia”.
- Como discípulos templados, vivimos el Evangelio de un modo equilibrado y constante.
- No tratamos de correr “más aprisa de lo que fuerzas permiten” 13,
- Día tras día seguimos avanzando sin inmutarnos ante los desafíos de la vida terrenal.
Al ser templados de este modo, desarrollamos paciencia y confianza en el Señor. Somos capaces de confiar en Sus designios para nuestras vidas, aun cuando no podamos verlo con nuestros propios ojos naturales 14, Por tanto, podemos estar “tranquilos y que es Dios” 15,
- Cuando enfrentamos las tormentas de la tribulación, preguntamos: “¿Qué deseas Tú que yo aprenda de esta experiencia?”.
- Con Su plan y Sus propósitos en nuestro corazón, seguimos avanzando, no solo sobrellevando todas las cosas, sino también sobrellevándolas bien y con paciencia 16,
- Pedro enseña que esta paciencia nos conduce a la piedad.
Así como el Padre es paciente con nosotros, Sus hijos, nosotros nos volvemos pacientes con los demás y con nosotros mismos. Nos deleitamos en el albedrío de los demás y en la oportunidad que eso les concede de crecer “línea sobre línea” 17 y que su luz se haga “más y más resplandeciente hasta el día perfecto” 18,
- En el paso de la templanza a la paciencia y de la paciencia a la piedad, nuestras naturalezas cambian.
- Ganamos el afecto fraternal que es un sello distintivo de todos los verdaderos discípulos.
- Al igual que el Buen Samaritano, cruzamos el camino para ministrar a quien esté en necesidad, aun cuando no pertenezca a nuestro círculo de amistades 19,
Bendecimos a quienes nos maldicen. Hacemos el bien a quienes nos ultrajan 20, ¿Existe algún atributo más divino o más semejante a Cristo? Testifico que los esfuerzos que hagamos para llegar a ser discípulos de nuestro Salvador ciertamente se van acumulando hasta que llegamos a “poseer” Su amor 21,
Este amor es la característica que distingue a un discípulo de Cristo: “Si yo hablase lenguas humanas y angélicas, y no tengo caridad, vengo a ser como metal que resuena o címbalo que retiñe. “Y si tuviese profecía, y entendiese todos los misterios y todo conocimiento, y si tuviese toda la fe, de tal manera que trasladase los montes, y no tengo caridad, nada soy” 22,
La fe, la esperanza y la caridad son los atributos que nos califican para la obra de Dios 23,”Y ahora permanecen estas tres; pero la mayor de ellas es la caridad” 24, Hermanos y hermanas, ahora con mayor razón que nunca: ¡no podemos ser “discípulos a tiempo parcial”! No podemos ser discípulos solo con respecto a un punto de doctrina u otro.
Necesitamos toda la constelación de características que proceden de la fe en Cristo —entre ellas, las que hemos tratado hoy— para poder permanecer firmes en estos últimos días. Conforme nos esforcemos de todo corazón por ser verdaderos discípulos de Jesucristo, estas características se irán entretejiendo, integrando y fortaleciendo interactivamente en nosotros.
No habrá diferencia entre la bondad que manifestemos hacia nuestros enemigos y la bondad que expresamos a nuestros amigos. Seremos igual de honestos cuando nadie nos esté mirando, como cuando nos observen. Seremos tan devotos a Dios en la escena pública como en nuestros aposentos privados.
Testifico que todos podemos ser discípulos del Salvador. El discipulado no tiene límites de edad, género, origen étnico, o llamamiento. Por medio de nuestro discipulado individual, nosotros, los Santos de los Últimos Días, conformamos colectivamente una fuerza que puede bendecir a nuestros hermanos y hermanas de todo el mundo.
Ahora es el momento para renovar nuestro compromiso de ser Sus discípulos con toda diligencia. Hermanos y hermanas, todos somos llamados a ser discípulos de nuestro Salvador. Que esta conferencia sea su oportunidad para “, como en los días antiguos, y al Señor con todo corazón” 25,
¿Dónde habla Jesús de la oración?
En los Evangelios vemos la importancia que Jesús dio a la oración. Él comenzaba sus días conversando con el Padre y aprovechaba cualquier oportunidad para invocar la presencia y el poder de Dios. A veces oraba solo (Marcos 1:35) y en otras ocasiones acompañado (Juan 11:41-42).
Oraba antes de comer (Lucas 24:30) y después de sanar (Lucas 5:12-16). La oración tenía un lugar especial en su vida. En Juan 17 encontramos la oración más extensa de Jesús que aparece en la Biblia. Esto es justo al final de su ministerio en la tierra. Jesús acababa de explicar a sus discípulos que en poco tiempo ya no estaría físicamente con ellos.
Les advierte sobre lo que sucedería una vez él se fuera y les anima: «Yo les he dicho estas cosas para que en mí hallen paz. En este mundo afrontarán aflicciones, pero ¡anímense! Yo he vencido al mundo» (Juan 16:33). La oración de Jesús en Juan 17 está dividida en tres secciones:
- Juan 17:1-5: Jesús ora por sí mismo. Reconoce que ya es la hora de regresar al Padre.
- Juan 17: 6-19: Ora por sus discípulos y los encomienda en su nueva misión.
- Juan 17: 20-25: Pide por los que hemos creído después como fruto de la fidelidad de sus discípulos en llevar su mensaje.
Miremos cada sección con más detalle.
¿Qué dice Mateo 14 23?
1 En aquel tiempo a Herodes, el tetrarca, oyó la fama de Jesús 2 y dijo a sus criados: Este es Juan el Bautista; él ha resucitado de entre los muertos, y por eso actúan en él estos poderes.3 Porque Herodes había prendido a Juan, y le había encadenado y puesto en la cárcel, por causa de a Herodías, esposa de su hermano Felipe, 4 porque Juan le decía: No te es a lícito tenerla.5 Y Herodes quería matarlo, pero temía al pueblo, porque tenían a Juan por a profeta,6 Mas cuando se celebraba el cumpleaños de Herodes, la hija de Herodías danzó delante de todos y agradó a Herodes, 7 por lo cual este le prometió con a juramento darle todo lo que pidiese.8 Y ella, instruida primero por su madre, dijo: Dame aquí en un plato la cabeza de Juan el Bautista.9 Entonces el rey se entristeció, pero a causa del juramento y de los que estaban juntamente con él a la mesa, mandó que se la diesen.10 Y ordenó decapitar a Juan en la cárcel.11 Y fue traída su cabeza en un plato y dada a la muchacha, y ella la presentó a su madre.12 Entonces llegaron sus discípulos, y tomaron el cuerpo y lo enterraron; y fueron y dieron las nuevas a Jesús.13 Y al oír lo Jesús, se apartó de allí en una barca a un lugar desierto y apartado; y cuando la multitud lo supo, le siguió a pie desde las ciudades.14 Y cuando salió Jesús, vio un gran gentío, y tuvo a compasión de ellos y sanó a los que de ellos estaban enfermos.15 Y cuando anochecía, se acercaron a él sus discípulos, diciendo: El lugar es desierto y la hora es ya pasada; despide a la multitud para que vayan por las aldeas y compren para sí de comer.16 Y Jesús les dijo: No tienen necesidad de irse; dadles vosotros de comer.17 Y ellos dijeron: No tenemos aquí sino cinco panes y dos peces.18 Y él les dijo: Traédmelos acá.19 Y mandó a la gente recostarse sobre la hierba; tomó los cinco panes y los dos peces, y alzando los ojos al cielo, bendijo, y partió y dio los panes a los discípulos, y los discípulos a la gente.20 Y comieron todos y se saciaron; y recogieron lo que sobró, doce cestas llenas.21 Y los que comieron fueron como cinco mil hombres, sin contar las mujeres y los niños.22 Y enseguida Jesús hizo a sus discípulos entrar en la barca e ir delante de él al otro lado del lago, entretanto que él despedía a la multitud.23 Y después de haber despedido a la multitud, subió al monte a orar aparte; y cuando llegó la noche, estaba allí solo.24 Y ya la barca estaba en medio del mar, azotada por las olas, porque el viento era contrario.25 Mas a la a cuarta vigilia de la noche, Jesús fue a ellos andando sobre el mar.26 Y los discípulos, viéndole andar sobre el mar, se turbaron, diciendo: ¡Un fantasma! Y dieron voces de miedo.27 Pero enseguida Jesús les habló, diciendo: ¡Tened ánimo! ¡Yo soy, no tengáis miedo! 28 Entonces le respondió Pedro y dijo: Señor, si eres tú, manda que yo vaya a ti sobre las aguas.29 Y él dijo: Ven.
¿Qué dice Lucas 11 1?
1 Y aconteció que, estando Jesús orando en un lugar, cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: Señor, enséñanos a orar, como también Juan enseñó a sus discípulos.2 Y él les dijo: Cuando oréis, decid: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre.
- Venga tu reino.
- Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra.3 El pan nuestro de cada día, dános lo hoy.4 Y a perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a todos los que b nos deben.
- C Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal.5 a Les dijo también: ¿Quién de vosotros que tenga un amigo va a él a medianoche y le dice: Amigo, préstame tres panes, 6 porque un amigo mío ha venido a mí de camino, y no tengo qué ofrecerle; 7 y el de dentro, respondiendo, le dice: No me molestes; la puerta ya está cerrada, y mis niños están conmigo en cama; no puedo levantarme para dártelos? 8 Os digo que, si no se levanta a dárselos por ser su amigo, sin embargo, por su importunidad se levantará y le dará todo lo que necesite.9 Y yo os digo: Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá, 10 porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá.11 ¿Y qué padre de vosotros, si su hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿O si le pide pescado, en lugar de pescado, le dará una serpiente? 12 O, si le pide un huevo, ¿le dará un escorpión? 13 Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre Celestial dará a el Espíritu Santo a los que se lo pidan? 14 Y estaba Jesús echando fuera a un demonio, el cual era mudo; y aconteció que, después de haber salido fuera el demonio, el mudo habló y la gente se maravilló.15 Pero algunos de ellos decían: Por a Beelzebú, príncipe de los demonios, echa fuera los demonios.16 Y otros, para tentarle, le pedían una a señal del cielo.17 Pero él, conociendo los a pensamientos de ellos, les dijo: Todo reino dividido contra sí mismo es asolado; y una casa dividida contra sí misma, cae.18 Y si también Satanás está dividido contra sí mismo, ¿cómo permanecerá en pie su reino? Porque decís que por Beelzebú yo echo fuera los demonios.19 Pues si yo echo fuera los demonios por Beelzebú, ¿vuestros hijos por quién los a echan fuera? Por tanto, ellos serán vuestros jueces.20 Pero si por el a dedo de Dios yo echo fuera los demonios, ciertamente el reino de Dios ha llegado a vosotros.21 Cuando el hombre fuerte y armado guarda su casa, en paz está lo que posee.22 Pero si viene otro más fuerte que él y le vence, le quita todas sus armas en que confiaba y reparte sus despojos.23 El que no está conmigo, contra mí está; y el que conmigo no recoge, desparrama.24 Cuando el a espíritu inmundo sale del hombre, anda por lugares secos, buscando reposo; y, al no hallarlo, dice: Volveré a mi casa de donde salí.25 a Y cuando llega, la halla barrida y b adornada,26 Entonces va y toma otros siete espíritus peores que él; y entran y habitan allí; y el estado final de aquel hombre es peor que el primero.27 Y aconteció que, mientras él decía estas cosas, una mujer de la multitud, levantando la voz, le dijo: ¡ a Bienaventurado el vientre que te trajo y los pechos que te criaron! 28 Y él dijo: ¡Antes bien, bienaventurados los que oyen la palabra de Dios y la guardan! 29 Y apiñándose la gente alrededor de él, comenzó a decir: Esta generación es mala; busca señal, pero señal no le será dada, sino la señal de a Jonás,30 Porque como Jonás fue señal a los ninivitas, así también lo será el Hijo del Hombre a esta generación.31 La a reina del sur se levantará en el juicio con los hombres de esta generación y los condenará, porque ella vino desde los confines de la tierra para oír la sabiduría de Salomón.
Y he aquí uno mayor que Salomón está en este lugar.32 Los hombres de a Nínive se levantarán en el juicio con esta generación y la condenarán, porque ante la predicación de Jonás se arrepintieron; y he aquí uno mayor que Jonás está en este lugar.33 Nadie pone en oculto la a vela encendida, ni debajo del almud, sino en el candelero, para que los que entren vean la luz.34 La lámpara del cuerpo es el ojo; pues si tu ojo es a bueno, también todo tu cuerpo está lleno de luz; pero si es malo, también tu cuerpo está en b tinieblas,35 Mira, pues, no sea que la luz que hay en ti sea tinieblas.36 Así que, si todo tu cuerpo está lleno de luz, no teniendo parte alguna de tinieblas, será todo luminoso, como cuando una lámpara te alumbra con su resplandor.37 Y luego que hubo hablado, le rogó un fariseo que comiese con él; y Jesús entró y se sentó a la mesa.38 Y el fariseo, cuando lo vio, se sorprendió de que no se hubiese lavado antes de comer.39 Y el Señor le dijo: Ahora bien, vosotros los fariseos limpiáis lo de fuera del vaso y del plato; pero vuestro a interior está lleno de b rapiña y de maldad.40 ¡Necios!, el que hizo lo de fuera, ¿no hizo también lo de dentro? 41 a Pero de lo que tenéis, dad b limosna ; y he aquí todo os será limpio.42 Pero, ¡ay de vosotros, fariseos!, que diezmáis la menta, y la ruda y toda hortaliza; pero pasáis por alto el juicio y la caridad de Dios.
¿Qué dice Zacarías 14 12?
1 He aquí, el a día de Jehová viene, y tus despojos serán repartidos en medio de ti.2 Porque yo reuniré a todas las naciones en a batalla contra Jerusalén; y la ciudad será tomada, y las b casas serán saqueadas y las mujeres violadas; y la mitad de la ciudad irá al cautiverio, pero el resto del pueblo no será sacado de la ciudad.3 Después saldrá Jehová y a peleará contra aquellas naciones como peleó en el día de la batalla.4 Y se afirmarán sus pies en aquel día sobre a el monte de los Olivos, que está frente a Jerusalén al oriente; y el monte de los Olivos se partirá por en medio hacia el oriente y hacia el occidente, formando un valle muy grande; y una mitad del monte se apartará hacia el norte y la otra mitad hacia el sur.5 Y huiréis al valle de los montes, porque el valle de los montes llegará hasta Azal; y huiréis de la manera que huisteis por causa del a terremoto en los días de Uzías, rey de Judá; y vendrá Jehová mi Dios, y con él todos los b santos,6 Y acontecerá que en ese día la luz no será clara ni oscura.7 Y será a un día, el cual es conocido de Jehová, que no será ni día ni noche; mas acontecerá que al atardecer habrá luz.8 Acontecerá también en aquel día que saldrán de Jerusalén a aguas vivas, la mitad de ellas hacia el mar oriental y la otra mitad hacia el mar occidental; sucederá tanto en verano como en invierno.9 Y Jehová será a rey sobre toda la tierra.
En aquel día Jehová será uno y uno su nombre.10 Y toda la tierra se volverá como a llanura desde Geba hasta Rimón al sur de Jerusalén; y b esta será enaltecida y habitada en su c lugar desde la puerta de Benjamín hasta el lugar de la puerta primera, hasta la puerta del Ángulo; y desde la torre de Hananeel hasta los lagares del rey.11 Y morarán en ella, y no habrá nunca más maldición, sino que Jerusalén será habitada confiadamente.12 Y esta será la a plaga con que herirá Jehová a todos los pueblos que pelearon contra Jerusalén: la carne de ellos se corromperá estando ellos sobre sus pies, y se consumirán sus ojos en sus cuencas, y la lengua se les deshará en su boca.13 Y acontecerá en aquel día que habrá entre ellos gran pánico enviado por Jehová; y se asirá cada uno de la mano de su prójimo, y la mano de cada uno se levantará contra la mano de su a prójimo,14 Y Judá también peleará en Jerusalén.
Y serán reunidas las riquezas de todas las naciones de alrededor: oro, y plata y ropas de vestir en gran abundancia.15 a As í también será la plaga del caballo, del mulo, del camello, y del asno y de todas las bestias que estén en aquellos campamentos.16 Y sucederá que todos los que sobrevivan de todas las naciones que vinieron contra Jerusalén subirán de año en año para a adorar al Rey, a b Jehová de los ejércitos, y para celebrar la c fiesta de los tabernáculos.17 Y acontecerá que si alguna familia de la tierra no sube a Jerusalén para adorar al Rey, a Jehová de los ejércitos, no vendrá sobre ellos la lluvia.18 Y si la familia de Egipto no sube ni viene, no habrá lluvia para ellos; vendrá la plaga con la que Jehová herirá a las a naciones que no suban a celebrar la fiesta de los tabernáculos.19 Este será el castigo del pecado de Egipto y del pecado de todas las naciones que no suban a celebrar la fiesta de los tabernáculos.20 En aquel día estará grabado sobre los cascabeles de los caballos: a Santidad a Jehová ; y las ollas de la casa de Jehová serán como los tazones delante del altar.21 Y toda olla en Jerusalén y en Judá será consagrada a Jehová de los ejércitos; y todos los que ofrezcan sacrificios vendrán y tomarán de ellas y cocerán en ellas; y no habrá más a mercader alguno en la casa de Jehová de los ejércitos en aquel día.
¿Qué dice Josué 23 14?
1 Y aconteció, pasados muchos días después que Jehová dio reposo a Israel de todos sus enemigos de alrededor, que a Josué, siendo viejo, y entrado en años, 2 llamó a todo Israel, a sus ancianos, a sus jefes, a sus jueces y a sus oficiales, y les dijo: Yo ya soy viejo y entrado en años.3 Y vosotros habéis visto todo lo que Jehová vuestro Dios ha hecho con todas estas naciones por vuestra causa, porque Jehová vuestro Dios es quien ha peleado por vosotros.4 He aquí os he repartido por sorteo, como heredad para vuestras tribus, estas naciones, tanto las destruidas como las que quedan, desde el Jordán hasta el a mar Grande hacia donde el sol se pone.5 Y Jehová vuestro Dios las expulsará de delante de vosotros, y las lanzará de vuestra presencia; y vosotros poseeréis su tierra, como Jehová vuestro Dios os ha dicho.6 a Esforzaos, pues, mucho en guardar y en hacer todo lo que está escrito en el libro de la ley de Moisés, sin apartaros de ello ni a diestra ni a siniestra, 7 para que no os mezcléis con estas naciones que han quedado entre vosotros, ni hagáis mención ni juréis por el nombre de sus a dioses, ni los sirváis, ni os inclinéis ante ellos.8 Mas a Jehová vuestro Dios os aferraréis, como habéis hecho hasta hoy; 9 pues ha expulsado Jehová de delante de vosotros a naciones grandes y fuertes, y hasta hoy nadie os ha podido hacer frente delante de vuestro rostro.10 Un solo varón de vosotros perseguirá a mil, porque Jehová vuestro Dios es quien pelea por vosotros, como él os dijo.11 Por tanto, tened mucho cuidado por vuestras almas, de que améis a Jehová vuestro Dios.12 Porque si os apartáis, y os unís a lo que resta de estas naciones que han quedado entre vosotros, y si concertáis con ellas a matrimonios, mezclándoos con ellas, y ellas con vosotros, 13 sabed que Jehová vuestro Dios no expulsará más a estas naciones de delante de vosotros, sino que os serán por lazo, y por trampa, y por azote para vuestros costados, y por espinas para vuestros ojos, hasta que perezcáis de sobre esta buena tierra que Jehová vuestro Dios os ha dado.14 Y he aquí que yo estoy para entrar hoy por a el camino de toda la tierra, y vosotros sabéis con todo vuestro corazón y con toda vuestra alma que no ha fallado ni una palabra de todas las buenas palabras que Jehová vuestro Dios ha dicho acerca de vosotros; todas os han acontecido, no ha fallado de ellas ni una.15 Pero sucederá que así como ha venido sobre vosotros toda palabra buena que Jehová vuestro Dios os ha dicho, así también traerá Jehová sobre vosotros toda palabra mala, hasta destruiros de sobre la buena tierra que Jehová vuestro Dios os ha dado.16 Si traspasáis el convenio de Jehová vuestro Dios que él os ha mandado, y vais y honráis a dioses ajenos, y os inclináis ante ellos, entonces el furor de Jehová se encenderá contra vosotros, y pereceréis prontamente de esta buena tierra que él os ha dado.
¿Qué dice Zacarías 10 1?
Capítulo 10 Los de la casa de Judá y los de la casa de José serán dispersados entre los pueblos de países lejanos — Jehová los llamará con un silbido, los congregará y los redimirá.1 Pedid a Jehová lluvia en el tiempo de la lluvia tardía; Jehová hará nubes de tormenta, y os dará a lluvia abundante y hierba en el campo a cada uno.2 Porque los ídolos han hablado engaño, y los a adivinos han visto mentira y han contado b sueños vanos; vano es su consuelo.
¿Qué dice en Santiago 1 22?
1 a Santiago, siervo de Dios y del Señor Jesucristo, a las doce tribus que están b esparcidas : Salud.2 Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en a diversas pruebas, 3 sabiendo que la a prueba de vuestra fe produce b paciencia,4 Pero tenga la paciencia su obra a perfecta, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna.5 a Y si alguno de vosotros tiene falta de b sabiduría, c pídala a Dios, quien da a todos abundantemente y sin reproche, y d le será dada.6 Pero pida con a fe, no dudando nada, porque el que duda es semejante a la ola del mar, que es movida por el viento y echada de una parte a otra.7 No piense, pues, ese hombre que recibirá cosa alguna del Señor.8 El hombre de a doble ánimo es inconstante en todos sus caminos.9 El hermano que es de a condición humilde, regocíjese en su exaltada posición; 10 pero el que es rico, en su condición humilde, porque él pasará como la flor de la a hierba,11 Porque cuando sale el sol con calor abrasador, la hierba se seca, y su flor se cae y perece su hermosa apariencia; así también se marchitará a el rico en todos sus caminos.12 Bienaventurado el hombre que a soporta la tentación, porque una vez que haya sido b aprobado, recibirá la c corona de vida, que Dios ha prometido a los que le aman.13 Cuando alguno es tentado, no diga que es tentado de parte de Dios, porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni él tienta a nadie, 14 sino que cada uno es a tentado, cuando de su propia b concupiscencia es atraído y seducido.15 Y la concupiscencia, después que ha concebido, da a luz el a pecado ; y el pecado, siendo consumado, da a luz la b muerte,16 Amados hermanos míos, no erréis.17 Toda a buena dádiva y todo don perfecto viene de lo alto, y b desciende del Padre de las c luces, en quien no hay d cambio ni sombra de variación.18 Él, de su voluntad, nos hizo nacer por la palabra de verdad, para que fuésemos como las a primicias de sus criaturas.19 Por esto, mis amados hermanos, todo hombre sea pronto para oír, tardo para a hablar, b tardo para airarse, 20 porque la ira del hombre no produce la justicia de Dios.21 Por lo cual, desechando toda a inmundicia y exceso de malicia que tanto abunda, recibid con b mansedumbre la palabra implantada, la cual puede salvar vuestras almas.22 Pero sed a hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos.23 Porque si alguno es a oidor de la palabra, y no hacedor de ella, este es semejante al hombre que considera en un espejo su rostro natural.24 Porque después de mirarse a sí mismo, se va, y enseguida se olvida de cómo era.25 Pero el que mira atentamente en la a perfecta ley, la de la libertad, y b persevera en ella, no siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, este será bienaventurado en lo que hace.26 Si alguno se cree religioso entre vosotros, y no refrena su a lengua, sino que engaña su corazón, la religión del tal es vana.27 La a religión pura y sin mácula delante de Dios el Padre es esta: b Visitar a los huérfanos y a las c viudas en sus tribulaciones, y d guardarse sin mancha e del mundo.
¿Qué dice en Mateo 7 24?
Jueves I Semana Tiempo de Adviento 3 de Diciembre de 2020 San Francisco Javier, Presbítero Evangelio El que cumple la voluntad de mi Padre entrará en el Reino de los cielos. + Del santo Evangelio según san Mateo 7, 21.24-27 En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “No todo el que me diga ‘¡Señor, Señor!’, entrará en el Reino de los cielos, sino el que cumpla la voluntad de mi Padre, que está en los cielos.
- El que escucha estas palabras mías y las pone en práctica, se parece a un hombre prudente, que edificó su casa sobre roca.
- Vino la lluvia, bajaron las crecientes, se desataron los vientos y dieron contra aquella casa; pero no se cayó, porque estaba construida sobre roca.
- El que escucha estas palabras mías y no las pone en práctica, se parece a un hombre imprudente, que edificó su casa sobre arena.
Vino la lluvia, bajaron las crecientes, se desataron los vientos, dieron contra aquella casa y la arrasaron completamente”. Comentario al Evangelio Nos situamos al final del sermón de la montaña, en donde Jesús nos invita a construir no sólo con palabras sino con obras: “No todo el que me diga: ‘¡Señor, Señor!’ sino el que cumpla la voluntad de mi Padre”.
- Nos advierte sobre el modo de construir, invitándonos a escuchar su palabra y ponerla en práctica, obrando prudentemente y sobre roca.
- Edificar sobre arena es exponernos imprudentemente a un derrumbamiento lastimoso. Cfr.
- Actualidad Litúrgica n.259 Reflexionamos · ¿Escuchas la Palabra de Dios? · ¿La pones en práctica? · ¿Sobre qué construyes tu vida? Nos comprometemos Solidaridad: La palabra solidaridad procede de la voz latina solidus, que designaba una moneda de oro sólida, consolidada, no variable.
De ahí derivaron en castellano los términos soldada, soldado, soldar, consolidar, solidez y, a mediados del siglo XIX, solidario y solidaridad. Gustavo Villapalos y Alfonso López, El libro de los valores, Ed. Planeta, 2001. Solidaridad con los descendientes El hombre es un ser histórico: vive como persona, creativamente, merced a las posibilidades que le han transmitido las generaciones anteriores, y él debe entregar el fruto de su trabajo a las generaciones siguientes.
- El sultán sale un mañana rodeado de su fastuosa corte.
- A poco de salir encuentran a un campesino, que planta afanoso una palmera.
- El sultán se detiene al verlo y le pregunta asombrado.
- ¡Oh, cheikk (anciano)!, plantas esta palmera y no sabes quiénes comerán su fruto muchos años necesita para que madure, y tu vida se acerca a su término.
El anciano lo mira bondadosamente y luego le contesta: ¡Oh, sultán! Plantaron y comimos; plantemos para que coman. El sultán se admira de tan grande generosidad y le entrega cien monedas de plata, que el anciano toma haciendo una zelma, y luego dice: -¿Has visto, ¡oh, rey!, cuán pronto ha dado fruto la palmera? Más y más asombrado, el sultán, al ver cómo tiene sabia salida para todo un hombre del campo, le entrega otras cien monedas.
- El ingenioso viejo las besa y luego contesta prontamente: -¡Oh, sultán!, lo más extraordinario de todo es que generalmente una palmera sólo da fruto una vez al año y la mía me ha dado dos en menos de una hora.
- Maravillado está el sultán con esta nueva salida, ríe y exclama dirigiéndose a sus acompañantes: -¡Vamos, vamos pronto! Si estamos aquí un poco más de tiempo este buen hombre se quedará con mi bolsa a fuerza de ingenio.
Carolina Toval, Los mejores cuentos juveniles de la Literatura Universal, Ed. Labor 1965, vol. II. San Francisco Javier, Presbítero Oriundo de Navarra, Francisco Javier es uno de los primeros compañeros de san Ignacio de Loyola en la Universidad de París.
- En 1541 lo designan para predicar el Evangelio en las Indias Orientales (portuguesas): evangeliza la India, Ceilán (Sri Lanka), las islas Molucas y el Japón.
- Muere a la vista de China, totalmente consumido por la pasión de buscar la gloria de Dios y la salvación de todos los hombres.
- Él quería comunicar a la humanidad esta pasión soberana.V.
Continuaré, Oh Dios mío R. ¡Haciendo todas mis acciones por tu amor! V. San Juan Bautista de la Salle R. ¡Ruega por nosotros! V. Viva Jesús en nuestros corazones R. ¡Por siempre!
¿Qué dice Mateo 17 5?
5 Y mientras él aún hablaba, he aquí una nube de luz los cubrió; y he aquí una voz desde la nube, que decía: Este es mi a Hijo amado, en quien b me complazco; a él oíd.
¿Qué dice la Biblia en Mateo 7 12?
1 a No juzguéis, para que no seáis b juzgados,2 Porque con el a juicio con que juzgáis seréis juzgados, y con la b medida con que medís, se os volverá a c medir,3 a Y, ¿por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, y no echas de ver la b viga que está en tu propio ojo? 4 O, ¿cómo dirás a tu hermano: Déjame sacar la paja de tu ojo, y he aquí la viga en tu propio ojo? 5 a ¡Hipócrita! Saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces verás bien para sacar la paja del ojo de tu hermano.6 a No deis lo b santo a los perros ni echéis vuestras c perlas delante de los cerdos, no sea que las pisoteen y se vuelvan y os despedacen.7 a Pedid, y se os dará; b buscad, y hallaréis; c llamad, y se os abrirá.8 Porque todo el que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá.9 ¿Qué hombre hay de vosotros, que si su hijo le pide pan, le dará una piedra? 10 ¿Y si le pide un pez, le dará una serpiente? 11 Pues si vosotros, a siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le piden? 12 Así que, todas las cosas que queráis que los hombres a hagan con vosotros, así también b haced vosotros con ellos, porque esta es la c ley y los profetas.13 Entrad por la puerta a estrecha, porque ancha es la puerta y b espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella.14 Porque a estrecha es la puerta y b angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan.15 Y guardaos de los a falsos profetas, que vienen a vosotros b vestidos de ovejas, pero por dentro son c lobos rapaces.16 Por sus a frutos los b conoceréis,
¿Qué dice Juan 3 14?
1 Y había un hombre de los fariseos que se llamaba a Nicodemo, un principal entre los judíos.2 Este vino a Jesús de noche y le dijo: Rabí, sabemos que eres maestro que ha venido de Dios, porque nadie puede hacer estos milagros que tú haces si no está a Dios con él.3 Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo que el que no a naciere de nuevo no puede ver el reino de Dios.4 Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede el hombre nacer siendo viejo? ¿Acaso puede entrar por segunda vez en el vientre de su madre y nacer? 5 Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo que el que no a naciere de agua y del b Espíritu no puede entrar en el reino de Dios.6 Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es.7 No te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer de nuevo.8 El a viento sopla por donde quiere, y oyes su sonido; pero no sabes de dónde viene ni a dónde va; así es todo aquel que es b nacido del Espíritu.9 Respondió Nicodemo y le dijo: ¿Cómo puede hacerse esto? 10 Respondió Jesús y le dijo: ¿Eres tú maestro de Israel y no sabes esto? 11 a De cierto, de cierto te digo que de lo que sabemos, hablamos, y de lo que hemos visto, b testificamos ; pero no recibís nuestro testimonio.12 Si os he dicho cosas terrenales y no creéis, ¿cómo creeréis si os digo las celestiales? 13 Y nadie a ha subido al cielo sino el que descendió del cielo, el b Hijo del Hombre que está en el cielo.14 Y como Moisés levantó la a serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado, 15 para que todo aquel que en él cree no se pierda, mas tenga vida eterna.16 Porque de tal manera a amó b Dios al mundo que ha dado a su Hijo c Unigénito, para que todo aquel que en él cree no se pierda, mas tenga vida eterna.17 Porque no a envió Dios a su Hijo al mundo para b condenar al mundo, sino para que el mundo sea c salvo por él.18 El que en él cree no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el a nombre del unigénito Hijo de b Dios,19 Y esta es la condenación: que la a luz vino al mundo, pero los hombres amaron más las b tinieblas que la luz, porque sus c obras eran malas.20 Pues todo aquel que hace lo malo aborrece la luz y no viene a la luz, para que sus obras no sean reprendidas.21 Pero el que vive conforme a la a verdad viene a la luz, para que se ponga de manifiesto que sus obras son hechas en Dios.22 Después de esto, vino Jesús con sus discípulos a la tierra de Judea; y estaba allí con ellos y a bautizaba,23 Y Juan bautizaba también en Enón, junto a Salim, porque había allí muchas a aguas ; y venían y eran bautizados, 24 porque Juan aún no había sido puesto en la cárcel.25 Entonces hubo una discusión entre los discípulos de Juan y los judíos acerca de la purificación.26 Y vinieron a Juan y le dijeron: Rabí, el que estaba contigo al otro lado del Jordán, del que tú diste testimonio, he aquí bautiza, a y todos van a él.27 Respondió Juan y dijo: No puede el hombre recibir nada si no le fuere dado del cielo.28 Vosotros mismos me sois testigos de que dije: Yo no soy el Cristo, sino que he sido enviado delante de él.29 El que tiene a la novia es el novio; mas el amigo del novio, que está de pie y le oye, se goza grandemente de la voz del novio; así pues, este, mi gozo, ha sido cumplido.30 Es necesario que él crezca, y que yo mengüe.31 El que viene a de arriba está sobre todos; el que es de la tierra es terrenal y habla cosas terrenales; el que viene del cielo está sobre todos.32 Y testifica de lo que vio y oyó, pero nadie recibe su testimonio.33 El que ha recibido su testimonio atestigua que Dios es veraz.34 Porque a el que Dios envió habla las palabras de Dios, b pues Dios no da el Espíritu por medida.35 El Padre ama al Hijo y a ha puesto todas las cosas en sus manos.36 a El que cree en el Hijo tiene b vida eterna ; pero el que c no cree en el Hijo no verá la vida, sino que la d ira de Dios está sobre él.
¿Que perdemos al orar?
Sin una vida de oración activa, perdemos fuerza de carácter y sucumbimos fácilmente a lo que los sociólogos llaman el instinto gregario: nos volvemos fácil presa del temor al qué dirán, de la ambición y del afán por complacer a los demás.
¿Por qué Jesús nos enseña a orar?
¿Qué es la oración? – La oración es nuestra forma de hablar y estar en comunión con Dios. Hay muchas maneras diferentes de acercarse a Dios en la oración, pero en el fondo, la oración es nuestra conversación continua con Dios. Podemos orar en adoración, alabando la bondad de Dios.
- Podemos orar en acción de gracias, expresando nuestra gratitud por las formas en que Dios ha provisto para nosotros.
- Oramos en confesión, nombrando ante Dios nuestros defectos y pidiendo perdón por las cosas que hemos hecho mal.
- Rezamos en forma de lamento cuando clamamos a Dios por la frustración, la tristeza o el dolor.
Oramos en súplica cuando acudimos a Dios con nuestras peticiones y anhelos, pidiendo cosas que necesitamos o deseamos. Oramos en silencio cuando nos sentamos en silencio, esperando que Dios responda de alguna manera, simplemente estando en la presencia de Dios.
¿Qué nos dice Dios acerca de la oración?
La necesidad de la oración – Todos tenemos necesidad de oración. Por esto, el Señor hace de ella, no una opción, sino una ordenanza para nuestro propio beneficio ( 1 Crónicas 16:11 ). En Mateo 7:7, el Señor nos habla de orar con perseverancia. La triple exhortación: “Pidan.
Busquen. llamen” concierne a la satisfacción de toda necesidad. Pedir implica humildad y conciencia de necesidad. Pedir presupone la fe en un Dios personal con el cual podemos comunicarnos. Cuando uno pide, espera una respuesta. El tener esa fe hace que la oración sea cálida y personal. Buscar es pedir y actuar.
No basta la petición ferviente. Debemos estar activos en el esfuerzo por obtener el poder para perseverar. Uno debiera orar, escudriñar las Escrituras ( Juan 5:39 ; Hechos 17:11 ), asistir a los cultos ( Hebreos 10:25 ) y, sobre todo, tratar de vivir en armonía con la voluntad de Dios revelada en su Palabra santa ( Mateo 7:21, 24, 25 ; Juan 7:17 ).
- Llamar es pedir, más actuar, más perseverar.
- Uno llama a una puerta repetidas veces, hasta que le abran.
- Sin embargo, la perseverancia ya está implícita en los tres imperativos, porque todos están en tiempo presente.
- Así que, una posible traducción sería: “Continúa pidiendo, buscando y llamando”.
- La idea bíblica de llamar en sí misma ya implica perseverancia.
Uno sigue llamando a la puerta del palacio del Rey, hasta que él abre la puerta y provee de todo lo necesario. A cada mandamiento le corresponde una promesa. Por eso “pidan” es seguido por “se les dará”, “busquen” es seguido por “encontrarán”, y “llamen” por “se les abrirá”.
¿Qué dice Lucas 5 16?
1 Y aconteció que, estando Jesús junto al lago de a Genesaret, la gente se agolpaba alrededor de él para oír la palabra de Dios.2 Y vio dos barcas que estaban cerca de la orilla del lago; y los pescadores, habiendo descendido de ellas, lavaban sus redes.3 Y entró en una de esas barcas, la cual era de Simón, y le rogó que la apartase de tierra un poco; y sentándose, enseñaba desde la barca a la gente.4 Y cuando cesó de hablar, dijo a Simón: Boga mar adentro, y echad vuestras redes para pescar.5 Y respondiendo Simón, le dijo: Maestro, hemos trabajado toda la noche y nada hemos pescado; pero por tu palabra echaré la red.6 Y habiéndolo hecho, recogieron tal cantidad de peces que su red se rompía.7 Entonces hicieron señas a los compañeros que estaban en la otra barca para que viniesen a ayudarles; y vinieron y llenaron ambas barcas, de tal manera que se hundían.8 Viendo esto Simón Pedro, cayó de rodillas ante Jesús, diciendo: Apártate de mí, Señor, porque soy hombre pecador.9 Porque el asombro se había apoderado de él y de todos los que estaban con él, por la cantidad de peces que habían pescado; 10 y asimismo de Jacobo y de Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón.
Entonces Jesús dijo a Simón: No temas; desde ahora a serás pescador de hombres.11 Y cuando las barcas llegaron a tierra, a dejándolo todo, b le siguieron.12 Y aconteció que, estando Jesús en una ciudad, he aquí un hombre lleno de a lepra, el cual, viendo a Jesús, se postró sobre su rostro y le rogó, diciendo: Señor, si quieres, puedes limpiarme.13 Jesús entonces, extendiendo la mano, le tocó diciendo: Quiero; sé limpio.
Y al instante la lepra se fue de él.14 Y él le mandó que no se lo dijese a nadie. Ve, le dijo, muéstrate al a sacerdote y ofrece por tu purificación como mandó Moisés, para testimonio a ellos.15 Pero más y más se extendía su fama; y se reunían muchas multitudes para oírle y para que los sanara de sus enfermedades.16 Pero él se apartaba a lugares desiertos y oraba.17 Y aconteció un día en que él estaba enseñando, los a fariseos y los doctores de la ley estaban allí sentados, los cuales habían venido de todas las aldeas de Galilea, y de Judea y Jerusalén; y el poder del Señor estaba con él para sanarlos.18 Y he aquí, unos hombres que traían en un lecho a un hombre que estaba paralítico procuraban llevarle adentro y ponerle delante de él.19 Pero no hallando por dónde entrar a causa de la multitud, subieron encima de la casa y por el tejado le bajaron con el lecho y le pusieron en medio, delante de Jesús.20 Al ver la fe de ellos, Jesús le dijo: Hombre, tus pecados te son a perdonados,21 Entonces los escribas y los fariseos comenzaron a pensar, diciendo: ¿Quién es este que habla a blasfemias ? ¿Quién puede perdonar pecados sino solo Dios? 22 Jesús entonces, a conociendo los pensamientos de ellos, respondió y les dijo: ¿Qué pensáis en vuestros corazones? 23 ¿ a Qué es más fácil, decir: Tus pecados te son perdonados, o decir: Levántate y anda? 24 Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene autoridad en la tierra para perdonar pecados (dijo al paralítico): A ti te digo: ¡Levántate!, toma tu lecho y vete a tu casa.25 Y al instante, se levantó en presencia de ellos, tomó el lecho en que estaba acostado y se fue a su casa glorificando a Dios.26 Y el asombro sobrecogió a todos, y glorificaban a Dios; y llenos de temor, decían: ¡Hoy hemos visto maravillas! 27 Y después de estas cosas, salió y vio a un a publicano llamado b Leví, sentado al banco de los tributos públicos, y le dijo: Sígueme.28 Y él, dejando todas las cosas, se levantó y le siguió.29 E hizo Leví un gran banquete en su casa, y había mucha compañía de publicanos y de otros que estaban a la mesa con ellos.30 Y los escribas y los fariseos murmuraban contra los discípulos, diciendo: ¿Por qué coméis y bebéis con los publicanos y pecadores? 31 Y respondiendo Jesús, les dijo: Los que están sanos no necesitan médico, sino los que están enfermos.32 No he venido a llamar a justos, sino a pecadores al arrepentimiento.33 Entonces ellos le dijeron: ¿Por qué los discípulos de Juan ayunan muchas veces y hacen oraciones, y asimismo los de los fariseos, pero tus discípulos comen y beben? 34 Y él les dijo: ¿Acaso podéis hacer que los que están de bodas ayunen entretanto que el esposo está con ellos? 35 Pero vendrán días cuando el a esposo les será quitado; entonces, en aquellos días ayunarán.36 Y les dijo también una parábola: Nadie pone remiendo de paño nuevo en vestido viejo, pues de esa manera, el nuevo se rompe, y el remiendo nuevo no armoniza con el viejo.37 Y nadie echa vino nuevo en odres viejos; de otra manera, el vino nuevo romperá los odres, y el vino se derramará, y los odres se perderán.38 Pero el vino nuevo en odres nuevos se ha de echar, y lo uno y lo otro se conservan.39 Y ninguno que haya bebido del añejo quiere luego el nuevo, porque dice: El añejo es mejor.
¿Qué dice Lucas sobre la oración?
Para el cristiano de hoy la oración debe ser una actitud fundamental, no sólo para el seguimiento de Jesús y para una continua comunicación con Dios; sino sobe todo para que experimente y conozca a Dios como Padre, y según Lucas : como Padre misericordioso.
¿Qué dice Lucas 11 2 4?
S. Lucas 11:2-4 RVR1960 – Y les dijo: Cuando oréis, decid: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. Y perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a todos los que nos deben.