Creo en el Espíritu Santo; la Santa Iglesia Católica, la Comunión de los Santos; el perdón de los pecados, la resurrección de la carne; y la vida eterna. Amén. Creo en un solo Dios, Padre todopoderoso, Creador del Cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible.
¿Quién creó la oración Credo?
Historia – Detalle del Credo de los Apóstoles – Iglesia de Nuestra Señora -Memmingen El uso eclesiástico de la palabra en latín symbolum para referirse a «credo»—en el sentido de «marca distintiva de los cristianos», a partir del sentido del griego σύμβολον, «signo o señal utilizado para la identificación»—aparece por primera vez a mediados del siglo III, en la correspondencia de San Cipriano y San Firmiliano, este último en particular hablando de la fórmula trinitaria como el «Símbolo de la Trinidad », y reconociéndola como parte integral del rito del bautismo,
El término Symbolum Apostolicum aparece por primera vez en una carta, probablemente escrita por Ambrosio, desde un Concilio en Milán al papa Siricio en torno al año 390 d.C. «Que den crédito al Símbolo de los Apóstoles, que la Iglesia romana siempre ha guardado y conservado sin mácula». El término de Ambrosio se refiere aquí al Antiguo Credo Romano, el predecesor inmediato de lo que ahora se conoce como el Credo de los Apóstoles.
La narración de que este credo había sido creado conjuntamente por los Apóstoles, aportando cada uno de los doce uno de los doce artículos, ya era corriente en aquella época. El Antiguo Credo Romano había evolucionado a partir de textos más sencillos basados en Mateo 28:19, parte de la Gran Comisión, y se ha argumentado que este texto anterior ya estaba en forma escrita a finales del siglo II (c.180).
Está ligado a formas anteriores como «Jesús es el Señor » y la fórmula trinitaria de Padre, Hijo y Espíritu Santo, que aparecen en el Nuevo Testamento, por ejemplo, en la tradicional confesión bautismal de Hipólito de Roma, en las reglas de fe y en Romano. En tiempos posteriores se afirmó que el Credo de los Apóstoles surgió de los mismos doce apóstoles; así por ejemplo, en el siglo IV, Rufino de Aquilea y Ambrosio de Milán,
Sin embargo ya en el siglo XV Lorenzo Valla demostró que esta tradición era históricamente insostenible. Sin embargo, todavía se encuentran en muchas iglesias representaciones de los Doce Apóstoles, asignándole a cada uno de ellos una parte del Credo.
Mientras que las profesiones individuales de creencia que se incluyen en el Credo de los Apóstoles—incluso las que no se encuentran en el Antiguo símbolo romano —se encuentran en varios escritos de Ireneo, Tertuliano, Novaciano, Marcelo, Rufino, Ambrosio, Agustín, Nicetas y Eusebio Galo, la aparición más temprana de lo que conocemos como el Credo de los Apóstoles fue en el De singulis libris canonicis scarapsus (Extracto de los libros canónicos individuales) de san Pirminio ( Migne, Patrologia Latina 89, 1029 ss.), escrito entre el 710 y el 714.
Bettenson y Maunder afirman que es primero del Dicta Abbatis Pirminii de singulis libris canonicis scarapsus ( idem quod excarpsus, extracto), c.750. Esta iluminación de un manuscrito del siglo XIII muestra a los apóstoles escribiendo el Credo, recibiendo la inspiración del Espíritu Santo. El Credo probablemente se originó, en su forma actual, en la Galia, en el siglo V, si bien están atestiguadas otras versiones más primitivas del mismo en autores como Tertuliano,
Un credo prácticamente idéntico al actual aparece escrito por Fausto de Riez, Es posible que Fausto tuviera un texto idéntico, ya que no se puede reconstruir con certeza el texto original escrito por Fausto. A finales del siglo V aparece escrita una versión idéntica a la actual con la única excepción de la palabra infera en lugar de inferos,
Con todo, el Antiguo credo romano se mantuvo como el texto litúrgico estándar de la Iglesia romana entre los siglos IV y VII, y no fue sustituido por la versión «gala» del Credo de los Apóstoles sino hasta finales del siglo VIII, bajo Carlomagno, que lo impuso en todos sus dominios.
La frase descendit ad inferos (« descendió a los infiernos ») no se encuentra en el Credo Niceno. Se hace eco de Efesios 4:9, «κατέβη εἰς τὰ κατώτερα μέρη τῆς γῆς» («descendió a las regiones terrestres inferiores»). Esta frase apareció por primera vez en una de las dos versiones de Rufino (m.411), el Credo de Aquilea, y luego no volvió a aparecer en ninguna versión del credo hasta el año 650 d.C.
Del mismo modo, las referencias a la comunión de los santos no se encuentran ni en el Antiguo símbolo romano ni en el Credo niceno, La referencia a Dios como «creador del cielo y de la tierra» tampoco aparece en el Credo niceno del 325, pero sí en la versión ampliada del Credo niceno (el credo niceno-constantinopolitano) del 381.
- La Iglesia ortodoxa no utiliza el Credo de los Apóstoles, no por una objeción a alguno de sus artículos, sino por sus omisiones necesarias para la definición del cristianismo niceno,
- Los delegados ortodoxos en el Concilio de Florencia (1431-1449) cuestionaron explícitamente la tradición occidental que atribuía el credo de los apóstoles a los Doce Apóstoles.
Esta tradición también fue demostrada como históricamente insostenible por Lorenzo Valla, La Iglesia romana no afirma que el texto se remonte a los propios apóstoles; el Catecismo de la Iglesia católica explica, en cambio, que «l Símbolo de los Apóstoles llamado así porque es considerado con justicia como el resumen fiel de la fe de los Apóstoles».
¿Qué es el creer en Dios?
Le creemos a Dios. La fe se fundamenta, en la autoridad de Dios que se revela a sí mismo, Dios ni se engaña ni nos engaña, su autoridad es la autoridad de la Verdad. Creemos a Dios y creemos en Dios, porque Él constituye el centro y el contenido de la fe.
¿Cuál es el Credo religioso?
Los credos son declaraciones de nuestras creencias básicas acerca de Dios. El término proviene del latín credo, que significa yo creo. Si bien siempre tendremos preguntas sobre Dios, la Iglesia y nuestra propia fe, tenemos dos credos fundacionales que usamos durante el culto: el Credo de los Apóstoles utilizado en el bautismo y la adoración diaria, y el Credo de Nicea, utilizado en la comunión.
- Al recitar y afirmar estos credos, nos unimos a cristianos de todo el mundo y de todas las épocas para afirmar nuestra fe en el único Dios que nos creó, nos redimió y nos santificó.
- Credo de los Apóstoles Creo en Dios Padre todopoderoso, creador del cielo y de la tierra.
- Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor Fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo y nació de la Virgen María.
Padeció bajo el poder de Poncio Pilato. Fue crucificado, muerto y sepultado. Descendió a los infiernos. Al tercer día resucitó de entre los muertos. Subió a los cielos, y está sentado a la diestra de Dios Padre. Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos.
- Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesia católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de los muertos, y la vida eterna. Amén.
- El Credo Niceno Creemos en un solo Dios, Padre todopoderoso, Creador de cielo y tierra, de todo lo visible e invisible.
- Creemos en un solo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza que el Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros y por nuestra salvación bajó del cielo: por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre.
Por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato: padeció y fue sepultado. Resucitó al tercer día, según las Escrituras, subió al cielo y está sentado a la derecha del Padre. De nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin.
Creemos en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creemos en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica. Reconocemos un solo Bautismo para el perdón de los pecados.
Esperamos la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro. Amén. This page is available in: English
¿Qué es significa el Credo?
Oración en que se hace profesión de fe de las principales creencias del cristianismo.2.m. Conjunto de ideas, principios o convicciones de una persona o de un grupo.
¿Qué sucede cuando oramos con fe?
La oración te ayuda a desarrollar una relación con Dios. – Al igual que tus padres aquí en la tierra, tu Padre Celestial quiere saber de ti y hablar contigo. Cuando oras, Él escucha. Luego, Él contesta tus oraciones a través de pensamientos, sentimientos, escrituras y aún por medio de las acciones de otras personas.2
¿Dónde hay que orar?
Afortunadamente, esta pregunta tiene muchas respuestas diferentes. Dios escucha tus oraciones sin importar cuándo o dónde estés orando. Simplemente mira la Biblia. La gente ora en las casas, en las habitaciones, en las cimas de las montañas, en los desiertos, a altas horas de la noche, temprano por la mañana, antes de las comidas y después de las batallas.
Así que, tal vez no importa tanto en dónde estés durante la oración y en qué momento ores. En vez de ello, se trata de dónde se encuentra tu corazón cuando oras. En cualquier momento que desees o necesites hablar con Dios, ahí es cuando debes orar. En cualquier lugar en el que necesites sentir la influencia de Su amor, ahí es donde debes orar.
No tienes que esperar el momento o el lugar perfecto (o ser perfecto). Simplemente ora. Dios te escuchará. Si alguna vez piensas que existe un momento o un lugar demasiado incómodo para orar, simplemente recuerda a Jonás: No hay un lugar ni momento equivocado para orar, pero si sientes que podrías beneficiarte de orar en un ambiente más tranquilo, aquí tienes algunos consejos que te pueden ayudar.